Consistia en pequenas habitaciones dispuestas a lo largo de pasillos no muy amplios y en cada una de ellas habia una cama, un escritorio, una consola de ordenador y una pantalla. Algunas habitaciones estaban vacias y muy limpias pero en otras encontro camas por hacer y ropas esparcidas por el suelo, pero incluso esas parecian bastante limpias.

O los ocupantes se habian marchado la noche anterior o el Arca habia mantenido toda esta parte de la nave cerrada, inaccesible y en perfecto estado, hasta que su presencia la habia activado de algun modo desconocido.

La seccion siguiente no habia sido tan afortunada. Aqui las habitaciones estaban llenas de polvo y escombros. En una de ellas encontro un esqueleto de mujer, acostado todavia en un lecho que hacia siglos se habia convertido en una desnuda armazon metalica. Rica penso que un poco de aire podia provocar grandes diferencias.

Los pasillos acababan desembocando en otros pasillos bastante mas amplios. Rica examino brevemente las salas de almacenaje, algunas llenas de equipo y otras en las que solo habia cajas vacias. Vio tambien laboratorios de un blanco impoluto, en una sucesion aparentemente interminable, a ambos lados de un pasillo tan grande como los bulevares de Shandicity. El pasillo acabo conduciendola a un cruce con otro aun mayor. Rica vacilo durante unos segundos y saco su arma. Por aqui se debe llegar a la sala de control, penso. Al menos, se debe llegar a algun sitio importante. Una vez en el pasillo de mayor anchura vio algo en un rincon, unas siluetas borrosas que estaban medio ocultas en pequenas hornacinas de la pared. Rica avanzo hacia ellas cautelosamente.

Cuando estuvo mas cerca se rio y guardo el arma. Las siluetas eran solamente una hilera de vehiculos no muy grandes, cada uno de los cuales tenia dos asientos y tres grandes ruedas tipo balon. Las hornacinas de los muros parecian ser los lugares donde se efectuaba la recarga.

Rica saco uno de los vehiculos y se instalo de un agil salto en el asiento, conectando el interruptor. Por los indicadores parecia que el vehiculo estaba cargado al maximo; incluso tenia un faro y este resultaba una bendicion capaz de hacer retroceder las tinieblas delante de ella. Sonriendo, Rica enfilo el gran corredor. No iba muy de prisa, desde luego, pero… ?que diablos!, al menos, iba por fin a un sitio concreto.

Jefri Lion les condujo hasta el arsenal y alli Haviland Tuf mato a Champinon. Lion blandia una linterna y su haz luminoso iba de un lado a otro por las paredes, revelando los montones de fusiles laser, lanzagranadas, pistolas ultrasonicas y granadas de luz, mientras Lion lanzaba exclamaciones de nerviosismo y emocion a cada nuevo descubrimiento. Celise Waan se estaba quejando de que no se encontraba familiarizada con las armas y que no se creia capaz de matar a nadie. Despues de todo, era una cientifica y no un soldado y todo esto le parecia francamente digno de barbaros.

Haviland Tuf sostenia a Champinon en su brazos. Cuando Tuf salio nuevamente de la Cornucopia y le cogio, el enorme gato habia ronroneado estruendosamente pero ahora estaba muy callado, solo de vez en cuando emitia un ruidito lamentable, mezcla de maullido y jadeo ahogado. Cuando Tuf intento acariciarlo se le quedaron entre los dedos mechones del suave pelaje grisaceo. Champinon lanzo un gemido. Tuf vio que algo le estaba creciendo dentro de la boca. Era una telarana formada por finos cabellos negros que brotaban de una masa oscura y aspecto de hongo. Champinon lanzo un nuevo gemido, esta vez mas fuerte, y se debatio entre los brazos de Tuf, aranando inutilmente con sus garras la tela metalizada del traje. Sus grandes ojos amarillos estaban velados por una pelicula acuosa.

Los otros dos no se habian dado cuenta, tenian la cabeza muy ocupada con asuntos mucho mas importantes que el gato junto al que Tul habia viajado durante toda su vida. Jefri Lion y Celise Waan estaban discutiendo. Tuf apreto el cuerpo de Champinon, inmovilizandolo pese a sus esfuerzos por liberarse. Le acaricio por ultima vez y le hablo con voz suave y tranquila… Luego, con un gesto rapido y seguro, le rompio el cuello.

—Nevis ya ha intentado matarnos —estaba diciendole Jefri Lion a Celise Waan—. No me importa lo mucho que pienses quejarte, pero debes cumplir con la parte de trabajo que te corresponde. No puedes esperar que Tuf y yo llevemos todo el peso de nuestra defensa. —Tras el espeso plastico de su visor, Lion la miro, frunciendo el ceno—. Ojala supiera algo mas sobre ese traje de combate que lleva Nevis —dijo Lion—. Tuf, ?un laser puede penetrar esa armadura Unqi? ?O resultaria mas efectivo algun tipo de proyectil explosivo? Yo diria que un laser… ?Tuf? —Se dio la vuelta y con el movimiento, el haz luminoso de la linterna hizo oscilar violentamente miles de sombras en las paredes—. ?Donde estas, Tuf?

