Hawks se puso en cuclillas a su lado y observo de lado su rostro vuelto.
—?Con respecto a que?
Ella introdujo una mano en el agua azul y la agito, creando burbujas plateadas entre sus dedos extendidos.
—No puedo conocer a un hombre durante mas de unos minutos sin tratar de meterme debajo de su piel —contesto pensativamente—. He de hacerlo. Supongo que podria llamarlo un calibrado. —Giro de pronto el rostro hacia el—. Si quiere, tambien puede llamar a eso un juego de palabras freudiano. —Entonces, aparto de nuevo el rostro. Un sendero de gotas caidas fuera de la superficie satinada de la piscina comenzo a encogerse debajo del sol. Su voz sono, una vez mas, reflexiva y pausada—. Soy asi.
—?De veras? ?O decir eso forma parte del proceso? Todo lo que usted comenta busca su efecto, ?cierto?
En esta ocasion giro lentamente la cabeza y le miro con una sonrisa que escondia un leve destello de cinismo.
—Usted es muy rapido, ?no? —comento con un mohin—. ?Esta seguro de que merezco toda esa concentracion? Despues de todo, ?que bien le reportara a usted?
Enarco las cejas y mantuvo esa expresion, con la sonrisa aumentando despacio entre sus labios.
—No soy yo el que decide lo que ha de interesarme —contesto Hawks—. Primero, algo me intriga. Luego, lo analizo.
—Entonces ha de tener unos instintos curiosos, ?verdad? —Ella aguardo una respuesta. Hawks no le dio ninguna. Al rato, anadio—: Creo que en mas de un sentido. —Hawks siguio mirandola con seriedad, y ella perdio lentamente la vivacidad que habia detras de su expresion. De pronto, rodo hasta ponerse de espaldas, cruzando con rigidez los tobillos, y coloco las manos debajo de los musculos de sus piernas. Mirando al cielo, dijo—: Yo soy la mujer de Al.
—?De que Al? —inquirio Hawks.
—?Que le esta sucediendo? —pregunto ella, moviendo solo los labios—. ?Que le esta haciendo?
—En realidad, no lo se —repuso Hawks—. Espero averiguarlo.
Ella se irguio y se volvio para contemplarle. Sus pechos se movieron bajo el extremo superior de su banador suelto.
—?Tiene alguna especie de consciencia? —quiso saber—. ?Existe alguien que no se encuentre indefenso ante usted?
El sacudio la cabeza.
—Esa pregunta no es valida. Hago lo que debo hacer. Unicamente eso.
Ella parecia casi hipnotizada por el. Se le acerco mas.
—Quiero ver si Al se encuentra bien —dijo Hawks, poniendose de pie.
Claire arqueo el cuello y alzo la cara para mirarle.
—Hawks —susurro.
—Perdoneme, Claire. —El paso por encima de sus piernas alzadas y se encamino hacia la casa.
—Hawks —repitio ella con voz ronca. La parte superior del banador estaba cayendose de sus pechos—. Ha de poseerme usted esta noche.
El continuo andando.
—Hawks…, ?se lo advierto!
Hawks abrio de golpe la puerta de la casa y desaparecio detras de los cristales banados por el sol.
5
—?Como ha ido? —se rio Connington desde las sombras de la barra, en el otro lado de la sala. Avanzo, vestido con un traje de bano, el estomago apretado por la estrecha banda elastica de la cintura. Llevaba al brazo una camisa playera y sostenia una jarra y dos copas—. Desde aqui, se parece mucho a una pelicula muda — continuo, indicando la pared de cristal que daba al cesped y a la piscina—. Excelente para la accion, pero mala para los dialogos.
Hawks se volvio y miro. Claire seguia sentada, mirando con fijeza lo que debio haber sido una barricada resplandeciente de reflejos de si misma.
