pantallas laterales indican que esta rodeado de cortesanos.)

AUTARCA. Heme aqui sentado como si fuera el senor de cien mundos, y sin embargo ni siquiera domino este.

(Fuera del escenario se oyen los pasos de hombres que desfilan. Se oye una voz de mando.)

AUTARCA. ?Generalisimo!

(Entra un PROFETA. Lleva puesta una piel de cabra y en la mano un cayado con una talla rudimentaria en la cabeza: un extrano simbolo.)

PROFETA. En el exterior hay cien portentos. En Incusus nacio un ternero que no tenia cabeza, sino bocas en las rodillas. Una mujer de conocida alcurnia ha sonado que espera un nino engendrado por un perro. La noche pasada una lluvia de estrellas cayo silbando sobre los hielos del sur, y los profetas salen a los campos.

AUTARCA. Tu mismo eres un profeta.

PROFETA. ?El Autarca en persona los ha visto!

AUTARCA. Mi archivero, que esta muy versado en la historia de este lugar, me informo una vez que mas de cien profetas han sido asesinados aqui, lapidados, quemados, despedazados por animales, y ahogados. A algunos hasta se los ha clavado a nuestras puertas, como si fueran bichos. Ahora querria saber de ti algo de advenimiento de Sol Nuevo, profetizado desde hace tantos anos. ?Como ocurrira? ?Que significa? Habla, o le daremos otro caso al viejo archivero para que lo anada a la cuenta, y ensenaremos al palido dondiego a trepar por ese cayado.

PROFETA. No tengo esperanzas de satisfacerte, pero lo intentare.

AUTARCA. ?Es que no lo sabes?

PROFETA. Lo se. Pero se tambien que eres un hombre practico, que solo te ocupas de los asuntos de este universo, que raramente miras mas alto que las estrellas.

AUTARCA. Si, desde hace treinta anos, y me siento orgulloso.

PROFETA. Entonces, hasta tu has de saber que el cancer carcome el corazon del viejo sol. La materia central cae hacia dentro, como si hubiera alli un pozo sin fondo.

AUTARCA. Mis astronomos me lo vienen diciendo desde hace mucho.

PROFETA. Imaginate una manzana que tiene el corazon podrido. Todavia es bonita por fuera, pero acabara descomponiendose en podredumbre.

AUTARCA. Todo aquel que todavia se siente fuerte en la segunda mitad de su vida ha pensado en esa fruta.

PROFETA. Pues otro tanto ocurre con el Sol Viejo. Pero, ?y ese cancer? ?Que sabemos de el, salvo que priva a Urth de calor y de luz, y por ultimo de vida?

(Fuera del escenario se oyen ruidos de pelea, un grito de dolor, y un estruendo, como si un enorme jarron hubiera caido de un pedestal)

AUTARCA. Pronto sabremos a que se debe esa conmocion, profeta. Continua.

PROFETA. Nosotros sabemos que se trata de mucho mas, puesto que es una discontinuidad en nuestro universo, un desgarramiento de los tejidos que no corresponde a ninguna ley conocida. Nada sale de el, en el todo entra, y nada escapa. Sin embargo, todo puede aparecer en el, puesto que de todas las cosas que conocemos, solo el no es esclavo de su propia naturaleza.

(Entra Non sangrando, empujado por picas tenidas fuera del escenario.)

AUTARCA. ?Que es esta deformidad?

PROFETA. La prueba misma de los portentos de que te hable. En tiempos futuros, como se viene diciendo desde hace tiempo, la muerte del Sol Viejo destruira Urth. Pero de su tumba surgiran monstruos, un pueblo nuevo y el Sol Nuevo. Entonces el antiguo Urth florecera como una mariposa que se desprende de su seca envoltura, y el Nuevo Urth sera llamado Ushas.

AUTARCA. ?Y, todo lo que conocemos sera barrido a un lado? ?Tambien esta antigua casa en la que estamos ahora? ?Y tu? ?Y yo?

