haga lo peor. Deja que Claire te incite a un acto suicida detras del otro, que pierda una pierna aqui y un trozo de carne en otra ocasion. ?Que le importa a usted? Es Barker, el guerrero mimbreno. ?No es eso? Sin embargo, ahora no piensa luchar. De repente ya no desea volver a la formacion. La muerte le resulto demasiado impersonal. No le importaba lo valiente que fuera usted, o que ritos iniciaticos hubiera pasado. Eso es lo que usted dijo, ?verdad? Se sentia furibundo, Barker. Todavia lo esta. ?Que es la Muerte, que ignora a un maduro guerrero mimbreno?

»?Es usted un guerrero? —pregunto—. Expliqueme esa parte. ?Que es lo que ha hecho alguna vez para alguno de nosotros? ?Cuando ha alzado un dedo para defenderse? Usted ve lo que nos proponemos, pero no hace nada al respecto. Teme que se piense de usted que es un hombre incapaz de luchar; sin embargo, ?contra que lucha? Lo unico que ha hecho conmigo ha sido amenazarme con recoger sus cosas y volver a casa. No…, los coches deportivos y las pistas de esqui, las lanchas y los aeroplanos: ese es el tipo de cosas por las que se afana. Cosas y lugares donde usted controla la situacion…, donde puede decir, al morir, que conoce la calidad del hombre al que ha matado. Cosas y lugares donde el paso fatal puede localizarse en el descuido o el calculo erroneo de Barker, el asesino, que finalmente ha tenido exito en vencer a su par, Barker, el guerrero. Incluso en la guerra, ?lucho usted mano a mano, en terreno abierto? Solo fue un asesino, como todos nosotros, que golpeaba desde la oscuridad, y si le atraparon se debio a su error. ?Con que digno oponente, aparte de si mismo, se enfrento alguna vez?

»Creo que tiene usted miedo, Barker…, miedo de que nadie que pueda matarlo comprenda la clase de guerrero que es. ?Como puede confiar en que los extranos le reconozcan por lo que es? Sin embargo, un guerrero nunca tiene miedo. Ni siquiera en su interior. ?Cree que es eso lo que lo explica, Barker? ?Esa es la trampa en la que usted se ve atrapado? En los rincones mas lejanos de su mente, ?cree que todo ha sido racionalizado y mantenido con seguridad… que usted debe convivir entre sus enemigos para demostrar su valor, pero que no se atreve a batirse con ellos en mortal combate por miedo a morir de forma anonima? ?Cree que esa es la razon por la que un extrano ha de amenazarle para verse arrastrado hacia su vida? Y, ?por que usted le permite que lo agote y lo mate poco a poco, pero nunca se gira y se enfrenta a el, reconociendo que se encuentra librando una batalla por su vida? ?Debido a que si usted permite que le ataquen lentamente, quiza el proceso lleve anos, y puede suceder cualquier cosa que lo interrumpa; pero que sin embargo, si peleara, entonces acabaria inmediatamente, ademas y correria el peligro de perder y morir sin ser cantado? —Hawks miro de forma burlona a Barker. Aturdido, dijo—: Me pregunto si no sera esa la explicacion.

Barker se incorporo con movimientos pausados de la silla.

—?Quien es usted para decirme estas cosas, Hawks? —pregunto, observandolo con calma.

Se llevo la mano a la espalda sin mover los ojos y deposito la botella en la pequena mesa que habia al lado de la silla.

Hawks se paso las palmas de la mano por la tela de su chaqueta.

—Medite en lo que le ocurrio hoy. Usted creyo que la formacion era algo parecido a una pendiente de esqui compleja, ?verdad, Barker? Solo otro lugar inexorable, peligroso, como muchos otros en los que ha estado antes.

»Pero no habia reglas que explicaran que le mato cuando murio. Usted logro ir mas alla de lo que indicaban los mapas. Al morir, no pudo decirse a si mismo que habia malinterpretado las reglas, o que no logro obedecerlas, o que intento vencerlas. No habia reglas. Nadie las descubrio. Usted murio desconociendo que le mato. Y no habia ninguna multitud que aplaudiera su habilidad o lamentara su destino. Una mano gigantesca descendio y le saco del tablero…, y nadie sabe los motivos. De repente, usted supo que no se encontraba en ninguna pendiente de esqui, y que todas sus habilidades no significaban nada. Usted vio, con una claridad como nadie lo hara jamas, el rostro desenmascarado del universo desconocido. Los hombres le han colocado mascaras, Barker, y le han quitado algunas partes, y creyeron que lo sabian todo acerca de el. Sin embargo, solo perciben las partes que conocen. Un hombre que desciende por una pendiente montado en unos esquies no ha asimilado el proceso de la gravedad y de la friccion. Lo unico que ha hecho es aprender a tratar con ellas en esa situacion en particular, a fin de realizar un salto grande y aterrizar a salvo. A pesar de todos los murmullos de la multitud que anhela ver a un hombre derrotando aquello que una vez mato a los hombres de forma despiadada. Nada de su destreza en el salto le ayudara si cae de un avion sin un paracaidas. Entonces, todos sus saltos anteriores y sus aterrizajes buenos no podran con la gravedad. El universo dispone de unos recursos de muerte que apenas estamos comenzando a vislumbrar. Y usted acaba de averiguarlo.

