regateado en tierras extranjeras y he obtenido pingues beneficios con poca mercancia… ?Por que no pudiste confiar en mi? Tu solo has regateado por unos estupidos myachiks en el mercado, chiquillo.
—No lo sabia —susurro Nafai.
Elemak lo arrojo a suelo. Nafai se arano los codos y se golpeo la cabeza contra las piedras. No pudo contener un grito.
—Dejalo en paz, cobarde —dijo Issib.
—?Me llamas cobarde? —grito Elemak.
—Gaballufix iba a quedarse con nuestro dinero de un modo u otro. Ya tenia a Rash de su parte.
—Vaya, ahora eres experto en lo que hubiera ocurrido —resoplo Elemak.
—?Nos juzgas desde tu trono! —chillo Mebbekew—. Y si crees que Nafai es tan inocente, ?que hay de ti? ?Fuiste tu quien extrajo el dinero de las cuentas de Padre!
Nafai se incorporo. No le gustaban esas amenazas. Una cosa era que desquitaran su furia con el, pero muy otra que se dispusieran a lastimar a Issya.
—Lo siento —dijo Nafai. No le quedaba mas remedio que asumir la culpa y soportar la furia—. No lo entendi; y tenia que haber cerrado el pico. Lo lamento.
—?Lo sientes? —rugio Elemak—. ?Cuantas veces lo has
Elemak saco una varilla de un fardo apoyado contra la pared de roca. Estaba disenada para soportar cargas pesadas a lomos de camello; tenia cierta flexibilidad y no era demasiado gruesa, pero era fuerte y larga. Nafai comprendio de inmediato cual era el proposito de Elemak.
—No tienes derecho a tocarme.
—No, nadie tiene derecho a tocarte —dijo Mebbekew—. El sagrado Nafai, la joya de Padre, nadie puede tocarle. Pero el puede tocarnos a nosotros. El puede perder nuestra herencia, pero nadie puede hacerle dano.
—Nunca habria sido tu herencia de todos modos —le dijo Nafai a Mebbekew—. Siempre fue para Elemak.
Otro pensamiento acudio a la mente de Nafai, pensando en quien habria recibido la herencia. Supo que no era prudente decirlo, cuando Elemak y Mebbekew ya estaban encolerizados, pero no pudo callar:
—Y si hablamos de lo que habeis perdido, ambos mereceis ser desheredados, pues habeis conspirado contra Padre.
—Mentira —exclamo Mebbekew.
—?Tan estupido me creeis? Tal vez no supierais que Gaballufix planeaba matar a Padre esa manana, pero sabiais que pensaba matar a alguien. ?Que te prometio Gaballufix, Elemak? ?Lo mismo que prometio a Rash, el nombre y la fortuna de Wetchik, una vez que Padre quedara desprestigiado y se viera obligado a huir de su finca?
Elemak se lanzo sobre el con un rugido, agitando la varilla. Estaba tan furioso que acerto pocos golpes, pero aun asi fueron brutales. Nafai nunca habia sentido tanto dolor, ni siquiera cuando oraba, ni siquiera cuando hundio los pies en las quemantes aguas del lago. Termino de bruces en la grava, con Elemak encima de el, dispuesto a golpearle… ?donde? ?En la espalda, en la cabeza?
—?Por favor!—gimio Nafai.
—?Mentiroso! —rugio Elemak.
—?Traidor! —respondio Nafai. Trato de arrodillarse. La varilla cayo, derribandolo. Me ha roto la espalda, penso Nafai. Quedare paralitico. Sere como Issib, invalido en una silla el resto de mi vida. Fue como si al pensar en Issib lo hubiera puesto en accion. Pues cuando Elemak alzo la varilla de nuevo, la silla de Issib se interpuso. La silla giraba fuera de control y la varilla le pego a Issib en el brazo. Grito de dolor y la silla se descontrolo por completo, girando como un trompo. Su sistema de elusion de colisiones le impidio chocar contra las paredes de piedra del barranco, pero arrollo a Mebbekew, que procuraba apartarse, y lo derribo.
—?Apartate, Issib! —grito Elemak.
