tumba. Ningun superviviente, ningun naufragio, ningun cabo suelto. Pero estaba Guppy. Y dejaba un desordenado rastro de pruebas descabelladamente sugerentes a cada paso.
?Donde estarian ahora los cetagandeses? Demasiado cerca para la comodidad del ba, obviamente; resultaba increible que, cuando Guppy aparecio en la barandilla del hotel, el ba no se hubiera muerto de un ataque al corazon sin necesidad de la remachadora. Pero la pista del ba, marcada por Guppy con bengalas de senales, conducia directamente desde el escenario del crimen al corazon de un Imperio a veces enemigo: Barrayar. ?Que estaban deduciendo los cetagandeses de todo eso?
«Bueno, ahora tenemos una pista, ?no?»
—Bien —jadeo Miles, mas tenso aun—. Bien. Supongo que estara grabando esto. Asi que mi primera orden con la Voz del Emperador, almirante, es anular la orden de reunion del Sector Cinco. Eso era lo que iba a pedirme, ?no?
—Gracias, milord Auditor, si —dijo Vorpatril, agradecido—. Normalmente, preferiria morir antes que ignorar una llamada semejante, pero… dada nuestra situacion actual, van a tener que esperar un poco. —Vorpatril no estaba dramatizando: era una simple declaracion de hechos—. No demasiado, espero.
—Van a tener que esperar mucho —dijo Miles—. Esta es mi siguiente orden con la Voz del Emperador. Copie todo, todo, lo que tenga grabado desde las ultimas veinticuatro horas y envielo por canal abierto, con la prioridad mas alta, a la Residencia Imperial, el Alto Mando en Barrayar, al Cuartel General de SegImp y a los Asuntos Galacticos de SegImp en Komarr. Y —tomo aliento, y alzo la voz para anular el escandalizado grito de Vorpatril de «?Copia! ?En un momento como este?»—, con remite del lord Auditor Miles Vorkosigan de Barrayar a la urgentisima y personalisima atencion del ghem-general Dag Benin, jefe de Seguridad Imperial, Jardin Celestial, Eta Ceta, personal, urgente, muy urgente, por el pelo de Rian que esto es verdad, Dag. Exactamente esas palabras.
—?Que? —grito Vorpatril, y luego rapidamente bajo la voz y repitio angustiado—. ?Que? ?Un encuentro en Marilac solo puede significar una guerra inminente con los cetagandeses! ?No podemos entregarles ese tipo de informacion sobre nuestra posicion y nuestros movimientos… envuelta en papel de regalo!
—Obtenga de Seguridad de la Estacion Graf la grabacion completa y sin cortes del interrogatorio de Russo Gupta y enviela tambien, en cuanto pueda. Antes.
Un nuevo terror estremecio a Miles, una vision como un sueno febril: la gran fachada de la mansion Vorkosigan, en la capital barrayaresa de Vorbarr Sultana, bajo una lluvia de fuego de plasma, su antigua piedra fundiendose como mantequilla; dos contenedores llenos de fluido estallando entre nubes de vapor. O una plaga, dejando a todos los protectores de la mansion muertos y amontonados en los pasillos, o huyendo para morir en las calles; dos replicadores casi maduros desatendidos, congelandose lentamente, sus diminutos ocupantes muriendo por falta de oxigeno, ahogandose en su propio liquido amniotico. Su pasado y su futuro, todo destruido a la vez… Nikki tambien; ?seria barrido con los otros ninos al intentar un frenetico rescate, o desapareceria, sin que nadie lo echara de menos, fatalmente solo? Miles habia esperado llegar a ser un buen padrastro para Nikki… Eso estaba por ver ahora, ?no? «Ekaterin, lo siento…»
Pasarian horas, dias, antes de que el nuevo tensorrayo pudiera llegar a Barrayar y Cetaganda. Gente enloquecidamente inquieta podria cometer errores fatales en cuestion de minutos. De segundos…
—Y si suele usted rezar, Vorpatril, rece para que nadie haga ninguna estupidez antes de que los mensajes lleguen. Y para que nos crean.
—Lady Vorkosigan —susurro apremiante Vorpatril—, ?puede estar delirando por la enfermedad?
—No, no —lo tranquilizo ella—. Esta pensando demasiado rapido y saltandose todos los pasos intermedios. Suele hacerlo. Puede ser muy frustrante. Miles, amor, hum… para el resto de los mortales, ?te importaria explicarte un poco mejor?
El tomo aliento, dos o tres veces, para detener sus temblores.
