– Si, senor -contesto la persona responsable de las camaras.

– Pues tomemos las muestras de aire y salgamos de aqui enseguida -ordeno el coronel, y entro de nuevo en la cabina. La visibilidad desde alli era mejor y ofrecia una panoramica mas amplia que las ventanillas del compartimento de carga. Aunque se trataba de algo horrible, los tres hombres de la cabina no podian apartar la mirada de cuanto sucedia bajo ellos, incapaces de concebir una matanza tan delirante. Permanecieron en silencio durante un rato, observando incredulos, esforzandose por comprender que podia haber desencadenado aquello.

– Senor -dijo el piloto dirigiendose al coronel Crystal-, no se que sera lo que esta pasando ahi abajo, pero si su gente ha acabado con las muestras, creo que deberiamos salir de aqui; ya volveremos para hacer el resto de pruebas cuando las cosas se hayan calmado. Ahora mismo somos un blanco perfecto para cualquiera que tenga un arma de fuego. De momento no se han fijado demasiado en nosotros pero… -Una luz intermitente en el panel de control, seguida de un vuelco repentino del aparato debido a un cambio en la distribucion de peso, interrumpieron al piloto a mitad de la frase-: ?Alguien ha abierto la puerta del compartimento de carga! - grito.

Crystal dio media vuelta y regreso apresuradamente al compartimento de carga. Lo que alli descubrio desafiaba toda explicacion logica. Efectivamente, la puerta estaba abierta, tal y como indicaba el panel de control, pero los miembros del equipo habian desaparecido.

El piloto espero unos instantes y como no recibia respuesta del coronel, decidio ir a echar un vistazo personalmente.

– Toma el mando -le dijo al copiloto-. Voy a ver que pasa ahi atras.

En el compartimento de carga le esperaba la misma escena que a Crystal. La puerta estaba abierta y no habia nadie a la vista; ni siquiera el coronel Crystal.

– ?Aqui no hay nadie! -informo absolutamente pasmado al copiloto por el intercomunicador del traje protector-. ?Parece que han saltado todos!

No hacia falta pensar demasiado para adivinar que lo que fuere que estaba afectando a la gente en la superficie se habia cebado tambien en el equipo de investigacion.

– Salgamos de aqui, capitan -repuso el copiloto.

– Recibido. ?Deja que cierre esta puerta y nos vamos!

El piloto se aproximo rapidamente a la parte posterior del compartimento de carga y se dispuso a tirar de la puerta para cerrarla. A su espalda, algo se movio de repente y una persona se abalanzo en su direccion desde detras de unos bultos de equipaje. El hombre cayo sobre el piloto con todo su peso, lanzandolo fuera de la puerta abierta del helicoptero junto con su atacante. En plena caida, el piloto pudo ver a quien le habia derribado. Era el coronel Crystal.

– ?Regresa a la base! -grito el piloto tan fuerte como pudo, esperando disponer todavia de cobertura para comunicarse por radio con su copiloto; era esencial que se entregara la informacion recogida por el equipo. Dos segundos despues, el y Crystal habian muerto.

En el interior del helicoptero, el copiloto habia llegado a escuchar la ultima orden del piloto y ya habia empezado a acatarla. Volando hacia el sur tan rapido como lo permitia el helicoptero, se retiraba siguiendo la misma ruta por la que habian venido. Por todas partes debajo de el, la matanza progresaba a impresionante velocidad. Las camaras no habian dejado de grabar, captando cada detalle y enviando despues las imagenes al sobrecogido equipo de analistas del oceano Indico. Entonces, un extrano olor a huevos podridos o a azufre sorprendio al copiloto.

