tiene la bondad de marcharse, empezare a trabajar y ya hablaremos nuevamente durante la cena. Pienso servir estofado vegetal al estilo de Arion, con un aperitivo previo de hongos de fuego, naturales de Thorite, para ir despertando el hambre.

Qay lanzo un ruidoso suspiro. —?Otra vez hongos? —se quejo—. Hoy ya hemos tomado setas fritas con pimientos y luego setas con crema acida.

—Me encantan las setas —dijo Haviland Tuf. —Yo estoy harta de ellas —dijo Kefira Qay. Estupidez empezo a frotarse en su pierna y ella le miro Con el ceno fruncido—. ?No podriamos tomar algo de carne o de pescado? —Su rostro cobro una expresion pensativa y algo nostalgica—. Llevo anos sin comer una concha de fango, incluso sueno Con ella de vez en cuando. Basta Con abrirla y luego se echa mantequilla dentro. La carne se come Con cuchara, es blanda. ?No se puede imaginar lo delicado de su sabor! O un poco de aleta de sabre. ?Ah, seria capaz de matar por un poco de aleta de sabre acompanada de neohierba.

Haviland Tuf no se inmuto en lo mas minimo. —En esta nave no se comen animales —dijo, empezando a trabajar sin prestarle mas atencion. Kefira Qay se marcho y Estupidez salio corriendo tras ella—. Muy adecuado —murmuro Tuf—, ciertamente muy adecuado.

Cuatro dias y muchas setas despues, Kefira Qay empezo a mostrarse apremiante y le pidio resultados a Haviland Tuf.

—?Que esta haciendo? —le pregunto durante la cena—. ?Cuando piensa actuar? Usted sigue encerrado en su cuarto y, cada dia, las condiciones en Namor van empeorando. Hace una hora hable con el jefe de Guardianes mientras usted se entretenia con sus ordenadores. Pequena Acuario y las Hermanas que Bailan se han perdido en el tiempo que usted y yo llevamos aqui sin hacer nada productivo, Tuf.

—?Sin hacer nada productivo? —dijo Haviland Tuf—. Guardiana, no me estoy entregando a la ociosidad. Nunca lo hice y no pretendo empezar ahora. Estoy trabajando. Tengo una enorme masa de informacion por digerir.

Kefira Qay dio un resoplido. —Supongo que se referira a una gran masa de hongos por digerir —dijo. Se puso en pie, apartando a Estupidez de su regazo. El gatito y ella se habian convertido, ultimamente, en companeros casi inseparables—. En Pequena Acuario vivian doce mil personas —anadio—, y practicamente otras tantas en las Hermanas que Bailan. Piense en ello mientras hace la digestion, Tuf.

Giro en redondo y salio de la habitacion.

—Ciertamente —dijo Haviland Tuf, concentrandose de nuevo en su pastel de flor dulce.

Paso una semana antes de que se produjera otro enfrentamiento.

—?y bien? —le pregunto la Guardiana en el pasillo, plantandose ante Tuf cuando este se dirigia con su pesada dignidad hacia su cuarto de trabajo.

—Perfectamente —replico el—. Buenos dias, Guardiana Qay.

—No tienen nada de buenos —dijo ella con voz irritada—. El Control de Namor me ha informado de que las Islas del Amanecer han dejado de emitir. Las hemos perdido y con ellas se han perdido tambien doce naves, junto con todos los barcos que se encontraban en sus puertos. ?Que dice de eso?

—Un acontecimiento muy tragico y lamentable —dijo Tuf.

—?Cuando estara listo? Tuf se encogio de hombros. —No puedo contestar a tal pregunta. No me he impuesto una tarea precisamente sencilla, creame. El problema es complicado, muy complicado. Si, ciertamente, esa es la palabra adecuada. Quiza podria arriesgarme a calificarlo de autentico enigma, pero le aseguro que del mismo modo que los tristes apuros de Namor han despertado toda mi simpatia, este problema al que me enfrento tiene movilizado por completo a mi intelecto.

—Eso es todo lo que le parece a usted, Tuf, ?verdad? ?Un problema?

Haviland Tuf fruncio levemente el ceno y cruzo las manos ante el, apoyandolas luego sobre el prominente bulto de su estomago.

—Ciertamente, es un problema —dijo. —No. Es algo mas que eso. No estamos jugando. Ahi abajo muere gente, gente de verdad. Mueren porque los Guardianes no son capaces de enfrentarse a ese desafio y porque usted no esta haciendo nada. Nada.

