—?Entonces por que lo llamarian «nadador del aire», Nyef?
—No se. —Nafai se sintio ridiculo—. Me olvide de lo del aire.
—Lo olvidaste… y sin embargo reconociste que decia «aire» de inmediato, sin ayuda. Sabias que
—Entonces soy realmente obtuso.
—Pero no lo eres, Nyef. Eres realmente listo, y sin embargo te quedas mirando esa palabra mientras te explico todo esto y aun no deduces el significado.
—?Y que es esta palabra? —dijo Nafai, senalando
—Si no lo viera con mis propios ojos, no lo creeria.
—?Que?
—?Ni siquiera sientes curiosidad por saber que es un
—Una maquina que se llama nadador del aire.
—Claro. Muy bien. ?Y que es
—Sientate, mi querido, amado, inteligente y estupido hermano, verdadero servidor del Alma Suprema. Quiero decirte una cosa acerca de las maquinas que nadan por el aire.
—Creo que te estoy molestando —dijo Nafai.
—Quiero hablar contigo. No es una interrupcion. Solo quiero explicarte la idea del vuelo…
—Sera mejor que me vaya.
—?Por que? ?Por que tienes tantas ganas de irte?
—No se. —Nafai camino hacia la puerta—. Necesito aire. Me estoy sofocando.
Salio de la sala. De inmediato se sintio mejor. Ya no sufria mareos. ?Que demonios pasaba? La biblioteca… Asfixiante. Abarrotada. Demasiada gente.
—?Por que te has ido? —pregunto Issib.
Nafai se volvio bruscamente. Issib lo seguia flotando. Nafai sintio de inmediato la misma claustrofobia que lo habia obligado a salir.
—Demasiada gente ahi dentro —dijo—. Necesito estar solo.
—Yo era la unica persona que habia dentro —senalo Issib.
—?En serio? —Nafai trato de recordar—. Quiero salir. Dejame salir.
—Piensa —dijo Issib—. ?Recuerdas la conversacion de ayer entre Luet y Padre?
Nafai se relajo. Ya no sentia claustrofobia.
—Claro.
—Y Luet interrogaba a Padre… acerca de sus recuerdos. Cuando el recuerdo distorsionaba la vision se sentia estupido, ?verdad?
—Eso dijo.
—Estupido. Desconectado. Solo miraba el vacio.
—Supongo.
—Como tu —dijo Issib—. Cuando te insisti sobre el significado de
Nafai sintio que le faltaba el aire en los pulmones.
—Tengo que salir.
—Eres realmente sensible a esto —dijo Issib—. Aun mas que Padre y Madre cuando trate de explicarselo.
—Deja de seguirme —exclamo Nafai.
Pero Issib lo siguio por el pasillo, escalera abajo, hasta la calle. Alli Issib se adelanto facilmente y se interpuso en su camino, como si tratara de obligarle a regresar.
—?Basta! —protesto Nafai. Pero no podia escapar. Nunca habia sentido tanto panico. Al volverse, tropezo y cayo de rodillas.
—Esta bien —murmuro Issib—. No es nada. Calmate.
Nafai respiraba con mayor soltura. La voz de Issib era tranquilizadora. El panico se aplaco. Nafai irguio la cabeza y miro alrededor.
—?Que hacemos en la calle? Madre me matara.
—Tu saliste corriendo, Nafai.
—?En serio?
—Es el Alma Suprema, Nafai.
—?Que es el Alma Suprema?
—La fuerza que te envio afuera para que no me escucharas hablar de… de esa cosa que el Alma Suprema prefiere que la gente ignore.
—Que estupidez —dijo Nafai—. El Alma Suprema difunde informacion, no la oculta. Nosotros presentamos nuestros escritos, nuestra musica, todo, y el Alma Suprema lo transmite de ciudad en ciudad, de biblioteca en biblioteca, por todo el mundo.
—Tu reaccion fue mucho mas intensa que la de Padre —observo Issib—. Claro que tambien fui mas insistente contigo.
—?A que te refieres?
—El Alma Suprema esta en tu cabeza, Nafai. En la cabeza de todos. Pero algunos son mas sensibles que otros. Esta ahi, observando nuestros pensamientos. Se que es dificil de creer.
Pero Nafai recordaba que Luet sabia lo que el tenia en mente.
—No, Issya. Ya sabia eso.
—?De veras? Pues bien. En cuanto el Alma Suprema supo que te aproximabas a un tema prohibido, comenzo a atontarte.
—? Que tema prohibido ?
—Si te lo recuerdo, comenzaras de nuevo —dijo Issib.
—?Cuando me puse estupido?
—Creeme, te pusiste muy estupido. Tratabas de cambiar de tema sin darte cuenta siquiera. Por lo general eres muy perceptivo, Nafai. Muy listo. Captas las cosas. Pero esta vez te quedaste en la biblioteca como un idiota, con la verdad ante las narices, y no la reconociste. Cuando yo te la recorde, cuando insisti, empezaste a sentir claustrofobia. No podias respirar, tuviste que irte de la sala. Te segui, insisti de nuevo, y aqui estamos.
Nafai trato de recordar lo sucedido. Issib tenia razon en cuanto al orden de los hechos. Solo que Nafai no asociaba su necesidad de salir de la casa con nada que hubiera dicho Issib. Ni siquiera recordaba de que le habia hablado Issib.
—?Insististe?
—Te comprendo —dijo Issib—. Yo senti lo mismo cuando comence a indagar este asunto hace un par de anos. Estaba jugando con palabras perdidas, como el oso bailarin. Confeccionando listas. Tenia una larga lista de terminos de este tipo, con definiciones y explicaciones, junto con mis conjeturas acerca del significado de cada palabra perdida. Y un dia miraba una lista que creia completa y adverti que habia una veintena de palabras que no tenian significado. Es estupido, pense. Eso echa a perder la lista. Asi que borre esas palabras.
—?Las borraste? —pregunto Nafai azorado—. ?En vez de investigarlas ?
—?Entiendes hasta que punto te puede idiotizar? Y en cuanto termine de borrarlas, comprendi lo que estaba haciendo. Asi que busque el comando «restaurar texto borrado», anule la memoria de borrado y luego guarde el archivo encima del viejo.
—Es demasiado complicado para ser una equivocacion.
—Exacto. Supe que borrarlas era un error, pero en vez de corregir el error y recobrar las palabras, las anule, las elimine del sistema.
—?Y piensas que fue obra del Alma Suprema?
—Nafai, ?nunca te has preguntado que es el Alma Suprema? ?Que hace?
—Claro.
—Yo tambien. Ahora lo se.