ante el.

No hizo falta que el doctor Waters respondiera. Al momento, un instante despues de que el contador cambiara de fecha al 15 de agosto, se produjo el impacto. En la simulacion, la Tierra, con un diametro de casi trece mil kilometros, se reducia a absorber el cuerpo, mucho mas pequeno, y continuaba el avance a lo largo de su orbita. Aunque aquella imagen pudiese representar con exactitud la vista desde el espacio, el panorama desde la Tierra iba a ser mucho mas dramatico.

– Por el momento, la simulacion se basa en un numero limitado de datos -dijo Waters-. Todavia cabe la posibilidad de que mis calculos esten equivocados. Vamos a intentar tomar unas cuantas fotografias mas de los asteroides esta noche e intentar atar cabos, pero todo indica que nos enfrentamos a la probabilidad de un impacto directo contra la Tierra.

Se produjo un largo e incomodo silencio, tras el cual el doctor Xiou formulo su pregunta.

– ?De que danos estamos hablando?

– Si combinamos los efectos primarios y secundarios -contesto el doctor Waters-, hablamos de la destruccion de toda o casi toda la vida en el planeta.

3

CUANDO COLISIONAN LOS MUNDOS

Dos dias despues

Nueva York, Nueva York

El embajador Jeremiah Ngordon, de Chad, representante de Africa Occidental y presidente de turno del Consejo de Seguridad, declaro abierta la sesion del pleno extraordinario. La reunion habia sido convocada por el doctor Alsie Johnson, del Instituto de Ciencia Espacial de Naciones Unidas, y por la embajadora Helia Winkler, de Alemania, quien habia reemplazado a Christopher como representante temporal de Europa despues de ser este elegido representante permanente europeo. Winkler tambien habia ocupado el puesto de Christopher a la cabeza de la Organizacion Mundial para la Paz (OMP), y en calidad de tal acompanaba ahora al doctor Johnson.

Los convocados a esta sesion a puerta cerrada conocian de sobra el motivo de la reunion, pero tras las necesarias presentaciones de invitados y las obligadas expresiones de mutua admiracion que siempre preceden a todo evento politico, la presidencia procedio a iniciar la sesion con un resumen de los sucesos que la habian precipitado. Entre el contingente de ocho cientificos y tres generales de la OMP alli presente para informar y responder a las preguntas del Consejo de Seguridad, se encontraban el doctor James Waters, del Observatorio de Mount Wilson, y el doctor Jung Xiou, del Centro de Astrofisica Harvard-Smithsonian. Mary Ludford, descubridora de los asteroides, tambien estaba alli, pero no figuraba en la lista de oradores.

A pesar de tratarse de un pleno a puerta cerrada, no habia intencion alguna de mantener la informacion en secreto por mucho tiempo. Peor que hacerla publica habria sido que se produjera una filtracion. Pero era esencial que se informara a la opinion publica de la manera mas sosegada y tranquilizadora posible. El peligro era sin duda real, pero no se trataba de una crisis irremediable. El unico proposito de la reunion era asegurarse de que el remedio tuviese alguna probabilidad de exito. La comunidad cientifica creia haber dado con la solucion y solo quedaba que los gobiernos proporcionaran los apoyos financiero y logistico necesarios.

Decker Hawthorne, responsable de recoger la informacion en la reunion, habia escogido minuciosamente al personal, incluidos los tecnicos de imagen y sonido. Se habia acordado pasar determinados cortes a la prensa, pero solo despues de una juiciosa edicion del material. Atento al pleno, que ya habia iniciado la sesion, Decker escuchaba boligrafo en mano dispuesto a anotar las frases que luego convendria eliminar de la grabacion a fin de no alarmar en exceso a la opinion publica. Su semblante no revelaba signos de angustia, pero Decker era plenamente consciente de que nadie en la sala, salvo el y Christopher, comprendia realmente la dimension del problema al que se enfrentaban. Nadie habia establecido todavia relacion alguna entre los asteroides y lo que dos hombres, Juan y Cohen, habian profetizado cinco meses atras. Pero ?como iban a hacerlo? La mayoria de los presentes ni siquiera sabia quienes eran Juan y Cohen, y los que si, los consideraban poco mas que un par de chalados. Con todo, era imposible que los presentes no hubieran oido cuando menos alguna historia sobre los peculiares seguidores de aquellos hombres, los Koum Damah Patar. Todos los paises del mundo contaban con alguno entre ellos; en la mayoria habia cientos.

