el comercio y sirven para llevar las cuentas. — Correcto.
—?Como lo consigue?
—Bueno, la mayoria de la gente trabaja para ganarselo. Lo que hace es negociar su trabajo para obtenerlo. O si son propietarios, fabrican o plantan algo, pueden venderlo. Yo trabajo.
—?Y Galac-Tech le da
—Si, claro.
—Si yo lo pidiera, ?la compania me lo daria? —Bueno… —Leo era consciente de que estaba entrando en terreno resbaladizo. Era mejor que su opinion sobre el Proyecto Cay siguiera como hasta entonces, mientras estuviera bajo su techo. Su trabajo consistia en ensenar procedimientos de soldadura seguros, no en fomentar demandas salariales o cualquier otra cosa hacia donde llevara esa conversacion—. ?En que lo gastarias aqui arriba? Galac-Tech te da todo lo que necesitas. Ahora bien, cuando estoy abajo o no estoy en las instalaciones de la compania, tengo que comprarme la comida, la ropa, tengo que viajar y otras tantas cosas. Ademas —Leo buscaba un argumento menos especifico—, hasta ahora, en realidad no has hecho ningun trabajo para Galac-Tech y la compania, en cambio, ha hecho mucho por ti. Espera a salir en un contrato y hacer una produccion real. Luego, tal vez seria el momento de hablar de dinero. —Leo sonrio. Se sentia hipocrita, pero al menos leal.
—?Ah! —Tony parecia esconder alguna desilusion secreta. Sus ojos azules volvieron a mirar a Leo—. Cuando una de las naves de Salto de la compania sale de Rodeo, ?a donde va?
—Depende de donde la necesiten, supongo. Algunas van directamente a la Tierra. Si hay una carga o pasajeros que van a destinos diferentes, la primera parada es, en general, la Estacion Orient.
—Galac-Tech no es la duena de la Estacion Orient, ?verdad?
—No, es propiedad del gobierno de Orient IV. Aunque Galac-Tech explota una buena parte.
—?Cuanto se tarda en llegar a la Estacion Orient desde Rodeo?
—Alrededor de una semana. Probablemente tengas que parar alli pronto, aunque solo sea para recoger equipos y suministros adicionales, cuando te envien en tu primer contrato de construccion.
Ahora el muchacho parecia abrirse un poco, quiza porque pensaba en su primer viaje interestelar. Mejor asi. Leo se sintio aliviado.
—Estare esperando ansiosamente ese momento, senor.
—Muy bien. Si mientras no te cortas un pie, bueno, una mano.
Tony inclino la cabeza y sonrio.
—Tratare de no hacerlo, senor.
?Que significaba todo eso?, se preguntaba Leo, mientras observaba a Tony salir por la puerta. Seguramente el muchacho no estaria pensando en intentar independizarse, ?o si? Tony no tenia ni la menor idea de lo curioso que podria parecer fuera de su Habitat familiar. Si tan solo pudiera abrirse un poco mas…
Se estremecio ante la sola idea de enfrentarse a el. Todos los integrantes del equipo del Habitat parecian sentirse con el derecho de invadir los pensamientos de los cuadrumanos. Ninguna de sus habitaciones podia cerrarse con llave. Tenian la misma intimidad que las hormigas debajo de un vidrio.
Trato de deshacerse de estos pensamientos criticos, pero no logro desprenderse de su incomodidad. Toda su vida habia depositado la fe en su propia integridad tecnica. Si seguia esa estrella, sus pies no tropezarian. Se habia convertido en una costumbre natural. Habia incorporado esa integridad tecnica a su ensenanza al grupo de trabajo de Tony de forma casi automatica. Y, sin embargo, esta vez parecia no ser suficiente. Era como haber memorizado la respuesta y descubrir que le habian cambiado la pregunta.
Pero, ?que otra cosa podian exigirle? ?Que mas podian esperar que diera? Despues de todo, ?que podia hacer un hombre?
Un espasmo de miedo le hizo pestanear. Las estrellas filosas se desintegraban, mientras la sombra amenazadora del dilema oscurecia el horizonte de su conciencia. Mas…
Se estremecio y dio la espalda a la inmensidad. Seguramente podia absorber a un hombre.
