en ninguno de los interrogatorios.
Cuatro meses despues de aquella noche lo llevaron a juicio por todos los episodios de violacion.
Pero ninguna de las victimas fue capaz de reconocerlo. Una dijo que podia tambien ser el y otra que le parecia reconocer la voz.
El presidente del tribunal le pregunto si podia afirmarlo con certeza y ella dijo que no, no estaba segura. «Me parece la voz de aquel»,
Las otras no supieron decir nada sobre la voz, sobre el rostro, sobre el aspecto del agresor.
Aquel, fuera quien fuese, siempre se habia cuidado muy bien de no dejarse ver la cara.
En resumen, la acusacion por todos los episodios, salvo el ultimo, se basaba practicamente en la coincidencia del modus operandi.
El fiscal, en la tentativa de colmar la falta de pruebas especificas, habia solicitado un examen conjunto a un criminologo y a un psiquiatra. A ambos se les hicieron dos preguntas. La primera se referia a la eventual incapacidad de comprension y de volicion del acusado Francesco. La segunda era sobre la compatibilidad del tipo psicologico del acusado con la comision de violaciones en serie.
Los dos profesionales concluyeron asi su largo informe:
«El investigado tiene un cociente intelectual notablemente superior a la media (135/140). Con picos elevadisimos en el ambito de la inteligencia espacial; tendencias maniacodepresivas; trastorno de personalidad antisocial con rasgos de trastorno narcisista. Propension al uso sistematico de la mentira y del engano; fuerte tendencia a la manipulacion relacional. Para el DSM III (Manual diagnostico y estadistico de los trastornos mentales) los individuos con trastorno antisocial de personalidad no consiguen adaptarse a las normas sociales siguiendo un comportamiento normal. Pueden repetir actos pasibles de arresto y sistematicamente no respetan los deseos, los derechos o los sentimientos de los demas. Frecuentemente son manipuladores para sacar provecho o placer personal. Pueden mentir, usar falsas identidades, simular, estafar, hacer trampas en el juego repetidas veces. El trastorno antisocial, tambien llamado sociopatia o psicopatia, no implica por norma la falta y ni siquiera la reduccion de la capacidad de comprender y de querer [en el sentido de volicion]. En especial, en el caso del investigado, es un sujeto afectado de trastorno de personalidad, pero seguramente capaz de entender y de expresar su voluntad.
»El cuadro psicologico aqui delineado es caracteristico de los autores de delitos en serie que conlleven el uso de la violencia o del engano en la esfera patrimonial y sexual. Las situaciones mas graves son las que llevan a cometer homicidios seriales.»
En la sentencia, los jueces escribieron que este informe no bastaba. Tenian razon, naturalmente. Una cosa es decir que alguien corresponde al tipo del violador en serie; otra es decir que ha cometido una serie de violaciones especificas si faltan las pruebas y la acusacion se basa solo en conjeturas. Razonables, aceptables, pero siempre conjeturas. Con las conjeturas, aun con las muy razonables, no se adelanta mucho en los procesos.
De modo que Francesco fue condenado solo por la tentativa de violacion contra A.C.
Yo debi declarar como testigo. La noche anterior no dormi, y cuando el oficial de justicia me llamo, tuve nauseas.
Entre en la sala y recorri el espacio entre la entrada y el banco de los testigos mirando al suelo. Conteste a las preguntas del fiscal, del abogado, de los jueces, mirando siempre un punto delante de mi, en la pared gris. Hablaba mecanicamente, dando la espalda a la jaula en la que estaba encerrado Francesco. Consegui no mirar hacia alli ni siquiera un momento.
Cuando sali, vomite en un arriate, ante la estatua de la justicia. Luego me escape, tambaleando. Alguien me miro por un instante, sin interes.
Francesco fue condenado a cuatro anos de carcel y la pena fue confirmada tambien en apelacion y en casacion. No se cuanto tiempo estuvo encerrado. No se cuando salio ni adonde fue. No creo que se haya quedado en Bari, pero digo eso porque no he vuelto a verlo.
No he sabido nada mas de el.
Pase muchos meses aislado, de los que no recuerdo casi nada aparte de las nauseas y los recuerdos angustiosos por la manana temprano, cuando todavia estaba oscuro.
Despues, sin una razon determinada, retome mis estudios. Como un automata. Exactamente dos anos despues de aquella noche, me licencie. En el acto de entrega del diploma estaban solo mis padres, mi hermana y una tia. No hubo ninguna fiesta. No habia quedado ningun amigo al que invitar.
Despues continue estudiando, como un automata. Me presente a un concurso publico para un puesto de magistrado y lo gane.
Ahora soy fiscal. Contribuyo a mandar a la carcel a los que cometen delitos como las extorsiones, los juegos de azar, las estafas, el trafico de drogas.
A veces esto me averguenza.
A veces pienso que algo o alguien puede venir del pasado y atraparme. Hacerme pagar la cuenta.
A veces tengo un sueno. Siempre el mismo.
Sueno con aquella playa en Espana. Amanece, como entonces, y como entonces hay una sensacion inminente de un momento perfecto, de juventud divina e invencible. Estoy solo y miro el mar, esperando. Luego llega mi amigo Francesco, aunque no consigo ver su cara. Entramos juntos en el agua. Nadamos mar adentro y me doy cuenta de que el ha desaparecido. En ese momento recuerdo que justamente aquel dia es la ceremonia de graduacion. No podre asistir porque estoy en Espana. El cielo esta lleno de nubes oscuras y, si el sol esta saliendo, yo no alcanzo a verlo. Permanezco en el agua mientras las olas empiezan a crecer. Con un sentido inevitable del fin de todo. Con una nostalgia infinita.
14
Antonia me cuenta que es psiquiatra. Trabaja en un centro especializado en la asistencia a victimas de la violencia.
Se me ocurre que cada uno conjura a sus fantasmas como puede. Algunos lo consiguen mejor que otros.
Me dice que muchas veces ha pensado en buscarme. Explica que no me ha dado las gracias.
Gracias. La palabra se me aparece escrita en la cabeza. Es extrano. Hacia tanto que no me ocurria.
Gracias no solo por haberla salvado de la violacion aquella noche.
Gracias por la dignidad.
Tengo la cabeza baja y pienso que no es verdad. Quiero decirle que era un cobarde. Soy un cobarde. Pienso que siempre he tenido miedo. Que lo tendre siempre.
Luego la miro a la cara y me estremezco profundamente. Y comprendo que en cambio, en cierto modo extrano, ella tiene razon.
Entonces no digo nada. Y tambien ella permanece en silencio. Pero no se va. Pienso que yo tambien quisiera darle las gracias, pero no soy capaz.
Y asi nos quedamos sentados en el bar.
En un silencio incomodo, mientras fuera hace frio.
Gianrico Carofiglio