corrompiera usted y no los mios. Quizas haya pensado que Haviland Tuf era solo un ingenuo inofensivo. O quiza me haya guiado por el instinto —lanzo un suspiro—. Ignoro si existe un hombre incorruptible pero caso de existir, bueno, Tuf, caso de existir creo que es usted. El ultimo y maldito inocente. Estaba dispuesto a perderlo todo por ella —senalo a Desorden—. Por una gata, una maldita alimana de todos los diablos —pero al decir eso estaba sonriendo.

—Ya entiendo —dijo Haviland Tuf.

La Maestre de Puerto se incorporo con un gesto de cansancio.

—Ahora ha llegado el momento de volver y soltarle ese discurso a un publico no tan dispuesto al aplauso —dijo—. Indiqueme donde estan los trineos y aviseles de que voy a salir.

—Muy bien —dijo Tuf y alzo un dedo—. Solo queda un punto mas por aclarar. Dado que sus cuadrillas no completaron el total del trabajo preestablecido, no me parece equitativo que se me imponga la factura en su totalidad de treinta y cuatro millones. Sugiero hacer un pequeno ajuste. ?Le parecerian aceptables treinta y tres millones quinientos mil?

Tolly Mune le contemplo durante unos segundos.

—?Que importa? —acabo diciendo—. Nunca volvera. —No estoy de acuerdo en esa afirmacion —dijo Haviland Tuf.

—Intentamos robar su nave —replico ella.

—Cierto. Quiza resultara mas justa entonces la suma de treinta y tres millones y se pudiera considerar el resto como una especie de multa.

—?Esta planeando realmente volver? —dijo Tolly Mune. —Dentro de cinco anos vencera el primer pago del prestamo —dijo Tuf—. Lo que es mas, en ese instante se podra juzgar el efecto que mis pequenas contribuciones han tenido sobre su crisis de alimentos, si es que lo han tenido. Puede que para entonces resulte necesario ejercer un poco mas la ingenieria ecologica.

—No puedo creerle —dijo ella, atonita.

Haviland Tuf levanto la mano hasta su hombro y rasco a Caos justo detras de la oreja.

—?Ah! —dijo en tono de reproche ?por que siempre se pone en duda lo que decimos?

Pero el gato no le contesto.

3 — GUARDIANES

A Haviland Tuf la Exposicion Bioagricola de los Seis Mundos le habia decepcionado enormemente.

Habia pasado un dia tan largo como agotador en Brazelourn, recorriendo de un lado a otro las cavernosas salas de exhibicion, deteniendose en algunos lugares para inspeccionar brevemente un nuevo hibrido de cereal o un insecto mejorado geneticamente. Aunque en la biblioteca celular del Arca habia material de clonacion para literalmente millones de especies vegetales y animales procedentes de incontables planetas, Haviland Tuf siempre estaba dispuesto a aprovechar cualquier ocasion de mejorar y aumentar dicho surtido.

Pero muy poco de lo expuesto en Brazelourn le habia parecido prometedor y, a medida que transcurrian las horas, Tuf sintio que le iba invadiendo el aburrimiento y la incomodidad, perdido entre aquellas multitudes que vagaban con aire indiferente por el lugar. Habia gente por todas partes: granjeros de los tuneles de Vagabundo, con sus pieles de un color marron oscuro; terratenientes de Areeni, cubiertos de plumas y perfumes; los sombrios habitantes del lado nocturno de Nueva ?ano, codeandose con los abigarrados nativos de su eterno ecuador y, naturalmente, montones de nativos. Todos hablaban demasiado alto y miraban con molesta curiosidad a Tuf. Algunos habian llegado al extremo de tocarle, haciendo aparecer un fruncimiento de ceno en su palido rostro.

Por ultimo, decidido a apartarse de la muchedumbre, Tuf penso que tenia hambre. Se abrio paso a traves de los visitantes Con una digna expresion de incomodidad y acabo emergiendo en la gran sala de exposicion de Ptolan, una cupula de cinco pisos de altura. En el exterior de la sala habia cientos de vendedores que habian instalado sus puestos entre los enormes edificios y, de entre los mas proximos, el que parecia menos ocupado era el que vendia pasteles de cebolla. Por ello, Tuf decidio que en esoS momentos un pastel de cebolla convendria admirablemente a sus deseos.

