La voz de Vorpatril sono de repente, rompiendo su concentracion. El almirante estaba que echaba chispas.

—?Cobardes! ?Bastardos de cuatro manos! ?Milord Auditor! —Ah, Miles habia sido ascendido de nuevo—. ?Los malditos mutantes van a enviarle a ese cetagandes asexuado un piloto de salto!

—?Que? —En el estomago de Miles se hizo un nudo todavia mas apretado—. ?Han encontrado un voluntario? ?Cuadri, o planetario?

No podia haber tantas posibilidades donde elegir. Los neurocontroladores instalados quirurgicamente del piloto tenian que encajar en las naves que guiaba a traves de los saltos de agujero de gusano. Por muchos pilotos de salto que hubiera en aquel momento de paso (o atrapados) en la Estacion Graf, lo mas probable era que la mayoria fueran incompatibles con los sistemas de Barrayar. ?Era entonces el propio piloto de la Idris, o el piloto suplente, o un piloto de alguna de las naves komarresas hermanas…?

—?Que le hace pensar que se ha ofrecido voluntario? —rugio Vorpatril—. No me puedo creer que esten entregando…

—Tal vez los cuadris tengan preparado algo. ?Que dicen?

Vorpatril vacilo, y luego escupio:

—Watts me corto la comunicacion hace unos minutos. Estabamos discutiendo sobre que equipo de asalto deberia entrar, el nuestro o los milicianos cuadris, y cuando. Y a las ordenes de quien. Ambos a la vez sin ninguna coordinacion me parecia una idea espantosamente mala.

—En efecto, se aprecian los riesgos potenciales.

El ba estaba empezando a parecer un poco en desventaja. Pero cuando habia bioamenazas de por medio… La naciente simpatia de Miles murio cuando su vision empezo a nublarse de nuevo.

—Nosotros somos invitados en esta historia… Espere. Algo parece que sucede en una de las compuertas externas.

Miles amplio la imagen del vid de seguridad que mostraba la compuerta que habia cobrado vida de repente. Las luces de atraque que enmarcaban la puerta exterior ejecutaron una serie de comprobaciones y permisos. El ba, se recordo, probablemente estaba viendo lo mismo. Contuvo la respiracion. ?Estaban los cuadris, fingiendo entregar el piloto de salto exigido, a punto de intentar introducir su propia fuerza de choque?

La compuerta se abrio, ofreciendo un breve atisbo del interior de una diminuta capsula de una sola persona. Un hombre desnudo, los plateados circulos de contacto del implante neural de un piloto de salto brillando en el centro de su frente y en las sienes, atraveso la compuerta. La puerta volvio a cerrarse. Alto, moreno, guapo a pesar de las pequenas cicatrices rosadas que serpenteaban por todo su cuerpo. Dmitri Corbeau. Su rostro estaba palido y tranquilo.

—El piloto de salto acaba de llegar —le dijo Miles a Vorpatril.

—?Maldicion! ?Humano o cuadri?

Vorpatril iba a tener que trabajar duro con su vocabulario diplomatico…

—Planetario —respondio Miles, a falta de otro comentario mas agudo. Vacilo, y luego anadio—: Es el alferez Corbeau.

Un silencio incredulo.

—?Hijo de puta…! —susurro entonces Vorpatril.

—Calle. El ba esta hablando por fin.

Miles ajusto el volumen y abrio de nuevo el visor para que Vorpatril pudiera escuchar tambien. Mientras Roic mantuviera su traje sellado, era… no era peor que siempre. «Si, ?y como es eso de malo?»

—Gire hacia el modulo de seguridad y abra la boca —ordeno friamente la voz del ba, sin mas preambulos, por el monitor del vid—. Mas cerca. Abrala mas.

Miles fue invitado a contemplar una buena perspectiva de las amigdalas de Corbeau. A menos que Corbeau llevara un diente lleno de veneno, no habia ningun arma oculta dentro.

—Muy bien…

El ba continuo con una serie de gelidas indicaciones para que Corbeau ejecutara una humillante secuencia de giros que, aunque no tan concienzudos como una exploracion de cavidades corporales, al menos confirmo que el piloto de salto no llevaba nada alli tampoco. Corbeau obedecio con precision, sin vacilar ni discutir, su expresion rigida y neutral.

—Ahora suelte la capsula de las abrazaderas de atraque.

