Era una pieza realista. Chen busco en las
Como si existiera una correspondencia misteriosa, su telefono movil se puso a vibrar. Era una llamada de Gu, un prospero hombre de negocios dueno de empresas, restaurantes y clubes. Chen no pudo reprimirse y le menciono la historia de los cangrejos, tras preguntarse si en la actualidad aun era posible comprar cangrejos a precios estatales.
A continuacion marco el numero de la Asociacion de Escritores de Shanghai y, tras una larga conversacion con la secretaria ejecutiva, consiguio la informacion que necesitaba sobre Long.
Chen empezo a preparar la lista de preguntas que le haria a Long. Cuando iba por la mitad oyo que alguien llamaba a la puerta. Para su sorpresa, le habian dejado un cesto de bambu lleno de cangrejos de rio vivos, casi cinco kilos. La cesta adjuntaba una breve nota de Gu.
Estas demasiado ocupado para venir a mi restaurante, lo se.
Hemos enviado otro cesto al domicilio de tu madre.
Chen lamento haberle mencionado la historia de los cangrejos. El coste de un cesto como ese debia de ser prohibitivo, aunque no llevaba una etiqueta con el precio. O aun no. Por el momento, sin embargo, Chen se repitio a si mismo el topico de que el fin justifica los medios. Despues de todo, trabajaba en un caso sobre Mao, y el cesto podria serle util para el importante encuentro con Long.
Chen marco el numero de Long y le propuso ir a visitarlo. Se habian conocido en la sede de la asociacion, pero la llamada debio de suponer una sorpresa para Long, sobre todo cuando Chen anadio al final: «Traere algo para comer, y podemos charlar mientras bebemos unas copas».
10
Alrededor de una hora despues, Chen llego a una callejuela de la Ciudad Antigua y vio a Long esperando frente al bloque de pisos. Pese a la pista que Chen le habia dado por telefono, Long quedo estupefacto al ver el cesto de cangrejos de rio.
– Mi humilde morada se ilumina con su visita -dijo Long-. Me abruma con todos estos cangrejos.
– Me impresiono su historia sobre los cangrejos, Long. Y, casualmente, conozco a alguien que trabaja en un restaurante. Pude conseguirlos al precio estatal, asi que decidi venir a verlo.
– No me sorprende que tenga buenos contactos, camarada inspector jefe Chen, pero lo del «precio estatal» si.
Chen sonrio sin dar mas explicacion; Long estaba en lo cierto, no existia ningun «precio estatal».
Long recibio a Chen en su piso de un solo ambiente: dormitorio, salon, comedor y cocina en la misma habitacion. Una mesa pintada de rojo estaba dispuesta en medio de la estancia. Cerca de la puerta habia un fregadero y una cocina de briquetas de carbon. Unas pinzas de cangrejo, de color rojo escarlata, decoraban una de las paredes blancas.
– Hoy mi mujer esta de canguro en casa de su hermana -explico Long-. Podemos hablar tranquilamente mientras disfrutamos del festin de cangrejos. Deje que los prepare primero, seran solo unos minutos.
Long metio los cangrejos en el fregadero que habia bajo la ventana y empezo a lavarlos con una escobilla de bambu. Dejo el grifo abierto y, mientras los cangrejos seguian moviendose, saco una olla grande, la lleno de agua hasta la mitad y la coloco sobre una bombona de propano.
– Los haremos al vapor. Es la mejor manera de cocinarlos, y tambien la mas sencilla.
– ?Puedo ayudarlo en algo, Long?
– Corte a rodajas el jengibre para la salsa -le indico Long, sacando un trozo de rizoma.
Long se agacho sobre el fregadero y se puso a limpiar los cangrejos con un cepillo de dientes viejo. Mientras Chen acababa de cortar en rodajas el jengibre, Long empezo a atar las pinzas de los cangrejos, uno por uno, con tiras de ropa blanca.
– Asi los cangrejos no perderan las patas en la vaporera -comento Long, metiendolos en la olla.
Ahora Chen ya estaba convencido de que el Aiguo del relato era el propio Long. La destreza con que preparaba los cangrejos lo impresiono.
– Le dire una cosa, inspector jefe Chen. Yo tambien comia cangrejos cada mes a principios de los anos setenta.
Eso fue durante la Revolucion Cultural, penso Chen, cuando Long era un «trabajador erudito revolucionario» que gozaba de privilegios al alcance de solo unos pocos.
– Lo imaginaba. Su relato debe de estar basado en sus experiencias.
La salsa especial a base de vinagre, azucar y jengibre ya estaba lista. Long metio los palillos en la salsa, la probo y se relamio. A continuacion abrio una botella de vino de arroz amarillo Shaoxing, sirvio un vaso a Chen y otro para el.