encontrar los circuitos y unos cuantos mas imaginar un modo con el cual convencer al sensor de que habia una fuga de aire en la ventana.

Una vez lo hubo conseguido la sirena empezo a gemir estruendosamente casi junto a su oido. Se oyo un repentino siseo y las ?ambas de la puerta se cubrieron de espuma al activarse los sellos de seguridad. La gravedad se desconecto unos segundos antes de que lo hiciera el flujo de aire y al otro extremo de la habitacion se descorrio un panel, revelando el hueco donde se guardaba el equipo de emergencia.

Tolly Mune no perdio ni un segundo. Dentro de! hueco habia equipos de respiracion, propulsores de aire y media docena de paquetes con dermotrajes. Se vistio con uno de ellos y cerro los sellos.

—Ven aqui —le dijo a Desorden. Al parecer, a la gata no le gustaba el ruido—. Ten cuidado, no rompas la tela con esas unas. —Metio a Desorden dentro de un casco, conectandolo luego a un dermotraje vacio ya un equipo de respiracion que puso a maximo funcionamiento, mas alla del limite de presion recomendado. El dermotraje se inflo como un globo. La gata arano inutilmente el interior metalizado del casco y lanzo un maullido lastimero. Lo siento —dijo Tolly Mune, dejando flotar a Desorden en el centro de la habitacion mientras quitaba la antorcha laser de los soportes—. ?Quien dijo que era una maldita falsa alarma? —proclamo, impulsandose de una patada hacia la ventana, antorcha en ristre.

—Quiza desee tomar un poco de vino especiado con hongos —dijo Haviland Tuf. Desorden estaba frotandose en su pierna y Caos se habia subido a su hombro, agitando su larga cola gris de un lado a otro y contemplando fijamente a la gata blanquinegra como si estuviera intentando recordar de quien se trataba exactamente—. Parece estar cansada.

—?Cansada? —dijo Tolly Mune y se rio—. Acabo de quemar la ventana de un hotel clase estelar, he cruzado kilometros de vacio con solo propulsores de aire como motor, utilizando las piernas para llevar a remolque una gata metida en un dermotraje inflado. Tuve que dejar atras a la primera escuadra de seguridad que soltaron de la sala de guardia del muelle y luego tuve que utilizar mi antorcha laser para averiar el trineo del segundo grupo que mandaron en mi busca, esquivando durante todo ese tiempo sus trampas y sin dejar de remolcar a su condenada bestia. Luego tuve que pasar media hora arrastrandome por el casco del Arca, dando golpes en el como si se me hubiera derretido el cerebro y viendo durante todo ese tiempo como mi Puerto se volvia loco. Perdi dos veces a la gata y tuve que ir en su busca antes de que cayera hacia S’uthlam y cada vez que se me iba la mano con uno de los propulsores las dos saliamos despedidas hacia el infinito. Luego se me echo encima un maldito acorazado y pude gozar de unos maravillosos instantes de tensa emocion, preguntandome cuando diablos pensaba conectar su esfera defensiva y luego pude contemplar el asombroso espectaculo de fuegos artificiales que tuvo lugar cuando la flota decidio poner a prueba sus pantallas. Tuve mucho tiempo durante el cual pensar si iban a localizarme mientras me arrastraba como un insecto sobre la piel de un condenado animal y despues Desorden y yo mantuvimos una soberbia e interesante conversacion cuyo tema era que hariamos si se les ocurria mandar una oleada de trineos contra nosotras. Acabamos decidiendo que yo les echaria un solemne sermon y que ella les sacaria los ojos a zarpazos. y entonces, por fin, nos localizo y tuvo la bondad de meternos dentro del Arca justo cuando la maldita flota empezaba a soltar sus andanadas de torpedos. ?Como se le ha ocurrido decir que puedo estar cansada?

—No hace falta emplear el sarcasmo —dijo Haviland Tuf.

Tolly Mune lanzo un resoplido. —?Tiene algun trineo de vacio? —Sus hombres dejaron abandonados cuatro en su prisa por marcharse.

—Estupendo. Cogere uno de ellos. Una mirada a los instrumentos le indico que Tuf habia puesto finalmente la sembradora en movimiento.

—?Que esta pasando ahi fuera? —La flota sigue persiguiendonos —dijo Tuf—. Los acorazados Doble Helice y Charles Darwin encabezaban el cortejo con sus escoltas protectoras no muy lejos y hay toda una cacofonia de comandantes que profieren las mas rudas amenazas, declamando frases marciales y prometiendo pactos que no me parecen demasiado sinceros. De todos modos sus esfuerzos no daran resultado alguno. Mis pantallas defensivas, soberbiamente restauradas por sus cuadrillas hasta alcanzar su plena potencia, son mas que suficientes para detener cualquier arma que pueda hallarse en el arsenal de S’uthlam.

