encima, y me ha ensenado una fotografia. Tambien me ha hecho bastantes preguntas.
– Xie no podria haber hecho algo asi.
– ?Tiene algun enemigo, o hay alguien que lo odie?
– No creo que tenga ningun enemigo, salvo algunos parientes lejanos que le reclaman la casa. Si Xie se metiera en problemas, aprovecharian la oportunidad para quedarsela.
Las palabras de Jiao llevaron a Chen a pensar en la inmobiliaria con contactos tanto «blancos» como «negros». Por el momento, prefirio no dirigirse en esa direccion y pregunto:
– ?Cree que Yang podria haber entrado en el jardin sin que nadie la viera?
No, no sin mi llave. Xie siempre lleva las llaves encima, en su llavero. -Entonces Jiao anadio dubitativa, como si se le acabara de ocurrir-: Hara unos tres meses, Xie se puso enfermo. Lo acompanamos al hospital, y nos turnamos para cuidarlo. Yang podria haberle cogido la llave entonces.
– Es una posibilidad, pero no ayuda demasiado. Cualquiera podria decir que le robaron la llave a Xie e hicieron una copia.
– El no lo ha hecho, de eso estoy segura. Tiene que ayudarlo. Usted es muy competente, senor Chen.
– Yo tampoco creo que lo haya hecho el, pero los polis solo piensan en pruebas o en coartadas.
– ?Coartadas?
– Una coartada demuestra -explico Chen mirandola a los ojos- que alguien fue incapaz de cometer un delito porque estaba en otra parte, o con otra persona, cuando se cometio.
– ?Xie jamas mentiria! -exclamo Jiao.
– Tiene usted que demostrarlo.
– ?A que hora se cometio el asesinato?
– La hora de la muerte se estimo aproximadamente entre las diez y las doce de la noche, segun el agente Song.
– Coartada… Dejeme pensar. Ahora lo recuerdo, lo recuerdo muy bien -afirmo Jiao-. Xie estuvo conmigo entre esas horas. Estuve posando para el en esta sala.
– ?Que dice? ?Estuvo posando para el? Entonces, ?por que no lo ha mencionado Xie?
– Pose para el, si, desnuda -dijo Jiao con un brillo inexplicable en los ojos-. No podia permitirse contratar a modelos profesionales, asi que pose sin cobrar. No se lo dijo a la policia porque le preocupa mi reputacion, esa es la razon.
Era una revelacion sorprendente. Chen habia oido que las alumnas de Xie posaban para el en su estudio, pero aunque eso fuera habitual en una clase de pintura, el inspector jefe se pregunto si Jiao lo hacia por razones «romanticas». Chen sospechaba que, entre la mansion, la coleccion, la pintura y las fiestas, por no mencionar todo lo que habia sufrido durante la Revolucion Cultural, a Xie no le quedaba apenas dinero ni energia suficientes y no podia hacer otra cosa mas que comportarse como un Baoyu o un Don Juan, pero era dificil saberlo.
Con todo, lo que Jiao le habia dicho tenia bastante sentido. Incluso en la decada de los noventa, en Shanghai, a una modelo que posa desnuda se la consideraba una desvergonzada. Jiao ni siquiera era modelo profesional, y los rumores podrian dar pie a especulaciones de todo tipo.
Jiao corrio hacia las escaleras, alzando los brazos y llamando en voz alta.
– ?Xie! ?Tendrias que haberles dicho a los polis que pose para ti aqui ayer por la noche!
La situacion habia tomado un rumbo inesperado. El agente que hacia guardia al pie de las escaleras parecia estupefacto. Chen se pregunto si Jiao gritaba aquello para ayudar a Xie.
Pero Xie podria haberle hablado a Song de la sesion de pintura sin revelar que Jiao habia posado desnuda. No era necesario que se mostrara tan sobreprotector, ni que pagara un precio tan alto por ello.
Por otro lado, si Jiao no habia dicho la verdad, ?por que se habia arriesgado inventando una coartada para Xie? Aquello no hacia sino confirmar que podria haber algo entre Jiao y Xie.
Cuando Chen encendia un cigarrillo Song entro a toda prisa en el salon.
