Ev miraba hacia el sur, a las montanas.

—?Es eso la Muralla? —dijo.

—No. La Muralla esta en esa direccion —indique, senalando mas alla de la Lengua—. Esos son las Ponicacas.

—?Vamos a ir alli? —dijo Ev, con una mirada de emocion.

—En este viaje, no. Seguiremos la Lengua hacia el sur unos pocos kloms y luego nos dirigiremos al noroeste.

—?Quieres dejar de contemplar el paisaje y acercarte aqui a descargar los ponis? —grito Carson. Habia levantado a los ponis y estaba atando el gran angular al pomohueso de Veloz.

—Si, senora —replique. Ev y yo nos acercamos a el, escogiendo con cuidado el camino entre los matojos—. No se preocupe por la Muralla —le dije a Ev—. Veremos bastante. Tenemos que cruzarla para llegar adonde vamos, y a continuacion la seguiremos por el norte hasta Arroyo Plateado.

—Eso no ocurria a menos que carguemos estos ponis —dijo Carson—. Tome. —Tendio a Ev las riendas de una de las bestias—. Cargue a Ciclon.

—?Ciclon? —dijo Ev, mirando con precaucion al poni, que me parecia a punto de volver a desplomarse.

—No pasa nada —dije—. Los ponis…

—Fin tiene razon —explico Carson—. No haga ningun movimiento subito. Y si intenta tirarle, agarrese con todas sus fuerzas, sin miramientos. Ciclon no se vuelve violento excepto cuando siente el miedo.

—?Violento? —Ev parecia nervioso—. No tengo mucha experiencia cabalgando.

—Puede cabalgar el mio —sugeri.

—?Diablo? —comento Carson—. ?Crees que es buena idea despues de lo que sucedio antes? No, creo que sera mejor que monte a Ciclon —le tendio el estribo—. Meta el pie aqui dentro y agarrese al pomohueso con fuerza y seguridad.

Ev se agarro al pomo como si fuera una granada de mano.

—Vamos, vamos, Ciclon —murmuro, acercando el pie a camara lenta en direccion al estribo—. Ciclon bonito.

Carson me miro, los bordes de su bigote temblaban.

—?Verdad que lo hace bien, Fin?

Le ignore y me puse a atar el gran angular al pecho de Inutil.

—Ahora pase la otra pierna muy, muy despacio. Lo sostendre hasta que este listo —dijo Carson, sujetando la brida con fuerza.

Evelyn lo consiguio y asio las riendas en una tenaza de muerte.

—?Arre! —grito Carson, y golpeo al poni en el flanco. El animal avanzo un paso; Ev solto las riendas y se aferro al pomohueso. El poni dio dos pasos mas hacia Carson, alzo la cola, y solto una bosta del tamano del Everest.

Carson se me acerco, riendo como un loco.

—?Por que la has tomado con Ev? —pregunte. El siguio tronchandose un rato antes de contestar.

—Dijiste que era mas listo de lo que parece. Estaba comprobandolo.

—Tendrias que echar un vistazo a nuestro guia —dije, senalando a Bult, que habia vuelto a llevarse los binos a los ojos—, si quieres que partamos hoy.

El se rio un poco mas y fue a charlar con Bult. Termine de fijar el equipo de exploracion. Bult habia sacado su diario, Carson estaba gritandole de nuevo.

Monte a Inutil y cabalgue hasta donde estaba Ev.

—Creo que aun tardaremos un ratito. Siento lo de Carson. Tiene un sentido del humor algo peculiar.

—Ya veo. Por fin. ?Cual es su nombre real? —dijo, senalando al poni. Avanzo un paso y se detuvo.

—Veloz.

—Y esta es toda la velocidad que coge.

—A veces no va tan rapido.

Inutil alzo la cola y descargo.

—Me han dicho que no siempre son asi—dijo Ev.