—Sabe como llegar a un hombre, ?verdad? —Connington se rio entre dientes—. Con ella, estar prevenido no significa estar protegido. Es como una fuerza elemental de la naturaleza… la subida de las mareas, la llegada de las estaciones, un eclipse de sol. —Miro el interior de la jarra, donde el hielo, flotando en el liquido del coctel, empezo a repiquetear de repente—. Semejantes criaturas no han de ser vistas como buenas o malas —prosiguio a traves de unos labios entrecerrados—. Por lo menos, no por hombres mortales. Poseen sus propias leyes, y es imposible contradecirlas. —Su aliento salio expelido hacia el rostro de Hawks—. Nacen entre nosotros: chicas que recogemos en la carretera, que trabajan en casinos, dependientas de Woolworth’s…, pero crecen hasta alcanzar su herencia. Son nuestra ruina, Hawks. Son nuestra ruina, pero nos empenamos en seguir la estela de sus cometas.
—?Donde se encuentra Barker?
Connington hizo un ademan con la jarra.
—Arriba. Tomo una ducha, amenazo con sacarme las entranas si no me apartaba de su camino en el pasillo y se metio en la cama. Puso el despertador para las ocho en punto. Se bebio una buena dosis de ginebra para facilitar el sueno. «?Donde se encuentra Barker?» —repitio burlonamente Connington—. En la tierra de los suenos, Hawks…, sin importar que tierra de suenos le ha acogido en sus brazos.
Hawks miro su reloj de pulsera.
—Tres horas, Hawks —prosiguio Connington—. Tres horas, y la casa esta sin su senor. —Rodeo a Hawks camino de la cristalera—. ?Hurra! —exclamo malevolamente, alzando la jarra en direccion a Claire. Empujo con torpeza la puerta con el hombro, dejando una mancha humeda en el cristal—. ?Al ataque!
Hawks cruzo la estancia en direccion al bar. Busco detras y localizo una botella de whisky. Cuando alzo la vista, despues de poner hielo y agua en una copa, vio que Connington habia llegado hasta donde se hallaba Claire y estaba de pie a su lado. Claire estaba tendida boca abajo, de cara a la piscina, con la barbilla apoyada sobre sus antebrazos cruzados. Connington sostenia la jarra y trataba de llenar las dos copas que tenia en la otra mano.
Hawks camino despacio hasta el canape de piel que habia delante del ventanal y se sento. Se llevo el borde de la copa a los labios y apoyo los codos en las piernas. Rodeo la copa con ambas manos, sosteniendola suavemente, y la inclino hasta que pudo dar un sorbo. La mitad inferior de su rostro estaba banado por una luz solar rojiza, moteada con leves fragmentos de color ambarinos y puntos vitreos de luz cambiante. El puente de la nariz y la parte superior de la cara se hallaban bajo un velo de sombra.
Claire se volvio a medias y alzo un brazo para tomar la copa que Connington le ofrecia. Entrechoco con brevedad, en un brindis, la copa de Connington y bebio un trago, arqueando el cuello. Luego volvio a acomodarse en la postura anterior y apoyo el torso sobre los codos, cerrando los dedos alrededor de la copa que habia depositado junto al borde de la piscina. Siguio mirando por encima del agua.
Connington se sento en el borde de la piscina a su lado y metio las piernas en el agua. Claire alargo una mano y se seco el brazo. Connington volvio a alzar de nuevo su copa, la mantuvo en alto para otro brindis, y espero que Claire bebiera otro sorbo. Con un giro de los hombros ella bebio tambien, apretando la palma de la mano contra la parte superior del banador para sujetarla.
Los rayos solares caian de forma oblicua por detras de Connington y de Claire Pack; sus perfiles aparecian ensombrecidos contra el resplandeciente oceano y el cielo.
Connington lleno una vez mas las copas.
Claire bebio otro trago. Connington le toco el hombro e inclino la cabeza hacia ella. La boca de ella se abrio en una risa. Extendio el brazo y le toco la cintura. Los dedos cogieron el rollo de carne que recubria el estomago de el. El hombro de ella se alzo y su codo se puso rigido. Connington le aferro la muneca; luego subio la mano por