blanco se precipitaba hacia el blandiendo una barra de hierro en la mano y mascullando entre dientes: «?Hijo de puta entrometido!».

Chen no se habia formado en la academia de policia, pero era muy rapido de reflejos. Ladeo la cabeza y se volvio hacia el hombre. Su agresor, que habia intentado golpearlo con todo el peso de su cuerpo, fallo y se abalanzo hacia delante. Los dos acabaron en una tipica postura defensiva de kung-fu. Chen balanceo el brazo y lo dejo caer con fuerza sobre la espalda de su atacante, que se tambaleo y comenzo a agitar freneticamente el antebrazo, tatuado con un dragon azul, en busca de apoyo. Sin embargo, antes de propinarle un segundo golpe, Chen diviso a otro hombre vestido de negro que se acercaba corriendo desde la calle Shaoxing, blandiendo una barra de hierro identica a la de su agresor. Parecia que los dos lo hubieran esperado en el cruce para tenderle una emboscada.

– Debeis de tomarme por otro, hermanos -dijo Chen, intentando recordar la jerga de la Triada mientras el primer gangster recobraba el equilibrio-. Las aguas estan inundando el templo del rey dragon.

– ?Quienes son tus hermanos? ?Un sapo feo se pone a babear cuando ve a un bello cisne! Deberias mear y contemplar tu reflejo en el charco -dijo el segundo hombre, precipitandose hacia el tan rapido como un rayo.

Tras esquivar el golpe, Chen contraataco con el puno derecho y noto que la barra de hierro le rozaba el hombro izquierdo. Tras tambalearse, cayo de espaldas y se golpeo la cabeza contra el muro de ladrillos pardos de una casa de dos plantas situada en la esquina del callejon. Al caer, consiguio darle una patada en el abdomen al segundo maton, que empezo a retorcerse de dolor. Chen dio un paso hacia la izquierda, frenando instintivamente con su brazo entumecido otro golpe del primer agresor. Resollando y bamboleandose, estudio la situacion con creciente desanimo. Podia enfrentarse a uno de ellos, pero contra dos hombres que blandian barras de hierro no tenia ninguna posibilidad.

Solo conseguiria zafarse de los matones volviendo a la calle Ruijing. Si la calle estaba concurrida, y si algun policia hacia guardia -posiblemente un agente de paisano de Seguridad Interna-, los gangsteres no le alcanzarian, menos aun si armaba un gran escandalo a plena luz del dia.

Tras volverse, corrio veloz hacia la calle principal, con los dos gangsteres pisandole los talones.

Mientras corria en direccion a la calle Ruijing Chen no vio a ningun policia ni a ningun agente de Seguridad Interna.

En el cruce solo habia un par de peatones, pero ninguno de ellos mostraba intencion de intervenir; observaban lo que sucedia como un publico absorto ante una escena de una pelicula de artes marciales.

La puerta de la Mansion Xie estaba cerrada, como era habitual. Entonces Chen dirigio la mirada al otro lado de la calle, al pequeno cafe en el que habia estado antes. Sobre la puerta de entrada colgaba un letrero de neon centelleante, donde se leia la palabra abierto. Y detras del tabique habia una puerta trasera, recordo Chen.

Giro en redondo y, cuando cruzaba corriendo la calle, a punto estuvo de chocar con una bicicleta. Una pareja salia del cafe charlando, con las manos entrelazadas. Chen se abalanzo sobre ellos y empujo a la mujer contra un ventanal, mientras el hombre agitaba el brazo con furia. Tras irrumpir en el cafe, para consternacion tanto de los clientes como de la camarera, Chen cerro la puerta tras de si antes de salir, a toda prisa y sin ser visto, por la puerta trasera, que daba a una callejuela.

En menos de un minuto los gangsteres empezaron a aporrear la puerta delantera, pero Chen tuvo tiempo suficiente para escapar por la callejuela antes de que los dos matones pudieran alcanzarlo. Al torcer por la calle Shaoxing, le parecio oir un terrible estruendo procedente de la callejuela.

Un taxi paso a toda velocidad. Agitando la mano freneticamente, Chen se dirigio al taxi a toda prisa y se metio en el, respirando con dificultad.

– Conduzca.

– ?Adonde?

– A cualquier parte. Usted conduzca.

Chen no fue capaz de reconstruir la secuencia de los hechos hasta que el taxi entro en la calle Fuxing.

Habia sido una emboscada, no le cabia ninguna duda. Tal vez los gangsteres llevaran dias siguiendolo. En un par de ocasiones, tras entrar en la calle Shaoxing habia cortado por la bocacalle hasta llegar a la estacion de metro. Los agresores se habian situado en el cruce para esperar a Chen viniera por donde viniera.