—El ba. No es un agente ni esta en ninguna mision. Es un criminal. Un renegado. Quizas este loco. Creo que secuestro la nave anual de ninos haut que iba a Rho Ceta, la envio contra el sol mas cercano con todos a bordo (probablemente asesinados ya) y se largo con su cargamento. Que pasaba por Komarr, y que abandono el Imperio de Barrayar en una nave comercial propiedad personal de la emperatriz Laisa… y no quiero ni imaginar como consideraran de incriminador ese pequeno detalle ciertas mentes del Nido Estelar. ?Los cetagandeses creen que nosotros robamos sus bebes, o que fuimos complices del robo y, santo Dios, asesinamos a una Consorte Planetaria, y por eso estan a punto de declararnos la guerra por error!
—?Oh! —dijo Vorpatril, aturdido.
—La seguridad del ba se basaba en el secreto, porque en cuanto los cetagandeses se pusieran en la pista adecuada, no descansarian hasta castigar este crimen. Pero el plan perfecto se estropeo cuando Gupta no murio segun lo previsto. La frenetica actividad de Gupta atrajo a Solian, a ustedes, a mi… —Anadio mas despacio—: La pregunta es, ?para que demonios quiere el ba a esos ninos haut?
—?Podria estar robandolos para alguien? —sugirio Ekaterin, vacilante.
—Si, pero se supone que los ba son insobornables.
—Bueno, si no se trata de una compra o un soborno, ?podria tratarse de un chantaje o una amenaza? ?Tal vez una amenaza a algun haut a quien el ba sea leal?
—O tal vez a alguna faccion del Nido Estelar —conjeturo Miles—. Excepto que… Los ghem-lores tienen facciones, los lores haut tienen facciones. Pero el Nido Estelar siempre se ha movido al unisono. Incluso cuando cometieron una traicion indiscutible, hace una decada, las damas haut tomaron todas las decisiones conjuntamente.
—?El Nido Estelar cometio traicion? —repitio Vorpatril, asombrado—. ?No nos enteramos de eso! ?Esta seguro? No me entere de que se hubieran producido entonces ejecuciones en masa en el Imperio, y deberia haberlo hecho. —Hizo una pausa y anadio, en tono mas apagado—: ?Como podrian un punado de damas haut fabricantes de ninos cometer traicion, en cualquier caso?
—No se hizo publico. Por varios motivos. —Miles se aclaro la garganta.
—Lord Auditor Vorkosigan. Este es su enlace de comunicacion, ?no? ?Esta usted ahi? —intervino una nueva voz.
—?Selladora Greenlaw! —exclamo Miles feliz—. ?Han llegado a lugar seguro? ?Todos ustedes?
—Hemos vuelto a la Estacion Graf —repuso la Selladora—. Parece prematuro decir que es segura. ?Y usted?
—Todavia estoy atrapado a bordo de la
—Necesito hablar con usted urgentemente. Tiene usted mas autoridad que ese testarudo de Vorpatril.
—Ah, mi enlace tiene un canal de audio abierto con el almirante Vorpatril en estos momentos, senora. Puede hablar con ambos a la vez, si lo desea —la corto Miles rapidamente, antes de que ella se expresara sin ningun tapujo.
Greenlaw vacilo solo un instante.
—Bien. Necesitamos que Vorpatril contenga, repito, contenga todas sus fuerzas de asalto. Corbeau confirma que el ba lleva encima una especie de control remoto o interruptor aparentemente conectado con la bomba biologica que ha ocultado en la Estacion Graf. No es ningun farol.
Miles miro sorprendido el silencioso vid del puente. Corbeau estaba ahora sentado en el asiento del piloto, con el casco de control puesto, el rostro inexpresivo aun mas ausente.
—?Corbeau lo confirma! ?Como? Iba completamente desnudo… ?El ba lo vigila cada segundo! ?Un comunicador subcutaneo?
—No hubo tiempo para implantarle ninguno. Hace parpadear las luces de la nave siguiendo un codigo preacordado.
—?De quien fue la idea?
—Suya.
Un chico colonial avispado. El piloto estaba de su parte. Oh, era bueno saberlo… Los temblores de Miles se estaban convirtiendo en estertores.
—Todos los cuadris adultos de la Estacion Graf que no se ocupan de servicios de emergencia estan buscando la biobomba —continuo Greenlaw—, pero no tenemos ni idea de que aspecto tiene, ni de su tamano o de si esta disfrazada de otra cosa. Ni de si hay mas de una. Estamos intentando evacuar a tantos ninos como sea posible en las naves y lanzaderas que tenemos a mano, para sellarlas luego, pero ni siquiera podemos estar