bata». Y cuando me quise dar cuenta, estaba a su lado ante la mesa de operaciones. En la mesa estaba una mujer, la paciente, desnuda de cintura para abajo. ?Y tomo un cuchillo e hizo, zip, como si tal cosa! Bueno…
Morrie levanto un dedo y lo hizo girar.
»… Empece a hacer asi. Casi me desmayo. Con toda la sangre. Ag. La enfermera que estaba a mi lado me dijo: «?Que le pasa, doctor?» Y yo dije: «?Que doctor ni que narices!
Nos reimos, y Morrie tambien se rio, con toda la fuerza que le permitia su respiracion limitada. Era la primera vez que habia, contado una anecdota asi en varias semanas, que yo recordase. Pense que era raro que una vez estuviera a punto de desmayarse por ver la enfermedad de otra persona y que ahora fuera tan capaz de soportar la suya propia.
Connie llamo a la puerta y dijo que el almuerzo de Morrie estaba preparado. No era la sopa de zanahoria, las tartas de verdura ni la pasta griega que yo habia traido aquella manana de Pan y Circo. Aunque ya procuraba comprar la comida mas blanda, Morrie tampoco tenia fuerzas para masticarla y tragarla. Ahora comia principalmente suplementos dieteticos liquidos, a los que se anadia si acaso una galleta integral que se dejaba empapar hasta que estaba blanda y facil de digerir. Charlotte ya reducia a pure casi todo con la batidora. Morrie absorbia los alimentos con una pajita. Yo seguia haciendo la compra todas las semanas y me presentaba ante el con las bolsas para ensenarselas, pero lo hacia para ver su expresion mas que por otra cosa. Cuando abria la nevera veia una inundacion de recipientes. Supongo que yo albergaba la esperanza de que un dia volviesemos a comer juntos un almuerzo de verdad y de poder ver la manera calamitosa en que el hablaba mientras comia, dejando alegremente que se le cayera la comida de la boca. Era una esperanza necia.
– Asi que… Janine -dijo Morrie.
Ella sonrio.
– Eres encantadora. Dame la mano.
Ella se la dio.
– Mitch dice que eres cantante profesional.
– Si -dijo Janine.
– Dice que eres magnifica.
– Oh, no -dijo ella, riendose-. Son cosas que dice el.
Morrie levanto las cejas.
– ?Quieres cantarme algo?
Pues bien, yo he oido a la gente pedir esto mismo a Janine casi desde que la conozco. Cuando la gente se entera de que alguien se gana la vida cantando, siempre le dicen: «Cantanos algo». Janine, que es muy vergonzosa acerca de su talento y que tiene exigencias de perfeccionista en cuanto al entorno, no cantaba nunca. Se disculpaba con educacion. Y eso esperaba yo que hiciera ahora.
Y entonces empezo a cantar:
Era una cancion de jazz de los anos 30, compuesta por Ray Noble, y Janine la canto con dulzura, mirando fijamente a Morrie. A mi volvio a maravillarme, una vez mas, la capacidad que tenia el para hacer que salieran a relucir las emociones de las personas que normalmente se las guardaban. Morrie cerro los ojos para absorber las notas. Mientras la voz carinosa de mi mujer llenaba la habitacion, le aparecio en el rostro una sonrisa creciente. Y aunque tenia el cuerpo tan rigido como un saco de arena, casi se le veia bailar por dentro.
Cuando termino, Morrie abrio los ojos y las lagrimas le rodaron por las mejillas. En todos los anos que he oido cantar a mi mujer, no la he oido nunca como la oyo el en aquel momento.
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El matrimonio. Casi todos mis conocidos tenian algun problema con el. A algunos les daba problemas entrar en el, a otros les daba problemas salir. Parecia que los miembros de mi generacion luchaban con el compromiso, como si se tratase de un caiman de una marisma tenebrosa. Yo me habia acostumbrado a asistir a bodas, a felicitar a la pareja y a sentir solo una leve sorpresa pocos anos mas tarde cuando me encontraba con el novio comiendo en un restaurante con una mujer mas joven a la que me presentaba como amiga suya. «Estoy separado de fulanita, ?sabes?» me decia.
?Por que tenemos estos problemas? Se lo pregunte a Morrie. Despues de esperar siete anos hasta que pedi a Janine que se casara conmigo, me preguntaba si las personas de mi edad estabamos siendo, sencillamente, mas prudentes que las de antes, o si eramos sencillamente mas egoistas.
– Bueno, tu generacion me da lastima -dijo Morrie-. En esta cultura, es muy importante encontrar una relacion de amor con otra persona, porque una buena parte de la cultura no nos aporta eso mismo. Pero los pobres chicos de hoy son demasiado egoistas para participar en una verdadera relacion de amor, o bien se lanzan al matrimonio apresuradamente y se divorcian seis meses mas tarde. No saben lo que quieren de un companero. No saben quienes son ellos mismos, y asi ?como van a saber con quien se casan?
Suspiro. Morrie habia, dado consejos a muchos enamorados infelices en sus anos de profesor.
»Es triste, porque tener una persona amada es muy importante. Te das cuenta de eso sobre todo cuando estas pasando una epoca como yo, cuando no estas muy bien. Los amigos son estupendos, pero los amigos no van a estar aqui por la noche cuando estas tosiendo y no puedes dormir y alguien tiene que pasarse la noche en vela a tu lado, animarte, intentar serte util.»
Charlotte y Morrie, que se habian conocido de estudiantes, llevaban casados cuarenta y cuatro anos. Yo los veia juntos ahora, cuando ella le recordaba que tenia que tomarse las medicinas, o entraba a acariciarle el cuello, o le hablaba de uno de sus hijos. Trabajaban en equipo, y con frecuencia no necesitaban mas que una mirada callada para comprender lo que pensaba el otro. Charlotte era una persona reservada, a diferencia de Morrie, pero yo sabia cuanto la respetaba el, pues a veces, cuando hablabamos, decia: «A Charlotte no le gustaria que yo contase eso», y ponia fin a la conversacion. Eran las unicas ocasiones en que Morrie se callaba algo.
– Una cosa he aprendido acerca del matrimonio -dijo despues-. Te pone a prueba. Descubres quien eres, quien es la otra persona, y de que manera te adaptas o no te adaptas.
– ?Existe alguna regla para determinar si un matrimonio va a funcionar?
Morrie sonrio.
– Las cosas no son tan sencillas, Mitch.
– Ya lo se.
– Con todo -dijo-, existen algunas reglas acerca del amor y del matrimonio que se que son verdaderas. Si no respetais a la otra persona, vais a tener muchos problemas. Si no sabeis transigir, vais a tener muchos problemas. Si no sabeis hablar abiertamente de lo que pasa entre vosotros, vais a tener