marchas militares y cerrados por espectrales desfiles nocturnos con antorchas. Aquel maquiavelico propagandista edito un breviario para los oradores nazis que, aparte de los asuntos de interes local, siempre debian tocar en sus discursos el tema judio, la «punalada por la espalda», el irracional pago de las indemnizaciones de guerra impuesto a Alemania, la ocupacion del suelo patrio -aun estaban los franceses en el Sarre-, la corrupcion republicana, oportunamente apoyada en un reciente escandalo de suministros a la municipalidad de Berlin, del que -formidable coincidencia para los intereses nazis- eran responsables unos industriales judios. Las esperanzas de Hitler en aquellos comicios, segun confeso a algunos de sus amigos, se cifraban en la obtencion de tres millones de votos y entre cuarenta y cincuenta escanos.
Fue una campana triunfal para los nazis, aunque no estuvo exenta de sobresaltos. En medio del ajetreo electoral una sublevacion de las SA de Berlin hubiera podido arrasar al propio partido. Goebbels no se ruborizo al demandar el auxilio de la policia para reducirles y expulsarles de los edificios del NSDAP, mientras Hitler, consciente de la gravedad del caso, se personaba en la capital y, acompanado tan solo por un grupo de las SS, fue reuniendo a las SA en cervecerias y tugurios y, con todas sus artes oratorias, que iban desde la suplica a la amenaza, desde las lagrimas al trueno de su voz, termino por reducirles a la obediencia. Aquella indisciplina le costo la jefatura de las SA a Von Salomon y el propio Hitler se hizo cargo transitoriamente de su direccion, hasta que nuevos motines de aquella sediciosa masa le convencieron de la necesidad de imponer una jefatura militar y una disciplina de hierro, para lo que llamo a su viejo camarada Rohm, que se hallaba por entonces trabajando como asesor militar en Bolivia.
Todos los calculos electorales fueron barridos el 14 de septiembre. El NSDAP duplico holgadamente sus expectativas, consiguiendo 6.406.000 votos (18,3 por ciento del electorado) y 107 diputados. En la conservadora y militarista Prusia, el partido de Hitler fue el mas votado; en la comunista Westfalia logro la segunda plaza, apenas a 50.000 sufragios del PC; en la agraria y catolica Baviera resulto, tambien, segundo, tras el
Tras las elecciones, Hindenburg confirmo a Bruning en la Cancilleria, pero el Gobierno no pudo embridar la desastrosa situacion economica: a finales de 1930 el paro ascendia a 4.900.000 trabajadores. El descontento y los conflictos absorbian las energias del pais y solo el NSDAP parecia dotado de coraje para mantenerse en la lucha politica, ofreciendo soluciones de recambio al descalabrado programa gubernamental. Asi, las filas nazis se nutrian de los descontentos y de los desesperanzados, alcanzando el mundo universitario. En enero de 1931, los nazis expedian el carne numero 474.481 a nombre de un arquitecto recien salido de las aulas: Albert Speer.
Fue por entonces cuando muchos banqueros, industriales y comerciantes poderosos comenzaron a apoyar economicamente al partido nazi que, aunque ya habia tenido ayudas procedentes de esos sectores, seguia contando con las cuotas de sus afiliados como principal fuente financiera. Los grandes de la economia, la industria o el comercio de Alemania se fiaban de Hitler: ya no era el turbulento revolucionario de 1923, sino el politico maduro que ganaba los escanos parlamentarios en las urnas. Concebian esperanzas en el empuje nazi, dado el agotamiento y la inoperancia gubernamental. Estaban profundamente interesados en la cristalizacion de algunas ideas hitlerianas: denuncia del acuerdo de La Haya y cese del pago de las indemnizaciones de guerra; denuncia de los acuerdos de limitacion del Ejercito aleman en lo referente a efectivos y a armamentos, puesto que los vencedores nunca habian cumplido por completo las limitaciones a que tambien les obligaba lo firmado; intensificacion de las obras publicas -programa de autopistas- para terminar con el paro; aumento del parque movil, con un modelo popular barato, que pusiera en marcha la industria automovilistica; programa armamentistico para equiparar a Alemania al resto de las potencias…
Estos proyectos convirtieron a Hitler en el candidato preferido por la mayoria de los magnates de la industria o las finanzas. Cierto que sus ideas sobre la democracia eran deleznables, pero todos cerraban los ojos, con el pretexto de que no estaban los tiempos para delicadezas. Por otro lado, el propio canciller Bruning estaba gobernando dictatorialmente: suspendio las sesiones parlamentarias durante medio ano, abrogo las libertades constitucionales, instauro la censura previa, prohibio uniformes, banderas e insignias politicas, impuso el permiso preceptivo para todo tipo de reuniones. Todos, fundamentalmente los miembros del NSDAP, esperaban el estallido de Hitler, pero este siguio obstinadamente su plan de mantenerse en la legalidad, al tiempo que maquinaba como provocar las siguientes elecciones y como ganarlas.