Corbeau se levanto y se acerco a la compuerta. Un chasquido y un chirrido: la capsula, liberada pero sin energia, se aparto del casco de la Idris.

—Ahora escuche estas instrucciones. Camine veinte metros hacia la proa, gire a la izquierda y espere a que se le abra la siguiente puerta.

Corbeau obedecio, todavia sin expresion ninguna en el rostro, excepto en los ojos. Su mirada parecia estar buscando algo, o intentaba memorizar su ruta. Se perdio del alcance de los vids de la compuerta.

Miles reflexiono sobre la peculiar pauta de viejas cicatrices de gusano que surcaban el cuerpo de Corbeau. Debia de haber rodado, o lo debian de haber hecho rodar, por encima de un nido muy feo. En aquellos ajados jeroglificos parecia haber escrita toda una historia. Un joven muchacho colonial, tal vez el chico nuevo del campamento o el poblado… ?Lo enganaron o lo retaron o tal vez lo desnudaron y lo empujaron? Se tuvo que haber levantado del suelo, llorando y asustado, en medio de una burla cruel…

Vorpatril maldijo, repetidas veces, entre dientes.

—?Por que Corbeau? ?Por que Corbeau?

Miles, que se estaba preguntando lo mismo freneticamente, aventuro:

—Tal vez se ofrecio voluntario.

—A menos que los malditos cuadris lo hayan sacrificado. En vez de arriesgar a uno de los suyos. O… tal vez imagino que es otra forma de desertar.

—Yo… —Miles contuvo sus palabras mientras reflexionaba un momento, y luego las solto de sopeton—: Creo que eso seria hacerlo por la tremenda.

No era mas que una suposicion, pero ?de quien demostraria Corbeau ser aliado?

Miles detecto de nuevo la imagen del alferez cuando el ba lo obligo a dirigirse hacia el puente de la nave, abriendo y cerrando brevemente puertas estancas. Atraveso la ultima barrera y salio del alcance del vid, la espalda recta, silencioso, los pies descalzos pisando silenciosamente la cubierta. Parecia… frio.

El destello de otra alarma sensora desvio la atencion de Miles. Rapidamente, recupero la imagen de otra compuerta, justo a tiempo de ver a un cuadri con un traje bioprotector verde golpear con fuerza el monitor vid con una llave de tuerca mientras, mas alla, otras dos figuras vestidas de verde pasaban corriendo. La imagen se distorsiono y se apago. Pero Miles todavia pudo oir el zumbido de la alarma, el siseo de una puerta al abrirse…, pero ningun siseo al cerrarse. Porque no se habia cerrado o porque se habia cerrado en atmosfera de vacio. El aire y el sonido regresaron cuando la compuerta giro. La puerta, por tanto, habia sido abierta al vacio: los cuadris habian huido para saltar a la Estacion.

Eso respondia a su pregunta sobre sus trajes bioprotectores: al contrario que el material mas barato de la Idris, podian soportar el vacio. En el Cuadrispacio, tenia todo el sentido del mundo. Media docena de compuertas de la Estacion ofrecian refugio a poco mas de unos cientos de metros; los cuadris escapados podrian elegir la que quisieran, ademas de las capsulas o lanzaderas que revolotearan cerca, capaces de recogerlos y llevarlos a bordo.

—Venn, Greenlaw y Leutwyn acaban de escapar por una compuerta —informo Miles a Vorpatril—. Buen momento.

Un momento cojonudo. Escapaban justo cuando el ba estaba distraido por la llegada de su piloto y, con la posibilidad real de una huida ahora a su alcance, menos inclinado a llevar a cabo su amenaza de embestida. Era exactamente el movimiento adecuado, ir liberando rehenes de la presa del enemigo a cada oportunidad. Desde luego, aquel asunto de la llegada de Corbeau habia sido calculado al milimetro. Miles no lo lamentaba.

—Bien. ?Excelente! Ahora esta nave esta completamente libre de civiles.

—A excepcion de usted, milord —recalco Roic. Iba a decir algo mas, pero capto la sombria mirada que Miles le dirigio por encima del hombro y se trago las palabras.

—Ja —murmuro Vorpatril—. Tal vez esto haga que Watts cambie de opinion. —Bajo la voz, como si se apartara de su receptor de radio, o se hubiera colocado la mano delante—: ?Que, teniente? —Luego murmuro—: Disculpeme.

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