– ?Que quiere, Chen?
– Jiao estuvo con Xie ayer por la noche.
Song miro fijamente a Chen, que no dijo nada mas. El inspector jefe no era responsable de la sorprendente afirmacion de Jiao, aunque no podia negar que le resultaba muy conveniente para seguir con su investigacion.
Chen decidio irse. No tenia sentido quedarse con Song, quien parecia cada vez mas enfurecido por aquella informacion inesperada. Si Xie y Jiao se proporcionaban coartadas mutuas, Seguridad Interna no podria retomar el plan original.
Ademas, el inspector jefe Chen iba a hacer una llamada a Pekin como el policia habil y concienzudo que era, en palabras del propio ministro.
13
Chen volvia a estar inmerso en un sueno recurrente: una antiquisima gargola gris susurraba algo en la Ciudad Prohibida al ponerse el sol, en medio de murcielagos negros que revoloteaban alrededor de grutas sombrias. Entonces se desperto.
Chen permanecio tumbado con la cara oculta en la almohada blanca durante varios segundos, intentando descifrar si el ruido podia ser el agua que goteaba en el palacio. Era el telefono, sonando con estridencia bajo la luz grisacea del amanecer. Al descolgar escucho la voz de Yong, que le llamaba desde Pekin.
– Ling ha vuelto. ?Sabes que? Ese hijo de puta desalmado tiene una pequena secretaria. Ling lo acaba de descubrir y, de momento, se ha ido a vivir a casa de sus padres.
La voz de Yong se oia clara y nitida, a diferencia de los murmullos indistintos de su sueno. Mientras escuchaba, Chen se frotaba los ojos, aun desorientado.
– ?Que? -pregunto-. ?Quien tiene una pequena secretaria?
– ?Quien va a ser? El maldito hijo de puta con el que se ha casado.
– Vaya.
Alargo el brazo para coger un cigarrillo al percatarse finalmente de la rabia con la que hablaba Yong. Luego se incorporo en la cama y se apoyo en un codo.
– No digas «vaya» otra vez, di algo mas. Haz algo, Chen.
Pero ?que podia hacer el?
No era asunto de la policia detener a la «pequena secretaria» de nadie, una situacion que habia pasado a formar parte del «socialismo con caracteristicas chinas». Cualquier nuevo rico tenia, invariablemente, una pequena secretaria -su joven amante- como simbolo de su riqueza y de su exito. En algunos casos, tenia incluso una «pequena concubina». En cuanto al marido de Ling, empresario y funcionario de una familia de cuadros superiores, lo sorprendente seria que no la tuviera.
– Tal vez aun haya esperanza para vosotros. Ven a Pekin, Chen. Ling no es feliz. Tu y Ling deberiais hablar. Tengo muchas sugerencias que hacerte.
– Estoy en medio de una investigacion, Yong -repuso Chen, con la boca inexplicablemente seca-. Una investigacion importante.
– Siempre estas ocupado, nunca piensas en nada que no sea tu trabajo en la policia. Ese es tu verdadero problema, Chen. Ling me conto que pensaba en ti incluso durante su luna de miel. Puede que seas un policia excepcional, pero me decepcionas como persona.
Yong colgo el telefono con brusquedad, presa de la frustracion. Al otro lado del pasillo, su vecino cerro la puerta de golpe, como si quisiera solidarizarse con Yong.
Chen se acerco el cenicero lleno de colillas y de cerillas usadas del ultimo par de dias. Lo que le habia dicho a Yong era cierto, estaba involucrado en un caso sobre Mao, algo que ni siquiera podia explicarle.
No era el momento mas indicado para viajar a Pelan, pese a todas las sugerencias que Yong habia prometido hacerle. La luna de miel de Ling apenas habia acabado. Fuera cual fuese el problema que la acuciaba ahora, Chen no tenia ningun derecho a inmiscuirse.
El inspector jefe se acabo el cigarrillo antes de levantarse. Aun atontado a causa del sueno interrumpido, se dirigio al lavamanos y se lavo los dientes vigorosamente mientras la imagen de la gargola gris iba desapareciendo.