NOD. No soy sabio. Pero no hace mucho oi decir a un hombre sabio (que pronto sera familiar mio por matrimonio) que todo eso sera para bien. Que no somos mas que suenos, y los suenos no tienen vida propia. Ved, estoy herido. (Extiende la mano.) Cuando mi herida sane, no habra mas herida. ?Y va a decir con labios sanguinolentos que lamenta curarse? Solo estoy tratando de explicar lo que dijo otro, pero eso, pienso, es lo que quiso decir.

(Fuera del escenario se oye un grave repique de campanas.)

AUTARCA. ?Que es eso? Tu, profeta, ve a averiguar quien ha ordenado ese clamor y por que. (Sale el PROFETA.)

NOD. Estoy seguro de que vuestras campanas han comenzado a saludar al Sol Nuevo. Eso es lo que yo mismo vine a hacer. Es costumbre entre nosotros que cuando llega un huesped de honor gritemos y nos golpeemos el pecho, y aporreemos el suelo y los troncos de los arboles de alrededor con alegria, y levantemos las rocas mas grandes que podamos levantar, y las lancemos por precipicios en su honor. Hare eso esta manana si me dejais libre, y estoy seguro de que el propio Urth se unira a mi. Las propias montanas se arrojaran al mar cuando hoy se levante el Sol Nuevo.

AUTARCA. ?Y de donde viniste? Dimelo y te dejare en libertad.

NOD. Pues de mi propio pais, al este del Paraiso.

AUTARCA. ?Y donde se encuentra eso?

(Non senala hacia el este.)

AUTARCA. ?Y donde esta el Paraiso? ?En la misma direccion?

NOD. Pero si esto es el Paraiso. Estamos en el Paraiso, o al menos debajo de el.

(Entra el GENERALISLMO, que avanza hasta el trono y saluda.)

GENERALISIMO. Autarca, hemos registrado toda la tierra por encima de esta Casa Absoluta como ordenaste. La condesa Carina ha sido encontrada y escoltada a sus aposentos, pues no tiene heridas graves. Tambien hemos encontrado al coloso que veis ante vos, a la mujer enjoyada que describisteis, y a dos mercaderes.

AUTARCA. ?Y los otros dos, el hombre desnudo y la mujer?

GENERALISIMO. Ni rastro de ellos.

AUTARCA. Repite la busqueda, y esta vez mira bien. GENERALISIMO. (Saluda.) Como mi Autarca desee. AUTARCA. Y que me traigan a la mujer enjoyada.

(NOD intenta salir fuera del escenario, pero las picas le detienen. El GENERALISIMO saca una pistola.)

NOD. ?No soy libre para irme?

GENERALISIMO. De ninguna manera.

NOD. (Al AUTARCA.) Os dije donde se encontraba mi pais, exactamente al este de aqui.

GENERALISIMO. Alli hay algo mas que tu pais. Conozco bien esa zona.

AUTARCA. (Fatigado.) El ha dicho la verdad tal como la conoce. Quiza no hay otra verdad. NOD. Entonces soy libre para irme.

AUTARCA. Creo que aquel a quien has venido a saludar llegara al fin, seas libre o no. Pero hay una posibilidad… y en modo alguno se puede permitir que criaturas como tu anden sueltas. No, no eres libre ni lo volveras a ser.

(NOD sale corriendo del escenario perseguido por el GENERALISIMO. Hay disparos, gritos y choques. Las figuras que rodean al AUTARCA se desvanecen. En medio de la algarabia, las campanas repican. NOD vuelve a entrar con una quemadura de laser en la mejilla. El AUTARCA lo golpea con el cetro; cada golpe produce una explosion y chispas. NOD agarra al AUTARCA y esta a punto de estrellarlo contra el escenario, cuando dos DEMONIOS disfrazados de mercaderes entran deprisa, lo derriban y reponen al AUTARCA en el trono.)

AUTARCA. Gracias. Sereis bien recompensados. Ya habia abandonado la esperanza de que me rescatasen mis guardias, y veo que tenia razon. ?Puedo preguntar quienes sois?

PRIMER DEMONIO. Vuestros guardias estan muertos.

El gigante les ha aplastado el craneo contra vuestros muros y les ha quebrado la espina dorsal martilleandolos con el puno.

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