—No las someta a pruebas excesivas —dijo Tolly Mune con cierta amargura—. Limitese a conectar el impulso espacial apenas me haya largado y desaparezca de aqui.

—Me parece un consejo excelente —dijo Haviland Tuf. Tolly Mune se volvio hacia las hileras de videopantallas que colmaban las paredes de la larga y angosta sala de comunicaciones, ahora convertida en centro de control para Tuf. Encogida en su silla y algo aplastada por la gravedad, habia adquirido de pronto el aspecto correspondiente a sus anos y, ademas, los notaba.

—?Que sera de usted? —le pregunto Haviland Tuf. Ella le miro.

—Oh, una pregunta realmente interesante. Caere en desgracia y sere arrestada. Se me despojara de mi cargo, puede que se me juzgue por alta traicion. No se preocupe, no me ejecutaran. Eso seria una actitud antivital. Supongo que terminare en una granja penal de la Despensa. —Suspiro.

—Ya veo —dijo Haviland Tuf—. Quiza desee ahora considerar de nuevo mi oferta en cuanto a transporte fuera del sistema s’uthlames. Seria para mi un placer llevarla a Skrymir o al Mundo de Henry. Caso de que deseara apartarse aun mas del lugar en que ha cometido sus aparentes delitos, tengo entendido que Vagabundo es un lugar de lo mas encantador durante sus Largas Primaveras.

—Me esta sentenciando a pasar una vida bajo el peso de la gravedad —dijo ella—. No, Tuf, gracias. Este es mi mundo. y esta es mi maldita gente, volvere con ella y aceptare lo que me caiga encima. Ademas, tampoco usted va a salir tan bien librado del asunto. —Le apunto con un dedo. Esta en deuda conmigo, Tuf.

—Creo recordar que la deuda asciende a treinta y cuatro millones —dijo Tuf.

Tolly Mune sonrio. —Senora —dijo Tuf—, si puedo atreverme a preguntar… —No lo hice por usted —se apresuro a contestar ella.

Haviland Tuf pestaneo. —Le pido excusas si aparentemente demuestro una curiosidad excesiva en lo tocante a sus motivos, ya que no es tal mi intencion. Temo que un dia u otro la curiosidad va a ser la causa de mi perdicion pero no puedo sino preguntar, ?por que lo hizo?

Tolly Mune, Maestre de Puerto, se encogio de hombros. —Crealo o no, lo hice por Josen Rael.

—?El Primer Consejero? —y Tuf pestaneo de nuevo. —Por el y por los demas. Conoci a Josen cuando estaba comenzando. No es malo, Tuf. No lo es. Ninguno de ellos es malo. Son hombres y mujeres decentes que actuan siguiendo lo que piensan que es su deber. Solo quieren alimentar a sus hijos.

—No comprendo de! todo su logica —dijo Haviland Tuf. —Yo asisti a la reunion, Tuf. Estuve ahi sentada, le oi hablar lo que e! Arca les habia hecho. Eran gente honesta, dotada de etica y sentido de! honor pero el Arca ya les habia convertido en una pandilla de estafadores y embusteros. Creen en la paz y ya estaban hablando de la guerra que quiza se verian obligados a librar para no perder la maldita nave suya. Todo su credo se basa en la sacra santidad de la vida humana y estaban discutiendo como unos estupidos la cantidad de muertes que podian llegar a ser precisas para ello, empezando por la suya. ?Ha estudiado alguna vez historia, Tuf?

—No puedo pretender ser un gran experto en ella, pero tampoco puedo alegar una absoluta ignorancia de lo sucedido en tiempos preteritos.

—Hay un proverbio de la Vieja Tierra, Tuf. Dice que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe de un modo absoluto e irremisible.

Haviland Tuf guardo silencio. Desorden se instalo de un salto en sus rodillas, haciendose una bola. Tuf empezo a pasar su enorme y palida mano por el lomo de la gata.

—El sueno del Arca ya habia empezado a corromper mi mundo —dijo Tolly Mune—. ?Que infiernos habria ocurrido cuando su posesion fuera una realidad para nosotros? No querria encontrar la respuesta a esa pregunta.

—Ciertamente —dijo Tuf—. y de esa pregunta creo que surge inmediatamente otra.

—?Cual?

—Yo controlo el Arca —dijo Tuf—, y por lo tanto tengo en mis manos algo que se aproxima al poder absoluto.

—Oh, si —dijo Tolly Mune. Tuf aguardo en silencio.

Tolly Mune sacudio la cabeza. —No lo se —dijo—. No he pensado lo suficiente en todo esto. Quizas estaba tomando las decisiones a cada momento, sin meditar sobre ellas. Puede que sea la mayor imbecil en anos luz a la redonda…

—No me parece que lo crea seriamente —dijo Tuf. —Quizas haya pensado que era mejor que se

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