Ti, el copiloto de la lanzadera de carga, tenia los ojos cerrados. Tal vez es lo natural en estos momentos, penso Silver, mientras le estudiaba el rostro a unos diez centimetros. A esa distancia, sus ojos no podian superponer las imagenes estereoscopicas, de manera que veia dos caras. Si miraba bien, podia hacer que el tipo tuviera tres ojos. Los hombres eran verdaderamente extranos. Sin embargo, los contactos metalicos implantados en la frente y las sienes no producian ese efecto de extraneza. Parecian mis un adorno o un distintivo de rango. Silver cerro un ojo, luego el otro. Parecia que la cara del copiloto se moviera hacia atras y hacia adelante en su vision.
Ti abrio los ojos un instante y Silver se puso inmediatamente en accion. Sonrio, entrecerro los ojos y adopto el ritmo de sus caderas.
—?Ooooh! —murmuro, tal y como Van Atta le habia ensenado.
Ti cerro los ojos y abrio la boca cuando la respiracion se hizo mas rapida. El rostro de Silver se relajo una vez mas, agradecida por la intimidad. De todas maneras, la mirada de Ti no la hacia sentir tan incomoda como la de Van Atta, que siempre parecia sugerir que debia hacer algo mas o diferente.
El piloto tenia la frente perlada de sudor. Un rizo de cabello castano le caia sobre el contacto brillante. Mutante mecanico, mutante biologico, igualmente tocados por tecnologias diferentes. Tal vez esa era la razon por la que Ti se habia acercado a ella, porque tambien era un hombre extrano. Dos engendros juntos. Por otra parte, tal vez era porque el piloto de la nave de Salto no era demasiado exigente.
Ti se estremecio, respiro convulsivamente, la apreto contra su cuerpo. En realidad, parecia bastante vulnerable. El senor Van Atta nunca parecia vulnerable en ese instante. Silver, en realidad, no estaba segura de lo que parecia y lo que no.
?Que es lo que siente que yo no?, se pregunto Silver. ?Que me pasa? Tal vez era frigida, como la habia acusado una vez Van Atta. Frigida, una palabra desagradable que le recordaba a maquinaria y los depositos de basura fuera del Habitat. Por eso habia aprendido a hacer ruidos para complacerlo, a moverse con placer, a relajarse, como el le habia ensenado.
Silver recordo que tenia otra razon para mantener los ojos abiertos. Miro detras de la cabeza del piloto. La ventana de observacion de la cabina de control oscurecida, donde ellos se encontraban, daba al compartimento de carga. El area entre la cabina de control del compartimento y la entrada a la escotilla de la lanzadera de carga estaba levemente iluminada y sin movimiento.
—?Uf! —exclamo Ti, al salir de su trance, abrir los ojos y sonreir—. Cuando os disenaron para caida libre, pensaron en
—?Como hacen los terrestres para no soltarse? —pregunto Silver, con curiosidad, sacando ventaja del hecho de haberse encontrado con un experto en la materia.
Ti se sonrio.
—La gravedad nos mantiene juntos.
—?Que curioso! Siempre pense que la gravedad era algo contra lo que se tenia que luchar todo el tiempo.
—No, solamente la mitad del tiempo. La otra mitad, trabaja para ti —le dijo, tranquilizandola.
El piloto se separo de su cuerpo con cierta gracia. Tal vez estaba poniendo en practica toda su experiencia como piloto. La beso en la garganta.
—?Encantadora!
Silver se ruborizo y agradecio que el lugar estuviera poco iluminado. Ti paso a concentrarse en su aseo. Un pequeno soplido y el condon impregnado de espermicida desapareceria por la salida de desperdicios. Silver tuvo que contener un leve lamento. Era una lastima que Ti no fuera uno de ellos. Tambien era una lastima estar tan alejada de las que estaban programadas para ser madres. Una lastima…
—?Le preguntaste a tu companero, el medico, si realmente los necesitamos? —Ti le pregunto.
—No pude preguntarselo al doctor Minchenko directamente —contesto Silver —. Pero supongo que piensa que cualquier concepcion entre un terrestre y uno de nosotros abortaria espontaneamente. Pero nadie lo sabe con