– Si, si -replico Tommy, y estudio el remolque-. ?Donde la vas a dejar durante el invierno?

– En Borgholm…, detras de un garaje.

Tommy tiro de la cuerda que sujetaba la lona y pregunto:

– ?Y alli no te la quitaran?

– Esta vallado.

El pulso de Henrik se acelero. Deberia haber usado mas cuerdas y haber atado la lona con mas fuerza. Para desviar la atencion de Tommy empezo a hablar de nuevo.

– ?Sabes que vi por aqui este otono?

– No.

Tommy nego con la cabeza, pero no apartaba la vista del remolque.

– Fue en octubre -explico Henrik-, cuando vine a vaciar la barca… Vi una fueraborda; tuvo que venir del norte. Atraco en los faros de ludden. Habia un tipo a proa, y luego encontraron a esa mujer ahogada justo en el mismo lugar. He pensado mucho en eso.

Hablaba demasiado y demasiado rapido. Pero ahora por fin Tommy giro la cabeza.

– ?De quien hablas?

– De ella, de la mujer de la casa -contesto-. Katrine Westin; trabaje para ella este verano.

– ludden es adonde vamos -dijo Tommy-, ?asi que presenciaste un asesinato?

– No, vi una fueraborda -preciso el-. Pero fue extrano…, y despues la encontraron muerta.

– Joder -exclamo Tommy, sin sonar especialmente sorprendido-. ?Se lo contaste a alguien?

– ?A quien? ?A la policia?

– No, claro. Habrian empezado a preguntar que hacias aqui. Quiza habrian inspeccionado el cobertizo y te habrian detenido.

– Nos habrian detenido -puntualizo el.

Tommy miro de nuevo la barca.

– Freddy me ha contado una historia cuando veniamos de camino -dijo-. Era bastante divertida.

– ?Que?

– Se trataba de un chico y una chica. Estaban de vacaciones en Estados Unidos y conducian por el pais, y en un area de descanso se toparon con una mofeta. Nunca han visto ninguna y les parece una preciosidad. La chica quiere llevarsela a Suecia, pero el chico cree que en la aduana no dejan pasar animales salvajes. Asi que ella propone meterse la mofeta en las bragas. «Si, es una buena idea», dice el chico. «Pero ?que hacemos con el hedor?»

Tommy se rasco el cuello e hizo una pausa antes de continuar:

– «Nada?», responde la chica. «La mofeta tambien apesta.»

Se rio para si. Luego se dio la vuelta y agarro la lona.

– La mofeta tambien apesta -repitio.

– Espera un momento… -comenzo Henrik.

Pero Tommy tiro de la lona con fuerza. Apenas consiguio levantar un poco la tensa cuerda, pero fue suficiente para dejar al descubierto gran parte de la mercancia robada.

– ?Vaya! -exclamo, y bajo la vista hacia los articulos de la barca. Luego senalo el suelo-. Deberias haber borrado las huellas en la nieve, Henke… Has corrido como un loco entre la barca y el cobertizo.

El nego con la cabeza.

– He cogido algunas cosas…

– ?Algunas? -repitio Tommy, y se encamino hacia el.

Henrik dio un paso atras.

– ?Y? -pregunto-. He trabajado mucho. He planeado todos los asaltos, y vosotros solo…

– Henke -lo interrumpio-, hablas demasiado.

– ?Yo hablo demasiado? Puedes…

Pero Tommy no lo escucho, le dio un punetazo en el estomago, un golpe duro, y Henrik retrocedio tambaleandose. Tenia una piedra detras; se sento pesadamente en ella y bajo la mirada.

El anorak tenia una raja. Un delgado corte recorria el tejido hacia su ombligo.

Tommy hurgo con rapidez en los bolsillos del anorak de Henrik y saco las llaves del coche.

– No te muevas…, si lo haces te vuelvo a rajar.

Henrik no se movio. Tenia el estomago encogido.

El dolor le llegaba en oleadas; de pronto se inclino y vomito entre las piernas.

Tommy se aparto un par de pasos, se recoloco el fusil sobre el hombro y se guardo el afilado destornillador en el bolsillo trasero.

Henrik tosio con dificultad y alzo la vista hacia el.

– Tommy…

Pero este se limito a negar con la cabeza.

– ?Crees realmente que nos llamamos Tommy y Freddy? Esos son nuestros nombres artisticos.

A Henrik se le habian acabado las palabras. Tambien las fuerzas. Continuo sentado en la piedra en silencio.

Mientras, Freddy habia seguido cargando la mercancia robada en la furgoneta. Al fin cerro la puerta trasera.

– ?Listo!

– Bien. -Tommy enderezo la espalda, se rasco la mejilla y miro a Henrik-. Tendras que coger el autobus de vuelta…, o lo que pase por aqui. ?Un carro de caballos?

El no respondio. Siguio sentado en la piedra y observo a los dos hermanos. Freddy se sento sin prisa tras el volante de la furgoneta mientras Tommy se acomodaba en el Saab de Henrik.

Le estaban robando el coche y la barca, y el solo podia mirar.

Los vio alejarse por la carretera de la costa.

Al fin se aparto la mano del estomago y miro. La raja de su anorak se habia tenido de rojo.

Sin embargo, no sangraba mucho, apenas un hilillo. Una vez habia donado sangre y le sacaron medio litro. Aquella perdida no era nada.

Un poco de dolor de estomago, una pequena conmocion y un vomito. No corria ningun peligro.

Al fin consiguio ponerse de pie. La sangre le palpitaba en la herida al mismo ritmo de las olas que rompian en la playa, pero podia caminar. Seguramente no le habia tocado los intestinos ni el higado.

Habia empezado a soplar un viento frio del mar. Henrik recordo que su abuelo habia muerto alli solo un dia de invierno, pero luego alejo ese pensamiento.

Apretandose el abdomen con la mano se encamino hacia el cobertizo. La puerta estaba entreabierta, y se detuvo en el umbral.

Toda la mercancia robada habia desaparecido. El unico consuelo era que Tommy y Freddy tambien se habian llevado la vieja lampara. Quiza ahora serian ellos los que oyeran el golpeteo.

Caminando con dificultad, cruzo el umbral y se dirigio al banco de carpintero de su abuelo.

Alli estaba la vieja hacha de madera de Algot, pequena pero fiable. Y la alargada y delgada guadana se hallaba en un rincon. Cogio ambas herramientas y salio despacio a la nieve.

El candado se habia caido al suelo y Henrik no lo encontro. Lo unico que pudo hacer fue cerrar la puerta.

Luego echo a andar, alejandose del camino y los cobertizos y se dirigio al prado junto a la playa.

Camino hacia el norte por la costa, con la cabeza agachada; avanzaba en diagonal al vendaval. El gorro de lana y el anorak forrado lo protegian, pero le escocian la nariz y los ojos.

Henrik se olvido del frio, solo caminaba.

Los hermanos Serelius, o como se llamaran, lo habian agredido y le habian robado la barca. Y habian hablado de ir a ludden.

En ese caso, Henrik los encontraria.

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