—Calmese. Tiene mi garantia personal de que estoy trabajando incesantemente en pro de su bienestar. Debe pensar que mi tarea no es tan sencilla como la suya. Esta muy bien dejar caer bombas sobre los acorazados o disparar con un alto explosivo a un globo de fuego para ver como se incendia, pero esos metodos tan simples como espectaculares no les han servido de nada, Guardiana, o de muy poco. La ingenieria ecologica exige un esfuerzo muy superior. Estoy analizando los informes de sus lideres, de sus biologos marinos y de sus historiadores. Reflexiono y estudio. Hago planes con los que encarar la situacion y luego efectuo simulaciones en los grandes ordenadores del Arca. Mas tarde o mas temprano hallare la respuesta.

—Que sea pronto —dijo Kefira Qay con dureza—. Namor quiere resultados y yo estoy de acuerdo con ellos. El Consejo de Guardiana se esta impacientando. Que sea pronto, Tuf, no tarde. Se lo advierto —se hizo a un lado y le dejo pasar.

Kefira Qay paso la siguiente semana y media evitando a Tuf, tanto como le era posible. Cada dia iba a la sala de comunicaciones y mantenia en su interior largas discusiones con sus superiores en el planeta, durante las cuales se le comunicaban las ultimas noticias. Todas las noticias eran malas.

Finalmente llego el momento en que fue incapaz de aguantar mas y con el rostro livido de furor irrumpio en la habitacion, siempre medio a oscuras, que Tuf llamaba su «sala de guerra», le encontro sentado ante una consola de ordenador, contemplando las pantallas en las que se veia un frenetico despliegue de lineas rojas y azules atrapadas en una rejilla.

—?Tuf! —rugio. El apago la pantalla y giro para enfrentarse a ella, apartando de su regazo a Ingratitud. Medio oculto por las sombras, Haviland Tuf la contemplo con expresion inmutable—. El Consejo de Guardianes me ha dado una orden —le dijo.

—Muy afortunado para usted —replico Tuf—. He observado que la reciente inactividad la ha estado poniendo cada vez mas inquieta.

—El Consejo quiere accion inmediata, Tuf. Inmediata. Hoy. ?Lo ha entendido?

Tuf cruzo las manos y apoyo el menton sobre ellas, en una actitud muy parecida a la de la plegaria.

—?Acaso debo tolerar no tan solo la hostilidad y la impaciencia, sino tambien el insulto a mi inteligencia? Ya he comprendido todo lo que me hace falta comprender en cuanto a sus Guardianes, puedo asegurarselo. Lo unico que no comprendo es la tan peculiar como obstinada ecologia de Namor. Hasta que no haya logrado tal comprension, no puedo actuar.

—Actuara —dijo Kefira Qay y de pronto en su mano parecio brotar un laser que apuntaba directamente al vasto estomago de Tuf—. Actuara ahora mismo.

Haviland Tuf no hizo el menor movimiento. —Violencia —dijo, en un tono de leve reproche—. Quiza fuera posible, antes de que me agujeree, condenando con ello tanto a su propia persona como a su mundo, que se me conceda una oportunidad para explicarme, ?no?

—Adelante —dijo ella—, le escuchare. Durante un tiempo.

—Excelente —dijo Haviland Tuf—. Guardiana, en Namor esta ocurriendo algo muy extrano.

—Vaya, se ha dado cuenta —dijo ella secamente, sin que el laser se moviera ni un milimetro.

—Ciertamente. Estan siendo destruidos por una plaga de lo que, a falta de un termino mejor, debemos llamar colectivamente monstruos marinos. En menos de doce anos han aparecido tres especies y cada una de ellas parece ser nueva o, al menos desconocida. Eso me parece altamente improbable. Su gente lleva en Namor cien anos y sin embargo solo recientemente han trabado conocimiento con esas criaturas a las que llaman acorazados, globos de fuego o caminantes. Es como si algo tenebrosamente analogo a mi Arca estuviera librando contra ustedes una guerra biologica, pero resulta claro que no es asi. Nuevos o no, estos monstruos son nativos de Namor y son producto de la evolucion local. Sus parientes cercanos llenan los mares, desde las conchas de fango hasta las medusas danzarinas. Por lo tanto, ?donde nos lleva todo eso?

—No lo se —dijo Kefira Qay. —Yo tampoco —dijo Tuf—. Sigamos pensando. Esos monstruos marinos procrean de modo increible. El mar esta repleto de ellos, llenan el aire y son capaces de conquistar islas de considerable poblacion. Matan. Pero no se matan entre ellos y al parecer no tienen ningun otro enemigo natural. Los crueles frenos de todo ecosistema normal no se aplican en este caso. He estudiado con gran interes los informes de sus cientificos y casi todo lo referente a esos monstruos marinos es fascinante, pero quiza lo mas misterioso e intrigante sea el hecho de que no saben nada sobre ellos excepto en su forma adulta. Enormes

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