* * *

Las lugubres legiones del rio Eufrates no habian alcanzado todavia el campamento beduino del sur de la ciudad. Un adolescente beduino, que alimentaba a los camellos de su padre, levanto la vista para contemplar, con mucho interes, el regreso del helicoptero que los habia sobrevolado media hora antes. Curiosamente, volo directamente hacia ellos y al llegar al campamento, se quedo alli suspendido, asustando a los animales y sacando a todos de las jaimas. Despues de un momento de suspense, parecio que empezaba a llover pero la lluvia les quemaba los ojos. El «agua» era combustible de los tanques del helicoptero, que estaba siendo bombeada sobre el campamento y desperdigada por el rotor del helicoptero. Muchos de los beduinos corrieron a refugiarse en el interior de sus tiendas, que absorbieron la gasolina. Cuando solo quedaba un cuarto de deposito de combustible, el helicoptero salio disparado hacia arriba. Alcanzados los trescientos metros de altitud, el copiloto cambio de ruta y se lanzo en picado contra el corazon mismo del campamento beduino, donde el aparato exploto y transformo el paisaje en un espectacular infierno abrasador.

* * *

Al final del segundo dia no quedaba ni una persona con vida en un radio de dos mil kilometros alrededor del Eufrates, y la locura homicida proseguia su avance y habia llegado ya hasta Libia, al oeste, y Afganistan, al este; y hasta Volgograd, en Rusia, al norte, y hasta el golfo de Aden, al sur. Cinco millones de hombres, mujeres y ninos habian muerto, y nada indicaba que la cosa fuera a menos. La noche siguiente, el circulo de muerte habia llegado a Timessa, en Libia, y al talon de la bota de la peninsula Italiana, al oeste; al oeste de la India, al este; a Moscu, al norte, y a Burji, en Etiopia, al sur. Ochocientos millones de personas yacian brutalmente mutiladas; las poblaciones de Irak, Iran, Jordania, Arabia Saudi, Yemen, Oman, Afganistan, Pakistan, Siria, Egipto, Turquia, Grecia, Bulgaria, y buena parte de las de Rumania, Turquestan, Libia, Etiopia y Sudan habian muerto. Solo habia una excepcion. Ni una sola persona dentro de las fronteras de Israel habia sufrido danos.

15

ADVENIMIENTO DEL AVATAR

Nueva York, Nueva York

Las cortinas cerraban el paso al sol de la tarde, salvaguardando el ambiente sombrio que reinaba en el interior. En la senorial estancia, iluminada tenuemente por luz artificial, varios guardas velaban en silencio el feretro, sellado y envuelto en una bandera, del lider caido. Decker fue uno de los primeros en llegar a la misa de funeral previa al entierro. Bamboleandose sobre unas muletas, debido a la lesion que sufrio cuando lo arrollaron despues del asesinato, Decker permanecio de pie junto al feretro, abatido por el dolor y la incredulidad, con lagrimas surcandole las mejillas. Pasados unos instantes, se retiro y tomo asiento, solo y en silencio, en el estrado, desde donde pronunciaria despues el panegirico en honor a Christopher Goodman.

Poco a poco empezo el goteo de dignatarios, que vestidos de luto y llegados desde todos los rincones del planeta, acudian a la solemne ceremonia de despedida de uno de los suyos. Eran en su mayoria embajadores y otros funcionarios, que Decker habia conocido mientras trabajaba en la ONU, pero habia otros tambien, muchos de ellos conocidos de Robert Milner: empresarios, escritores, profesores universitarios, actores, productores de cine y television, lideres religiosos, gente influyente de todos los ambitos. La afluencia fue en aumento y no tardo en formarse una cola, que se extendia por el vestibulo y avanzaba lentamente hacia el feretro, ante el cual se detenian los dolientes un instante para rendir sus ultimos respetos.

El funeral de Jon Hansen habia sido diferente. En aquella ocasion, cientos de miles de personas habian hecho cola para pasar junto al feretro. Aunque Christopher era extremadamente popular en Naciones Unidas y en Italia, pais del que habia sido representante ante la ONU, su popularidad no se extendia al resto de la poblacion mundial. La mayoria lo conocia como uno de los diez miembros del Consejo de Seguridad y sabia que habia muchas probabilidades de que se hubiese convertido en el nuevo secretario general de no haber sido asesinado. Por lo tanto, existia un sentimiento generalizado de dolor y asombro por su muerte violenta, pero no era aquella sensacion de perdida personal que habia suscitado la muerte de Hansen.

El secretario Milner se habia hecho cargo del cuerpo de Christopher y de disponer todo lo necesario para el funeral y el entierro. A Decker le alivio que le quitaran ese peso de encima. Pero no pudo evitar sorprenderse ante

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