—Pues no. A veces, despues de que los metamos en el heli, les entra la prisa.

—Perfecto. Supongo que los movimientos subitos no los asustan.

—Nada los asusta, ni siquiera que los mordisqueadores se les coman las patas. Si se asustan o no quieren hacer algo, se plantan ahi y no mueven ni un pelo.

—?Que es lo que no les gusta?

—Que la gente los monte. Las montanas. No quieren subir mas que una pendiente del dos por ciento. Seguir sus propias pisadas. Llevar a mas de dos jinetes. Ir a mas de un klom por hora.

Ev me miro con cautela, como si tambien me estuviera burlando de el.

Alce la mano.

—Palabrita del nino Jesus —dije.

—Pero andando iriamos mas rapido.

—No cuando hay una multa por dejar huellas. Se inclino a un lado para mirar las patas de Inutil.

—Pero ellos tambien dejan huellas, ?no? —Son indigenas.

—?Pero entonces, como cubren territorio? —No lo hacemos, y el Gran Hermano se cabrea. —Mire la Lengua. Carson habia dejado de gritar y estaba observando a Bult, que hablaba con su cuaderno—. Por cierto, sera mejor que le informe de todas las demas reglas. Olvidese de tomar holos o fotos personales, coger recuerdos del viaje, florecillas silvestres o matar fauna.

—?Y si nos atacan?

—Depende. Si cree que puede sobrevivir al ataque cardiaco que sufrira cuando vea la multa y todos los informes que debera rellenar, adelante. Dejar que lo maten sera mas sencillo. El parecio desconfiar otra vez.

—Probablemente no nos encontraremos con nada peligroso —lo tranquilice.

—?Y los mordisqueadores?

—Estan mas al norte. Muy poca f-y-f es peligrosa, y los indigitos son pacificos. Pueden robarle a uno hasta las pestanas, pero no hacen dano. No se olvide de llevar el micro todo el tiempo. —Me acerque para colocarselo mas abajo, en el pecho—. Si nos separamos, no se mueva. No intente ir a buscar a nadie. Esa es la forma mas segura de hacer que lo maten.

—?No ha dicho que la f-y-f no era peligrosa?

—No lo es. Pero vamos a estar en territorio inexplorado. Eso significa corrimiento de tierras, relampagos, agujeros de matacaminos, riadas. Puede cortarse la mano con un matorral y sufrir gangrena, o dirigirse demasiado al norte y morir congelado. —O quedar atrapado en una estampida de equipajes. Me pregunte como sabia eso. Los saltones, fueran lo que fuesen.

—O perderse para siempre jamas. Eso es lo que le sucedio a Segura, el companero de Stewart —dije—. Y ni siquiera le pondran su nombre a una montana. Hagame caso: no se mueva y despues de veinticuatro horas llame a CJ. Ella vendra a recogerlo.

El asintio.

—Lo se.

Iba a tener que averiguar que eran aquellos saltones.

—Llame a CJ. —anadi—, y deje que ella se preocupe de encontrarnos a los demas. Si esta herido y no puede llamar, ella sabra donde se encuentra por su micro.

Hice una pausa y trate de recordar que mas tenia que decirle. Carson volvia a gritarle a Bult. Se le oia claramente por encima de los ponis.

—Ni se le ocurra hacer regalos a los indigitos —prosegui—, ni ensenarles a fabricar un rueda o a tejer una falda de algodon. Si averigua cual es el sexo de Bult, no confraternice. No grite a los indigitos —dije, mirando a Carson.

El se acercaba a nosotros, con el bigote temblando otra vez, pero ahora no parecia reirse.

—Bult dice que no podemos cruzar por aqui. Segun el, aqui no hay ninguna brecha en la Muralla.

—Cuando consultamos el mapa, dijo que la habia.

—Por lo visto la han reparado. Dice que tendremos que cabalgar al sur, hasta la otra. ?A que distancia esta?

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