El doctor Alsie Johnson, del Instituto de Ciencia Espacial de Naciones Unidas, pronuncio unas breves palabras introductorias antes de presentar a los invitados. A continuacion dio la palabra al doctor Waters, quien se encargo de explicar en lineas generales la indole de la amenaza antes de proceder a hacer la narracion de una version ligeramente actualizada de la simulacion que, dos dias atras, habia mostrado al doctor Xiou y a Mary Ludford. Desde entonces, el reajuste del calculo de los itinerarios de los asteroides desvelaba que el primer y el segundo asteroides, el 2031 KD y el 2031 KE, iban a pasar por lados opuestos de la Tierra. El primero y mas grande de los dos lo haria aproximadamente a algo mas de seis mil kilometros de la Tierra, siguiendo una trayectoria noroeste sudeste sobre buena parte de Norteamerica y Sudamerica, la noche del 3 de julio. El segundo asteroide pasaria tres horas despues, a unos mil seiscientos kilometros de distancia, por el lado iluminado del planeta, cruzando buena parte del noroeste y del sudeste de Asia, Filipinas y Nueva Guinea.

America seria la que disfrutaria de la mejor panoramica del fenomeno. Desde el norte y el sur se iba a poder contemplar durante varias horas al primer asteroide surcando a toda velocidad el cielo nocturno. Al otro lado del planeta, el asteroide iba a ser mas dificil de localizar en el cielo diurno, donde se divisaria no como una luz rutilante, sino como un punto gris -de aspecto muy similar al que presenta la Luna durante el dia-, que pasaria inadvertido a todo aquel que no lo estuviera buscando en el cielo. La esperanza de presenciar el rebote contra la atmosfera de la Tierra se habia descartado, para desilusion de muchos.

La verdadera amenaza provenia del tercer asteroide, el 2031 KF, con diferencia el mas grande de los tres dado su diametro de cincuenta kilometros. Como ya habian demostrado los primeros calculos del doctor Waters, el 2031 KF se dirigia directamente a la Tierra e impactaria contra esta, si no se hacia nada para evitarlo, el 15 de agosto, cuarenta y tres dias despues del paso de los dos primeros asteroides. Pero la humanidad pensaba presentar batalla. La ciencia moderna estaba preparada para evitar el cataclismo. E, ironicamente, iba a hacerlo con las mismas herramientas que hasta el momento habian amenazado con destruir la vida en el planeta.

La doctora Terri Hall, ex alumna de la celebre astronauta Eleanor Helin, convertida ya en una de las mayores expertas en asteroides, tomo la palabra a continuacion del doctor Waters.

– En nuestro sistema solar hay, literalmente, millones de asteroides -empezo-, aproximadamente un millon de los cuales posee un diametro de al menos un kilometro. El mayor, Ceres, mide mil treinta y tres kilometros (unas seiscientas veinte millas) de diametro. La mayoria de asteroides traza su orbita entre Marte y Jupiter. Ademas, hay varias decenas de miles de asteroides que pueden clasificarse dentro de otros tres grupos: los del grupo Aten, cuyas orbitas se circunscriben entre la Tierra y algo mas alla de Marte; los del grupo Apolo, cuyas orbitas cruzan la orbita terrestre; y los Amor, cuyas trayectorias dibujan orbitas entre las de la Tierra y Venus.

»De tiempo en tiempo, ya sea en el itinerario de su orbita normal o como resultado de una interferencia, como puede ser la gravedad de otro cuerpo o la colision entre asteroides, un asteroide puede entrar en una orbita que se cruce con la de la Tierra. No obstante, se trata de un caso muy poco frecuente. En el transcurso de los ultimos mil millones de anos, se cree que es posible que hayan colisionado contra la Tierra unos cuatrocientos asteroides de menos de medio kilometro de diametro. Eso nos da una media de una colision cada dos millones y medio de anos. Dado que la superficie terrestre esta cubierta de agua en sus tres cuartas partes, solo se trata de un dato estimativo, basado en el numero de crateres hallados en tierra firme y en las escasas evidencias de que se dispone sobre la caida de asteroides en los oceanos. La Tierra alberga un numero aproximado de cuarenta y cinco crateres de los que se sabe a ciencia cierta que son el resultado del impacto de un asteroide. Estos varian de tamano, desde siete kilometros y medio hasta ciento cuarenta kilometros, es decir, unas ochenta y cinco millas. Los mas grandes y antiguos son el de Vredefort, en Sudafrica, y el de Sudbury, en Ontario. Ambos miden aproximadamente ochenta y cinco millas de diametro y fueron formados por asteroides de unos diez kilometros, o seis millas, de diametro. El de Vredefort tiene unos mil novecientos setenta millones de anos de antiguedad; el de Ontario se formo hace unos mil ochocientos cuarenta millones de anos. Se cree que hubo otros crateres mas pequenos de mas de mil millones de anos de antiguedad que han desaparecido debido a los efectos de la

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