despacio y exclamo con voz apagada:
—?No le culpo! No pude evitarlo, pero no le culpo por lo que esta pensando. Cree que soy una especie de ninfomana, que enloquece ante cualquier hombre. Considera que, debido a que me esta ocurriendo ahora, sucede siempre lo mismo. Piensa que, porque podria hacer lo que quisiera conmigo, lo que dije antes acerca de mi no es la verdad. Usted…
—No —corto Hawks—. Aunque no creo que usted piense que es verdad. Considera que es algo que puede usar ya que suena plausible. Y asi es. Es verdad. Y, cada vez que teme que un hombre esta a punto de descubrirlo, intenta distraer su atencion con lo unico de usted que imagina que el estara interesado. Pienso que tiene miedo de hallarse en un mundo lleno de criaturas llamadas hombres. No importa todo lo que insista en decir que trata de no ser de esa forma, siempre ha de cortar a los hombres hasta dejarlos de su tamano. —Cogio el panuelo del bolsillo de la pechera y se limpio torpemente los labios—. Lo siento —continuo—. Pero es asi como me lo parece a mi. Connington funciona con la premisa de que todo el mundo tiene una debilidad que el puede explotar. No se si tiene o no razon; sin embargo, la suya es que usted solo se entrega a los hombres que cree que descubriran esa debilidad. Me pregunto si lo sabia.
Los dedos de ella se clavaron en la tela que cubria sus rigidos muslos.
—Tiene miedo, Hawks —dijo—. Tiene miedo de una mujer, igual que tantos otros.
—?Me culparia? Tengo miedo de muchas cosas. La gente que no desea ser gente es una de ellas.
—?Simplemente por que no se calla la boca, Hawks? ?Que es lo que hace, ir por la vida dando charlas? ?Sabe lo que es usted, Hawks? Una persona detestable. Aburrido e
—Lamento que no desee ser diferente, Claire. Digame una cosa. Hace un momento, casi lo consiguio. Se aproximo mucho. Seria una tonteria que yo lo negara. Si hubiera hecho lo que intentaba hacer conmigo, ?seguiria siendo un insoportable? ?Y que seria usted, que por amor a la seguridad se entregaria a un hombre al que desprecia?
—?Oh,
—?El hecho de ser un pelmazo me vuelve incompetente para ver las cosas con claridad?
—?Cuando va a dejar de intentarlo? ?No deseo nada de su
—No pense que la deseara. Ya se lo dije. Es lo unico que he dicho. —Se volvio en direccion a la casa— Voy a ver si Al me deja emplear su telefono. Necesito que alguien me saque de aqui. Me hago demasiado viejo para las grandes caminatas.
—?Vayase al
Hawks camino mas deprisa, con las piernas rigidas, oscilando los brazos en arcos breves.
—?Me ha oido? ?Pierdase! ?Vamos, larguese de aqui!
Hawks llego hasta la puerta de la cocina y la abrio. Connington se hallaba derrumbado de espaldas contra una encimera, con la camisa playera y el banador salpicados de sangre y saliva de la boca. La mano izquierda de Barker, cerrada sobre su cabello, era lo unico que le impedia caer del taburete alto sobre el que era sostenido. El puno derecho de Barker estaba echado hacia atras, manchado y con unos cortes profundos del impacto contra los dientes y que le llegaban a los huesos de sus nudillos.
—Me quede dormido, eso es todo —farfullaba desesperadamente Connington—. Perdi el conocimiento en la cama de ella, eso es todo…, ella no estaba.
El antebrazo de Barker salio disparado y su puno choco de nuevo contra el rostro de Connington. Dijo con voz furiosa:
—?Esto solo es por desearlo, Connie! No pienso tolerar encontrarte en la cama de mi mujer. Eso es todo, ?No puedo dejar que salgas impune de algo asi!
Connington tanteo de forma apatica detras de el, en busca de un asidero. No se esforzaba en defenderse.
—Esa es la unica manera en la que jamas podrias encontrarme alli. —Lloraba, al parecer sin ser consciente de que lo hacia—. Crei que por fin lo habia descubierto. Pense que hoy iba a ser el dia. Nunca consegui estar a su altura. Puedo descubrir la puerta que me permite penetrar en todas las personas. Todo el mundo tiene un punto debil. Todo el mundo se resquebrajaba veces, y me permite verlo. Todo el mundo. Nadie es perfecto. Ese es el gran secreto. Todo el mundo menos ella. Tenia que resbalar en alguna ocasion; sin embargo, nunca logre verlo. Yo, el gran jefe de personal.
Cogio una toalla, mojo un extremo en el fregadero y se dirigio a donde estaba Connington, hundido sobre el taburete y mirandola con ojos lacrimosos.
Se inclino sobre Connington y comenzo a frotarle la cara con movimientos freneticos.
—Vamos, carino —canturreo—. Vamos. Vamos. —Connington elevo una mano, con la palma hacia fuera y los flojos dedos abiertos, y ella la cogio, apretandola y llevandosela hasta su cuello, mientras seguia frotando febrilmente la aplastada boca—. Yo te curare, carino…, no te preocupes.
Connington giro la cabeza de lado a lado, mirando con ojos ciegos en direccion a ella, gimiendo mientras la toalla recorria los cortes.
—No, no, carino —le reprendio ella—. ?No, quedate quieto, carino! No te preocupes. Yo te necesito, Connie. Por favor.
Comenzo a limpiarle el pecho, abriendo la parte superior de la camisa y deslizandola por encima de sus hombros, como un policia al realizar el arresto de un borracho.
—Muy bien, Claire —anuncio Barker con rigidez—. Esto es el fin. Para manana quiero que saques todas tus cosas de aqui. —Curvo la boca en un gesto de asco—. Nunca crei que te convertirias en una carronera.
Hawks dio media vuelta y descubrio un telefono situado en la pared. Debido a la prisa, disco con torpeza.
—Soy…, soy Ed —dijo con la garganta constrenida—. Me pregunto si podrias ir hasta aquella parada en la carretera, donde esta situada la tienda con los surtidores, y recogerme. Si, yo…, necesito que me lleven de nuevo a la ciudad. Gracias. Si, estare esperando alli.
Colgo y, al volverse, Barker, con expresion atontada, le pregunto:
—?Como lo ha hecho, Hawks? —Casi grito—. ?Como consiguio esto?
—?Estara manana en el laboratorio? —inquirio Hawks con cansancio.
Barker le miro a traves de sus refulgentes ojos negros. Senalo con un brazo a Claire y a Connington.
—?Que me quedaria, Hawks, si le perdiera a usted?
SEIS
—Pareces cansado —comento Elizabeth cuando los fluorescentes del techo del estudio se encendieron despues de un parpadeo y Hawks se sento en el sofa.
Sacudio la cabeza
—No he estado trabajando duro. Es la misma vieja historia…, cuando era nino, en la granja, realizaba tareas fisicas hasta quedar exhausto, de modo que no tuviera ningun problema para dormir. Me despertaria por la manana y me sentiria de maravilla; estaria descansado, lleno de energia, y sabria con toda exactitud que tenia por delante aquel dia, y que haria todo lo que tuviera que hacer. Incluso cuando me hallaba cansado me sentia