—Caballero —le dijo al vendedor—, desearia un pastel. El vendedor de pasteles era mas bien entrado en carnes, tenia las mejillas rosadas y lucia un grasiento delantal. Abrio su caja termica, metio la mano en su interior, protegiendola antes Con un guante, y extrajo de ella un pastel humeante. Lo puso en el mostrador ante Tuf y le miro por primera vez.

—Oh, es usted uno de los grandes —dijo. —Ciertamente, senor —le contesto Haviland Tuf. Cogio el pastel y le dio un mordisco Con expresion inmutable.

—No es del planeta —observo el vendedor de pasteles—. y tampoCo creo que venga de ningun Sitio cercano.

Tuf termino su pastel con tres preciosos mordiscos mas y se limpio loS dedos cubiertos de grasa Con una servilleta.

—Ha logrado usted dar Con lo obvio, senor —dijo, extendiendo un dedo largo y calloso—. Otro —pidio.

El vendedor saco otro pastel sin dirigirle la palabra y con cierta cara de enfado, dejando que Tuf lo comiera en relativa tranquilidad. Mientras iba saboreando la crujiente corteza y el aromatico interior del pastel, Tuf se dedico a observar las multitudes que iban y venian por entre las hileras de puestos, asi Como las cinco grandes salas que se levantaban una sobre otra. Cuando hubo terminado de Comer se volvio hacia el vendedor de pasteles Con su rostro tan vacio de expresion Como de costumbre.

—Caballero, por favor, desearia hacerle una pregunta. —?Cual? —dijo el vendedor sin demasiada amabilidad. —He visto cinco salas de exposicion que he ido visitando por turno. —Las senalo Con el dedo. Brazelourn, Valle Areen, Nueva ?ano, Vagabundo y ahora, aqui, Ptolan. —Tuf cruzo las manos sobre su enorme estomago. Cinco, senor mio. Cinco salas, cinco mundos. Sin duda, dado que Soy forastero, no me encuentro lo suficientemente familiarizado con algun punto muy sutil de las costumbres locales y ello es el motivo de mi presente perplejidad. En los lugares que he visitado antes, durante mis viajes, un acontecimiento que se hiciera llamar a si mismo Exhibicion Bioagricola de los Seis Mundos deberia incluir muestras procedentes de seis mundos. No sucede tal cosa aqui. ?Podria usted aclararme las razones de ello?

—De Namor no vino nadie. —Ya veo —dijo Haviland Tuf. —Por los recientes problemas que hubo, naturalmente —anadio el vendedor.

—Ahora todo me resulta claro —dijo Tuf—. O, si no todo, al menos una parte. Quiza tuviera usted la amabilidad de servirme otro pastel y explicarme cual era la naturaleza de dichos problemas. Soy curioso, senor. Es mi gran vicio, siempre lo he tenido.

El vendedor de pasteles se puso nuevamente el guante y abrio la caja termica.

Ya sabe lo que suelen decir: la curiosidad te da apetito. —Ciertamente —dijo Tuf—, aunque debo confesar que jamas habia oido este refran con anterioridad. El vendedor fruncio el ceno.

—No, lo he dicho mal. El apetito te vuelve curioso, eso es… No importa. Mis pasteles le quitaran el hambre.

—Ah —dijo Tuf, cogiendo el pastel—. Siga, por favor. y el vendedor de pasteles le explico, con bastante lentitud y abundantes digresiones, los problemas que habia sufrido recientemente el planeta Namor.

—Como puede ver —concluyo finalmente—, es comprensible que no acudieran a la feria con tanto ?aleo. No tenian gran cosa que exhibir.

—Por supuesto —dijo Haviland Tuf, limpiandose los labios—. Los monstruos marinos pueden resultar muy molestos.

Namor era un planeta de color verde oscuro. Carecia de lunas y estaba rodeado por un cinturon de nubes doradas no demasiado espeso. El Arca salio con un ultimo estremecimiento del hiperimpulso y se instalo majestuosamente en orbita a su alrededor. Haviland Tuf fue de un asiento a otro en el interior de su larga y angosta sala de comunicaciones, estudiando el planeta en una docena de los centenares de pantallas que colmaban la estancia. Haciendole compania tenia a tres gatitos de pelaje grisaceo, que saltaban por encima de las consolas e instrumentos, deteniendose unicamente el tiempo necesario para propinarse juguetones zarpazos

Вы читаете Los viajes de Tuf
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×