Pero Haviland Tuf se habia ido.

La puerta que daba a la sala del ordenador se negaba a ceder. Kaj Nevis le dio una patada y el metal se abollo por el centro mientras que la parte superior quedaba separada del marco. Nevis la pateo una y otra vez, estrellando su enorme pie acorazado con una fuerza increible contra el metal de la puerta que, comparativamente, era mas delgada. Luego—;… aparto a un lado los destrozados fragmentos de la puerta y entro en la sala, llevando el cuerpo de Anittas en sus brazos inferiores.

—?ME GUSTA ESTE MALDITO TRAJE! —dijo. Anittas lanzo un gemido.

La subestacion vibraba con un leve zumbido subsonico, como un siseo de inquietud animal. Luces de colores se encendian y apagaban en los controles como enjambres de luciernagas.

—En el circuito —dijo Anittas, moviendo debilmente la mano, en lo que tanto podia ser una senal como un espasmo—. Llevame al circuito —repitio. Las partes de su cuerpo que seguian siendo organicas tenian un aspecto horrible. Su piel estaba cubierta por un sudor negruzco y de cada poro rezumaban gotitas de liquido negro como el ebano. De la nariz le chorreaba un continuo flujo de mucosidad y su unico oido organico sangraba abundantemente. No podia mantenerse en pie ni caminar y tambien parecia estar perdiendo la capacidad de hablar. El apagado resplandor rojo del casco tenia su piel con una tonalidad carmesi que empeoraba todavia mas su aspecto general—. De prisa —le dijo a Nevis—. El circuito, por favor, llevame hasta el circuito…

—?CALLA O TE DEJARE CAER AHORA MISMO! —le respondio Nevis. Anittas se estremecio como si la voz amplificada del traje fuera una agresion fisica. Nevis examino la sala hasta encontrar la consola de conexion y fue hasta ella dejando al cibertec en una silla de plastico blanco que parecia fundirse con la consola y el suelo metalico. Anittas grito— ?CALLATE! —repitio Nevis. Cogio torpemente el brazo del cibertec, casi arrancandoselo del hombro. Resultaba bastante dificil calibrar adecuadamente su fuerza dentro del maldito traje y manipular objetos pequenos era aun mas dificil, pero no pensaba quitarselo. Le gustaba el traje, si, le gustaba mucho. Anittas grito de nuevo pero Nevis no le hizo caso. Finalmente logro hacer que los dedos metalicos del cibertec quedaran extendidos y los metio dentro del circuito—. ?yA ESTA! —dijo, retrocediendo un par de pasos.

Anittas se derrumbo hacia adelante y su cabeza se estrello contra la consola de metal y plastico. Tenia la boca abierta en —un rictus de agonia y por ella empezo a brotar sangre mezclada con un fluido muy espeso que se parecia bastante al aceite. Nevis le contemplo con el ceno fruncido. ?Habria llegado demasiado tarde a la sala del ordenador? ?Se habria muerto ya el maldito cibertec, dejandole abandonado cuando mas falta le hacia?

Entonces las luces empezaron a encenderse por hileras y el zumbido se hizo aun mas fuerte. Luego las luces empezaron a encenderse y apagarse cada vez mas de prisa. Anittas estaba dentro del circuito.

Rica Danwstar avanzaba por el gran pasillo y, pese a las circunstancias, en esos instantes estaba casi alegre. De pronto la oscuridad que habia ante ella se convirtio en luz. Los paneles del techo fueron saliendo uno por uno de su largo sueno y, a lo largo de kilometros y kilometros de nave, el negro de la noche cedio ante un dia tan brillante que durante un instante tuvo que cerrar los ojos.

Freno el vehiculo, sorprendida, y observo como la ola de luz se prolongaba a lo lejos. Se volvio hacia atras y vio que el pasillo de donde habia venido seguia sumido en las tinieblas.

Entonces se dio cuenta de algo que, antes, en la oscuridad, no habia resultado tan obvio. En el suelo habia seis delgadas lineas paralelas. Estaban hechas de plastico traslucido y sus colores eran rojo, azul, amarillo, verde, plateado y purpura. Sin duda, cada linea deberia llevar a un sitio distinto. El unico problema era que ignoraba adonde.

Pero mientras observaba las lineas, la de color plateado empezo a brillar como iluminada desde dentro hasta que ante su vehiculo palpito una delgada cinta de luminosidad plateada. Al mismo tiempo el panel que tenia sobre su cabeza se oscurecio. Rica fruncio el ceno y, poniendo en marcha el vehiculo, avanzo un par de metros, abandonando las sombras y volviendo a la luz. Pero cuando se detuvo el panel se apago igual que el anterior. La cinta plateada del suelo seguia palpitando ritmicamente.

—De acuerdo —dijo Rica—, lo haremos a tu modo.

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