»La muerte se halla en la naturaleza del universo, Barker. La muerte solo es el funcionamiento de un mecanismo. Todo el universo ha estado muriendo desde el momento de su creacion. ?Es que esperaba que una maquina se preocupara por aquello sobre lo que actua? La muerte es como los rayos del sol o una estrella fugaz; no les importa donde caen. La muerte no puede ver los estandartes de una lanza o la guirnalda gloriosa en la mano de un moribundo. Las banderas y las flores son inventos de la vida. Cuando un hombre muere cae en manos enemigas…, un enemigo indiferente, que no solo escupe sobre los estandartes sino que ni siquiera sabe lo que estos significan. Ningun hombre corriente soporta ese descubrimiento. Usted lo averiguo hoy. Usted permanecio sentado en el laboratorio y quedo mudo ante semejante injusticia. Nunca creyo que la justicia se tratara de otra invencion humana. No obstante, unas horas de descanso y un poco de ginebra le han ayudado. El impacto ha menguado. Todos los impactos humanos decrecen…, excepto el critico. Ahora se halla indefenso, igual que Rogan y los demas. De algun modo, la creacion en el interior de su cerebro sigue queriendo avanzar. ?Por que? ?Como es que la muerte no derribo sus cimientos, si es que son lo que usted pensaba que eran?

»?Sabe por que aun esta cuerdo, Barker? Creo que yo si lo se. Pienso que se debe a que tiene a Claire, y a Connington, y a mi mismo. Creo que es porque sabia que podia refugiarse en nosotros. En realidad, no es la Muerte lo que hace que usted pruebe su propia valia ante si mismo; es la amenaza de morir. No la Muerte, sino los asesinos. Mientras nos tenga a nosotros a su alrededor, sus partes vitales estan a salvo.

Barker avanzaba en su direccion, con las manos medio levantadas.

Hawks continuo:

—No tiene ningun sentido, Barker. No puede hacerme nada. Si fuera a matarme, habria demostrado que temia tratar conmigo.

—No es verdad —repuso Barker en voz alta—. Un guerrero mata a sus enemigos.

Hawks contemplo los ojos de Barker.

—Usted no es un guerrero, Al —comento con pena—. No la clase de guerrero que piensa que quiere ser. Usted es un hombre, eso es todo. Quiere ser un hombre digno…, un hombre que satisfaga sus propios canones, cuya altura sea la elegida por el. Eso es todo. Eso es suficiente.

Los brazos de Barker comenzaron a temblar. La cabeza cayo a un lado y miro a Hawks con ojos parpadeantes y torvos.

—?Es usted tan inteligente! —jadeo—. ?Sabe tanto! Conoce mas sobre mi que yo mismo. ?Como es eso, Hawks…, quien le rozo la frente con una varita magica?

—Yo tambien soy un hombre, Al.

—?Si? —los brazos de Barker se hundieron a los costados—. No por ello me cae mejor. Larguese de aqui, hombre, mientras aun puede. —Dio media vuelta y atraveso la sala con pasos breves, rapidos y compulsivos. Abrio de golpe la puerta—. ?Dejeme con mis viejos y conocidos asesinos!

Hawks le miro y no dijo nada. Su expresion aparecia atribulada. Entonces se puso en movimiento y comenzo a caminar. Se detuvo en el umbral de la puerta y se quedo cara a cara delante de Barker.

—He de tenerle —dijo—. Necesito su informe por la manana, y necesito que vuelva una vez mas al interior de esa cosa.

—Larguese, Hawks —replico Barker.

—Ya se lo dije —comento Hawks, y salio a la oscuridad.

Barker cerro de un portazo. Se volvio hacia el corredor que conducia a la otra ala de la casa, con el cuello tenso y la boca abierta para gritar. El grito surgio casi de forma inaudible entre el cristal que le separaba de Hawks:

—?Claire? ?Claire!

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