—?Cobarde! —exclamo Nafai—. ?No eras nada frente a Gaballufix, pero ahora te ensanas con un invalido y con un nino de catorce anos! ?Muy valiente!
Elemak se volvio hacia Nafai.
—Esta vez has hablado demasiado, nino —dijo. Ya no gritaba. Su furia era mas fria, mas profunda—. Nunca mas oire esa voz, ?entiendes?
—Bravo, Elya. No lograste que Gaballufix te hiciera el favor de matar a Padre, pero al menos puedes matarme a mi. Adelante, demuestra tu hombria matando a tu hermano menor.
Nafai esperaba disuadir a Elemak al avergonzarlo, pero calculo mal. Elemak perdio los estribos. Mientras Issib giraba frente a el, Elemak le cogio el brazo y lo arranco de la silla, arrojandolo al suelo como un juguete roto.
—?No! —grito Nafai.
Se lanzo hacia Issib para ayudarlo, pero Mebbekew se interponia, y cuando Nafai logro acercarse Mebbekew lo arrojo al suelo. Nafai cayo a los pies de Elemak.
Elemak habia soltado la varilla. Se agacho para recogerla mientas Mebbekew corria al fardo para coger otra.
—Despachemoslo de un vez. Y si Issib no puede mantener la boca cerrada, acabemos con ambos.
Nafai no supo si Elemak habia oido a Mebbekew, pero la varilla bajo silbando y le golpeo el hombro. La punteria de Elemak aun no era buena, pero algo era indudable: apuntaba hacia lo alto del cuerpo de Nafai, apuntaba a la cabeza. Queria matarlo.
De pronto una luz cegadora estallo en el barranco. Nafai irguio la cabeza. Elemak giro buscando la luz. Era la silla de Issib.
Pero era imposible. La silla de Issib tenia un sistema pasivo de encendido. Cuando no le daban ordenes, se asentaba sobre las patas y aguardaba instrucciones. Eso habia hecho cuando Elemak arrojo a Issib al suelo.
—?Que sucede? —pregunto Mebbekew.
—?Que sucede? —repitio una voz mecanica desde la silla.
—Creo que la has roto —dijo Mebbekew.
—Yo no estoy rota —declaro la silla—. Habeis roto con la fe y la confianza. Habeis roto con la fraternidad. Habeis roto con el honor, la ley y la decencia. Habeis roto con la compasion. Pero yo no estoy rota.
—Hazla callar, Issya —ordeno Mebbekew.
Nafai noto que Elemak no decia nada. Miraba la silla de Issib, empunando la varilla. De pronto Elemak embistio con un grunido y ataco la silla tratando de atizarle un golpe.
Estallo un relampago. Elemak grito y cayo hacia atras mientras la varilla volaba por el aire, ardiendo.
Mebbekew dejo su varilla en el fardo.
—?Por que pegabas a tu hermano menor con una varilla, Elemak? —dijo la silla—. ?Por que planeabas su muerte, Mebbekew?
—?Quien habla? —pregunto Mebbekew.
—?No lo adivinas, tonto? —musito Issib desde el suelo—. ?Quien nos ha enviado en esta mision?
—Padre —dijo Mebbekew.
—El Alma Suprema —rectifico Elemak.
—?Aun no entendeis que, puesto que vuestro hermano menor estaba dispuesto a oir mi voz, lo he escogido como vuestro guia?
Eso los silencio a ambos. Pero Nafai supo que, en sus corazones, el odio que sentian habia dejado de ser un furor frenetico para transformarse en un frio resentimiento que no moriria jamas. El Alma Suprema habia escogido a Nafai para guiarlos. Nafai, que ni siquiera podia asistir a una negociacion con Gaballufix sin echarlo todo a perder. Alma Suprema, ?por que me haces esto?
—Si no hubierais traicionado a vuestro padre, si hubierais creido en el y le hubierais obedecido, no habria tenido que escoger a Nafai por encima de vosotros —explico la silla, el Alma Suprema—. Ahora regresad a Basilica y os entregare a Gaballufix.
La silla apago las luces y se poso lentamente en el suelo.