A juzgar por su indumentaria, las barras de hierro, el tatuaje en el brazo de uno de ellos y la jerga que empleaban, era evidente que ambos eran miembros de la Triada. No habian tratado de ocultarlo.

Sin embargo, Chen no recordaba haber molestado a ninguna organizacion en particular. Recientemente se habia creado una brigada especial en el Departamento con el objeto de luchar contra el crimen organizado en la ciudad. La responsabilidad principal de la Brigada de Casos Especiales era investigar los asuntos politicos delicados. Gracias a que conocia a personas relacionadas con la Triada, como Gu, Chen habia conseguido mantenerse al margen de situaciones peliagudas.

No descartaba que lo hubieran confundido con alguien, pero tampoco podia darlo por seguro.

Y, en cuanto a una emboscada, ?cual seria el objetivo? De acuerdo con la tradicion de las Triadas, por lo que sabia Chen, una emboscada era una advertencia o un castigo. Con las barras de hierro, caracteristicas de la cultura de las Triadas, propinaban palizas; asi sucedia en una pelicula que habia visto sobre las Triadas, en la cual la victima se retorcia en el suelo, brutalmente golpeada, mientras los gangsteres le espetaban entre dientes: «Si no te enmiendas, la proxima vez sera mucho peor».

Sin embargo, lo que los matones le habian dicho a el daba a entender algo distinto.

Al llamarlo «entrometido» probablemente se referian a que se habia involucrado en algun asunto de la Triada. Chen no tenia ni idea de que podria tratarse. Al fin y al cabo, muchas de las cosas que el inspector jefe habia hecho podrian haberse interpretado de esa manera.

En cuanto a la metafora sobre el sapo y el cisne, en un principio se referia a un hombre que pretendia a una mujer inalcanzable, generalmente un hombre feo o de posicion social inferior que pretendia a una mujer bella o de clase social superior. Podia ser una advertencia sobre alguna relacion imposible.

En la vida de Chen no habia ninguna mujer, no por el momento. Ironicamente, Ling se podia haber considerado un «cisne» por pertenecer a una familia de cuadros superiores, pero acababa de casarse con otro.

En cuanto a Nube Blanca, una universitaria joven y atractiva que tiempo atras le habia hecho de «pequena secretaria», nunca hubo nada serio entre ambos, al menos no por parte de Chen. Tenia cierto sentido, sin embargo, que un amante celoso viera al inspector jefe como un obstaculo. Era una posibilidad remota, pero Chen penso que debia comentarselo a Gu.

Por otra parte, tal vez la advertencia se debiera a que se relacionaba con las alumnas de Xie. La mayoria tenia a hombres ricos y poderosos detras, y uno de ellos podria haberse vuelto loco de celos. Pero Chen era un recien llegado a ese circulo, un aspirante a escritor bastante sesudo, por no decir bastante patoso, que no se habia insinuado a ninguna de ellas, ni siquiera a Jiao. En la mansion, casi todos los invitados flirteaban un poco entre si mientras bebian y bailaban bajo la luz tenue, al son de sugerentes melodias. Nadie se tomaba estos escarceos demasiado en serio.

– Entonces, ?adonde quiere ir, senor? -volvio a preguntar el taxista.

– ?Ah! A la calle Fuxing -respondio Chen.

Le dolia muchisimo el hombro. Tendria que ir al medico. El doctor Xia, tras jubilarse de su puesto en el Departamento, trabajaba en una clinica privada de la calle Fuxing.

– Tendremos que dar un rodeo.

– ?Por que? -pregunto Chen distraidamente.

– Por el nuevo edificio. Estan construyendo un complejo de pisos de lujo junto a la calle Tiantong.

De repente le vino a la mente otra explicacion: la inmobiliaria con contactos con «la manera blanca» y la «manera negra». Tal vez ellos lo hubieran visto como un entrometido. Esas empresas, que tenian buenos oidos y brazos muy largos, podrian haber oido hablar de el a traves de sus contactos en el Gobierno municipal. Pero ?a que venia entonces la metafora sobre el sapo y el cisne? No parecia guardar relacion con nada.

El taxi se detuvo por fin frente a la clinica, un edificio nuevo de color blanco. A traves de la puerta, Chen vio un tapiz de terciopelo con una cita de Mao escrita en caracteres llamativos: servir al pueblo.

Mientras pagaba al taxista se le ocurrio otra posibilidad. ?Habian intentado impedirle que siguiera con la investigacion? De ser asi, la orden debia de proceder de otra seccion del Departamento. O de los altos cargos de Seguridad Interna, que tenian sus razones para estar irritados con el. O incluso de la Ciudad Prohibida. De hecho, la investigacion estaba relacionada con Mao, al menos en parte, y el resultado de sus pesquisas podria afectar a la

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