Lo primero pronto le vendria dado. En el verano de 1931 estaban en paro un tercio de los obreros alemanes y la situacion bancaria era desesperada, despues de que, en los veinte meses trascurridos desde el
En esas circunstancias se produjo uno de los acontecimientos mas dolorosos y misteriosos de su vida: el suicidio de Geli Raubal. Las relaciones entre Hitler y su medio sobrina nunca han sido del todo aclaradas, pese a que todos los historiadores que han trabajado sobre Hitler se han detenido en ellas, pues existe la general coincidencia de que Geli fue la unica mujer que le intereso de verdad. «Fue, por raro que pueda parecer, su unico gran amor, lleno de instintos reprimidos, de arrebatos a lo Tristan y de sentimiento tragico», escribe Joachim C. Fest. «Hitler estaba enamorado de Geli, pero a su modo: queria, a la vez, poseerla y mantenerla a distancia. Ella era el adorno de su casa y las delicias de sus horas de ocio; su companera y su prisionera», dice Robert Payne. «Su sobrina Geli le ha cautivado. No hace nada para ocultar al exterior el evidente afecto, lo cual es bastante significativo en este virtuoso de la simulacion. Con el tiempo nace una autentica pasion amorosa o, al menos, la siente Hitler», apunta Hans B. Gisevius. «Fuese la relacion activamente sexual o no, la conducta de Hitler con Geli tiene todos los rasgos de una dependencia sexual fuerte o, por lo menos, latente. Esto se mostro con muestras tan extremas de celos y posesividad dominante, que era inevitable que se produjera una crisis en la relacion», juzga Ian Kershaw, el ultimo gran biografo de Hitler.
?Que tenia Geli para haberle cautivado tan profundamente? Era exuberante, extraordinariamente sexy, alegre, simpatica y frivola, aunque poco culta y muy caprichosa. «Sus grandes ojos eran un poema […] tenia un maravilloso pelo negro», recordaba tras la guerra Emil Maurice, guardaespaldas y chofer de Hitler, que se sospecha fue su amante y que pretendio casarse con ella. Hitler sufria con los flirteos de Geli con sus colaboradores y prescindio de los servicios de Maurice, cuando este le confeso sus proyectos.
Ella tambien queria a Hitler. Estaba deslumbrada por su exito, su fama, su dinero y por su escalada hacia el poder, pero quiza deseaba que la situacion se oficializase, ser la senora de Hitler, exhibirse como la aspirante a primera dama. Y eso no podia tenerlo. Seguro que Hitler le habia planteado mas de una vez su firme proposito de mantenerse celibe, lo mismo que se lo habia comentado a alguno de sus intimos. El fotografo Hoffmann, su mejor amigo de estos anos al margen de la politica, conto que Hitler le dijo en una ocasion:
«Es verdad, amo a Geli y quiza podria casarme con ella, pero como bien sabe usted, estoy dispuesto a permanecer soltero. Por tanto, me reservo el derecho a vigilar sus relaciones masculinas hasta que descubra al hombre que le convenga. Lo que a ella le parece una esclavitud no es sino prudencia. Debo cuidar de ella para que no caiga en manos de cualquier desaprensivo.»
Probablemente fueron amantes desde el verano de 1929. Sobre sus relaciones se ha fantaseado mucho, pero los escasos indicios que existen -hay que admitir que interesados- indican una actitud sadomasoquista que, al parecer, disgustaba a la joven. ?Fue eso lo que la impulso a regresar a Viena? Tambien es posible, como creia Hoffmann, que Geli Raubal estuviera enamorada de algun joven vienes y que se sintiera desgraciada por el papel de cancerbero que Hitler desempenaba con ella. Sea como fuere, el 18 de septiembre de 1931, tras una discusion bastante acalorada entre tio y sobrina, Hitler hubo de emprender viaje. Segun conto Hoffmann, que le acompanaba, Geli les despidio desde lo alto de la escalera con aparente naturalidad. Sin embargo, algo no andaba bien entre ambos porque Hitler, a poco de emprender viaje, comento con el fotografo que no se encontraba a gusto: «No se que me pasa… tengo una sensacion desagradable.» Esa noche se hospedaron en un hotel de