su esposa no habia protestado por que se hubiera puesto a fumar nada mas despertarse.

– ?Que verguenza que un poli diga una cosa asi!

– Entonces no era poli.

Yu no pudo evitar sonreir. Durante aquella epoca, cuando eran pobres y pasaban mucha hambre, Yu le robo un pollo a un granjero de la etnia dai por la noche, y Peiqin lo cocino a escondidas.

Hoy, bajo la luz matinal, sus brazos desnudos estaban salpicados con la sangre del pollo, como sucediera tantos anos atras. Yu reprimio la tentacion de encender otro cigarrillo.

– Ya casi esta -dijo Peiqin-. Hoy tomaremos sopa de gallina criada en casa. Tu y Qinqin habeis trabajado muchisimo.

Como norma, Peiqin no servia ningun plato especial a menos que Qinqin, el hijo de ambos, estuviera en casa. Era una regla no escrita que Yu comprendia perfectamente. No escatimaban en nada para contribuir a los esfuerzos de Qinqin por ingresar en una buena universidad, algo fundamental para labrarse un futuro en la nueva China.

– Sopa de pollo, ademas de filete de carpa frito con tomate y con zurron de pastor mezclado con tofu -dijo Peiqin con una sonrisa de satisfaccion-. Como es domingo, tambien podeis beber un vaso de vino amarillo de Shaoxing.

– No deberias criar pollos en casa, es demasiado trabajo.

– No has aprendido nada del gourmet de tu jefe. Chen te explicaria la enorme diferencia entre un pollo vivo criado en casa y uno de una granja avicola y congelado.

– ?Como vas a estar equivocada, Peiqin? Incluso el inspector jefe Chen apoya tus preferencias en cuanto a pollos.

– ?Sabes como puedes ayudarme? Tumbandote en la cama sin fumar. Es domingo por la manana. Casi no hemos tenido tiempo de hablar ultimamente.

– Tu tambien has estado muy ocupada.

– No te preocupes por mi. Qinqin ira pronto a la universidad y tendre mas tiempo libre. Bueno, ?sabes algo mas sobre el permiso de Chen?

Yu imaginaba que su mujer sacaria el tema, y alargo el brazo para coger el cenicero distraidamente. Le conto lo que le habia dicho el Viejo Cazador.

– Quiza Chen acudio al Viejo Cazador -dijo ella finalmente- porque tu padre ya no es policia y nadie le prestara demasiada atencion.

– El Viejo Cazador tambien me oculta informacion.

– O la desconoce, o debe de tener sus razones para ocultartela. ?En que anda metido ahora el viejo?

– Ha estado patrullando por ahi, creo que esta siguiendo a alguien. Y de no ser porque conozco a Hong, el Viejo Cazador no me hubiera dejado intervenir.

– ?Que has descubierto?

– He investigado a dos hombres vinculados con una mujer llamada Qian, que murio hace unos veinte anos en un accidente de trafico. De los dos hombres, el mayor, Tan, murio dos anos antes que ella, se suicido. No hubo nada sospechoso en las circunstancias de su muerte. En cuanto al segundo, Peng, es un don nadie, uno de esos vagos sin trabajo que se ven por todas partes hoy en dia.

– Entonces, ?a que se debe tanto interes? -Peiqin introdujo las pinzas de acero inoxidable en la palangana de plastico-. ?A quien esta siguiendo el Viejo Cazador?

– A una chica llamada Jiao, la hija de Qian. Posiblemente una mantenida, una pequena concubina.

– ?Quien la mantiene?

– Nadie lo sabe. Creo que eso es lo que el Viejo Cazador traia de descubrir, pero me ha prohibido investigar nada que guarde relacion con ella.

Que raro. Un «bolsillos llenos» exhibiria a su querida como si fuera un anillo de diamantes de cinco quilates, el simbolo de su exito. A menos que pertenezca a otro circulo…

?Que quieres decir?

– En lugar de un «bolsillos llenos», podria ser un alto cargo del Partido, y por eso intenta mantener en secreto su relacion. Pero no sera por mucho tiempo si los polis la estan investigando.

– No solo los polis, tambien Seguridad Interna.

– Ademas del inspector jefe Chen. El asunto no pinta muy bien -observo Peiqin con preocupacion-. ?Te ha contado alguna cosa mas tu padre?

– Al parecer, tuvo una larga conversacion con Chen sobre los constructores de tumbas de Cao Cao, a los que asesinaron para que no revelaran lo que sabian. Pero todo eso paso hace mas de mil anos.

– ?Esto no augura nada bueno! Saber segun que cosas puede llevar a la muerte. Cuando viste al Viejo Cazador, ?hubo algo que te llamara la atencion?

– Llevaba un libro con un titulo extrano, una especie de boletin meteorologico de Shanghai.

– ?Crees que el libro tiene algo que ver con la investigacion de Chen? -Anadio-: El viejo no es un gran lector.

– Si, eso mismo pienso yo.

– Un momento, Yu, ?recuerdas el titulo del libro?

– Nubes y lluvia… y algo mas.

– Nubes y lluvia. Ya entiendo, ahora ya lo entiendo.

– ?Que es lo que entiendes? -pregunto Yu fijandose en la inquietud que reflejaban los ojos de su mujer, una especie de opacidad temerosa, como si contemplara algo extrano, monstruoso.

– Nubes y lluvia…

Peiqin bajo de un salto del taburete y se limpio las manos en el delantal mientras se agachaba para sacar una caja de carton de debajo de la cama.

– Tengo un ejemplar. Nubes y lluvia en Shanghai.

– Eso es. Es el titulo del libro -dijo Yu, siguiendola con la mirada.

La estanteria improvisada que habian instalado en la habitacion era de Qinqin. Peiqin tenia sus propios libros, entre ellos su novela favorita, Sueno en el pabellon rojo, pero Yu no sabia donde los guardaba. La caja de carton estaba muy vieja; antes habia contenido latas de carne en conserva de la marca Meiling, posiblemente de su restaurante.

Peiqin encontro el libro y empezo a hojearlo muy excitada.

– ?Que buscas?

– Si, aqui esta: Qian. Y Tan tambien, claro -dijo Peiqin, sosteniendo el libro en la mano-. ?Has oido hablar de una estrella de cine llamada Shang?

– ?Shang? No he visto ninguna de sus peliculas. Creo que fue popular en los anos cincuenta y murio durante la Revolucion Cultural.

– Se suicido.

– ?Si?

– Si -respondio Peiqin, echando otra ojeada a la pagina-. Qian era la hija de Shang.

– ?Es un libro sobre Shang?

– No, sobre su hija, Qian, pero la popularidad del libro se debio a Shang, o, mas bien, al hombre con el que se acosto.

– ?De quien hablas?

– ?De Mao! -exclamo ella bajo la cambiante luz matinal que moteaba su rostro, como en un cuadro-. Por eso Chen no quiere que te involucres. Y por eso el secretario del Partido Li mantiene la boca cerrada. Porque se trata de Mao.

– Me he perdido, Peiqin.

– ?No sabias que Mao tuvo un lio con Shang?

– No, la verdad es que no.

– Hay un libro titulado Mao y sus mujeres. ?No lo conoces?

– No, pero no puedes tomarte todos esos chismes en serio. ?Tu lo has leido?

– No, solo algunos fragmentos en una revista de Hong Kong que un cliente se dejo en el restaurante. El libro esta prohibido aqui, por supuesto, aunque las historias son ciertas. A Mao le gustaba bailar con mujeres jovenes y bellas. Incluso los periodicos oficiales afirmaban que Mao estaba sometido a tanto estres que el comite central del

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