En la esquina de la calle, un anciano dormitaba en su silla de ruedas. El anciano llevaba gafas de sol y apoyaba los pies en el manillar. Chen no entendia como podia descansar en una postura tan incomoda. Por otra parte, muchas cosas podian tener sentido para alguien y no para los demas, como su idea de tomarse unas vacaciones.
Chen saco el movil.
Primero llamo a Gu, y le relato su encontronazo con los gangsteres.
– ?Que? -exclamo Gu con una mezcla de asombro y de indignacion-. ?Unos hijos de puta lo han atacado en plena luz del dia? ?Donde esta? Ahora mismo voy hacia alli.
– No se preocupe. No me han roto ningun hueso, ya he ido al medico, y me ha recomendado que coja un par de dias libres, asi que estoy pensando en tomarme unas vacaciones cortas -explico Chen-. No estoy seguro de si los que me atacaron estan relacionados con la Triada, pero las armas y la jerga de esos tipos me hicieron sospechar.
– Es indignante. Ya averiguare quien esta detras, tiene mi palabra.
– ?Ha visto a Nube Blanca ultimamente?
– Si. ?Por que lo pregunta, inspector jefe Chen?
– Uno de los gangsteres dijo algo sobre un sapo feo que babeaba al ver un bello cisne. Tal vez la agresion tenga que ver con una relacion sentimental. Aunque, como sabe, no hay nada entre nosotros.
– Nada en absoluto, lo se, pero ella lo adora. Usted no le ha dado la menor oportunidad. No, no creo que Nube Blanca este implicada en lo sucedido, pero hablare con ella. Nunca habla de usted con otras personas, yo le he pedido que no lo haga.
Chen no estaba demasiado seguro de ello. Nube Blanca era una chica joven y moderna. Y, por su parte, Gu solia enorgullecerse de sus contactos.
– No hace mucho intervine para que un conocido conservara su antigua mansion como patrimonio historico. Tal vez la inmobiliaria interesada en la casa no este demasiado contenta. La empresa se llama Viento del Este, y tiene contactos con la «manera blanca» y la «manera negra».
– Viento del Este…, creo que he oido hablar de ella. Conozco gente que se mueve en este mundillo. Ya se lo que hare, excavare un metro bajo tierra.
– No tiene que esforzarse tanto, Gu.
– ?Como puede decir eso, inspector jefe Chen? Cualquiera que lo ataque a usted me ataca a mi. Es como si me dieran la bofetada tambien a mi -continuo diciendo Gu, en tono serio-. En la sociedad actual no quedan demasiados polis honestos y capaces como usted. Si hago algo, no solo sera por usted.
– Pero no se precipite. Y tampoco me mencione cuando haga sus averiguaciones.
– No se preocupe y disfrute de sus vacaciones. Llameme si hay cualquier novedad. -Gu anadio-: Ah, visitare a su madre durante el fin de semana, y Nube Blanca tambien lo hara.
Segun le habia ensenado su padre, en los clasicos confucianos se debate a menudo el concepto de «actuar por conveniencia». De momento, la resolucion del caso Mao era el fin que justificaba todos los medios. Gu lo habia ayudado antes y volveria a ayudarlo; y esta vez lo haria lleno de
A continuacion, Chen llamo al Viejo Cazador.
– Acabo de ver al doctor Xia. Me ha dicho que he sufrido una conmocion cerebral.
– ?Ha tenido un accidente?
– No, no diria que fue un accidente. Un par de gangsteres me han atacado en la calle -explico Chen sin entrar en detalles-. Para garantizarme una recuperacion tranquila, el doctor Xia insiste en que me tome unas vacaciones, lejos del trabajo y de las preocupaciones. No puedo decirle a nadie donde estare, para evitar que me llamen por telefono. Me temo que tengo que hacerle caso.
– Pero aqui pueden producirse acontecimientos inesperados…
– Me pondre en contacto con usted de vez en cuando.
– Esta bien. ?Ah! He encontrado a alguien de total confianza para trabajar temporalmente como asistenta en casa de Jiao. Quiza descubra algo que pueda contarnos.
– Estupendo, sera de gran ayuda. Digale que vaya a casa de Jiao lo mas pronto posible. Se lo mencionare a Jiao antes de irme. Si se presenta alguna emergencia, pongase en contacto con una amiga mia. Este es su numero. Sabra donde voy a estar los proximos dias.
Era el numero de Ling. De momento, no se le ocurria a quien mas podria llamar el Viejo Cazador si necesitaba contactar con el. Segun Yong, Ling habia vuelto a instalarse en casa de sus padres.
– ?Sera seguro llamarla?
– Es una «linea roja» especial para familias de cuadros superiores. No tema, el telefono no estara intervenido; aun asi, no le de el numero a nadie.
– Entiendo.
Tal vez el Viejo Cazador hubiera adivinado de quien se trataba. ?Que pensaria de las repentinas vacaciones de Chen? Que el romantico inspector jefe, en un impulso irrefrenable, volvia corriendo a los brazos de su antigua novia…
Chen decidio no preocuparse por eso tampoco.
Tenia que hacer otra llamada para recomendarle a «alguien de total confianza» a Jiao, la cual le habia dejado un mensaje en el movil mientras el iba de camino a la estacion de ferrocarriles de Shanghai.
16
Peiqin llego al complejo de pisos de lujo de la calle Wuyuan siguiendo las indicaciones que le habia dado el Viejo Cazador.
La esposa del subinspector Yu era esa «persona de total confianza» que Chen le habia recomendado a Jiao, aunque el inspector jefe no tenia ni idea de que se tratara de Peiqin.
Peiqin se habia ofrecido para trabajar temporalmente como asistenta para sorpresa tanto de Yu como del Viejo Cazador, quien le habia pedido que lo ayudara a buscar a alguna persona apropiada. Peiqin presento argumentos convincentes a favor de su candidatura: seria casi imposible encontrar a alguien de confianza en tan poco tiempo, y mucho menos a una persona capaz de informar a la policia en secreto. Ademas, fuera cual fuese la razon por la que Chen se habia tomado vacaciones, el inspector jefe debia de estar en peligro. Tenian que ayudarlo. Finalmente, Yu acepto con la condicion de que Peiqin solo hiciera lo que se esperaba de una asistenta temporal.
Peiqin nunca habia estado en la zona de la calle Wuyuan y sus aledanos. Al igual que muchos habitantes de Shanghai, raramente salia de su circulo y no le veia sentido a explorar barrios que, para ella, eran como otra ciudad. Antes y despues de 1949, la calle Wuyuan se consideraba uno de los «enclaves de clase alta» a los que jamas tendrian acceso gente corriente como Peiqin y Yu.
En una ciudad que cambiaba tan rapidamente, la brecha entre ricos y pobres volvia a ampliarse. Periodicos y revistas habian empezado a hablar de construir una sociedad armoniosa en un esfuerzo conjunto, como cigarras incansables. Peiqin se preguntaba como se lograba algo asi. Al llegar al complejo residencial, mostro su identificacion al guarda de seguridad con uniforme verde que controlaba la entrada y afirmo ser la asistenta.
Tras entrar en el complejo, se sintio momentaneamente perdida, como la abuela Liu en
– ?Quien es? -pregunto una voz desde la quinta planta.
– Soy Pei. El senor Chen me dijo que viniera hoy.
– ?Ah, si! Suba. Habitacion 502.