– Buenos dias, ?eh?
Nada, no habla. Emite una especie de extrano grunido como si fuese un cerdo concentrado en unas bellotas deliciosas. Esta manana Ale esta mas esquiva de lo habitual. ?Refunfuna! Me visto, pero hoy me falla la imaginacion, de manera que me pongo un par de vaqueros con un bordado en un costado y la camiseta azul claro. Me miro en el espejo de cuerpo entero de la habitacion. Un desconocido que me viese hoy por la calle no se pararia a mirarme ni de cona. Hay mananas en las que no te gustas en absoluto y, si por casualidad alguien te hace un cumplido, te cuesta de creer. De repente se me pasa por la cabeza: «Despues de todo, la verdadera belleza esta en el corazon.» Me lo decia siempre el abuelo. Y a el se lo habia dicho Gandhi. Quiero decir, no directamente, el abuelo habia leido la frase en un libro de citas suyas. No se si mi corazon es puro o no, lo que esta claro es que me gustaba como me decia esa frase el abuelo. Por un momento siento un extrano vacio en mi interior, algo indefinido, como una suerte de vertigo. Digamos que hoy dejo la hermosura para mi corazon, no para la cara.
Bip, bip.
Debe de ser Alis. Seguro que me pide que la espere frente a la escuela para poder copiar algo. Quiza matematicas, ya que la leccion de ayer era un poco dificil. No entendi mucho de las ecuaciones algebraicas. Y digo yo, ?para que hay que poner letras si en el fondo se trata de numeros? Ya entiendo poco las cifras, asi que solo me faltaba el alfabeto. Ademas, nos han dicho que esto se estudia en primero de bachillerato, pero la profe queria ensenarnoslo antes para que estemos mas preparados. Bueno, la verdad es que si Alis espera que yo… ?No podria haberselo pedido a Clod?
Abro el sobrecito del mensaje. ?Es de R. J.! Que extrano, a esta hora. «Hola. Caro… ?Vas al colegio o inventas una de las tuyas?» Voy, voy, ojala tuviese un poco de imaginacion. «?Te apetece acompanarme a un sitio esta tarde? Manda OK si tienes ganas y puedes y pasare a recogerte a las tres.»
No hay nada que hacer. Rusty siempre es asi. Jamas te dice adonde va, lo descubres despues. O aceptas la caja cerrada o nada.
«OK», y envio el mensaje. Desayuno de prisa, me lavo los dientes, me preparo y salgo. Ale incluso se despide de mi. Increible. El dia esta empezando a cambiar, vuelvo a estar de buen humor. De todas formas, pensandolo bien, las sorpresas de Rusty James me gustan por el misterio que entranan. Lo que no sabia era que esta vez me iba a sentir ya mayor. Una de esas sorpresas que sabes que existen, que se produciran tarde o temprano, y que, en cualquier caso, nunca estaras preparada para ellas.
En el colegio he tenido que copiar la ecuacion de Clod. Pero todo ha salido a pedir de boca. Las horas sucesivas han pasado volando y ahora estoy detras de el.
– ?Se puede saber adonde vamos? -le grito con el casco puesto.
– Cerca.
Serpentea entre el trafico.
Rusty James ha pasado a recogerme por casa, haciendo una llamada perdida al movil para evitar que mi madre lo oyese. Ahora estamos zigzagueando por las calles de Roma y no logro entender adonde vamos. Veo que Rusty esta sentado encima de un sobre amarillo.
– ?No se te caera si lo llevas asi?
– No. Si eso sucede, tu te daras cuenta. Si no, ?de que me sirves? Ademas, hay un motivo…
– ?Cual?
– Luego te lo digo.
Despues de un par de cruces mas, nos detenemos. R. J. aparca la moto y coge el sobre. Yo bajo con mi habitual saltito sobre los estribos. Miro alrededor. Veo un palacete antiguo con un gigantesco porton de madera y un sinfin de placas a un lado.
– ?Donde estamos?
– Subo un momento. Esperame aqui.
– Pero ?por que no puedo ir yo tambien?
– Por supersticion.
– ?Que pasa?, ?traigo mala suerte?
– Nunca se sabe.
Y me deja alli plantada tras cruzar a toda prisa el porton. Me acerco a la hilera de placas. Hay de todo: un asesor laboral, un agente comercial, un abogado, un notario, un editor, una empresa de estudios de mercado, una agencia inmobiliaria, una modista y, por ultimo, un letrero que destaca sobre los demas, un centro de estetica que ofrece depilacion incluso para hombres. ?Adonde habra ido? Entro en el patio y veo la escalinata y el ascensor, pero R. J. ha desaparecido. Pasados diez minutos regresa bajando de tres en tres los peldanos. Se acerca a mi y me levanta en volandas.
– ?Y bien? ?Cuando me lo vas a contar? ?Adonde has ido?
– ?Adivina! Si no me equivoco, debes de haber leido todas las placas.
– Mmm… ?te has depilado y no quieres decirmelo!
Rusty se levanta una de las perneras de sus vaqueros y me ensena la pantorrilla. No es que sea muy peludo, pero tampoco tiene la piel fina.
– ?En ese caso, te has metido en un lio y has ido a hablar con un abogado!
– ?No, no tengo antecedentes penales!
– ?Has encargado un traje propio de un tipo serio! ?Una americana y unos pantalones!
– Quiza uno de estos dias…
– ?Me rindo!
– Tiene que ver con lo que te he dicho antes.
– ?Con el sobre en el que estabas sentado?
– Si, me he sentado encima para ver si le transmitia un poco de suerte.
– ?Ah! ?Y que habia dentro?
– Mi libro…
– ?Noooo! ?Podrias habermelo dicho!
– ?Y que habria cambiado? ?Quiza luego me habrias pedido que te lo leyese! ?En cambio, me has acompanado a entregarlo a la editorial y quiza asi me traigas suerte! ?Te apetece andar un poco? No tengo ganas de coger otra vez la moto.
– De acuerdo, a fin de cuentas, he quedado con Clod y Alis dentro de dos horas.
– Pero ?es que vosotras no estudiais nunca?
– ?Por supuesto, de hecho vamos a estudiar!
– ?A las seis de la tarde?
– ?Claro, es la hora en que mi biorritmo esta mas activo! ?Me lo ha dicho Jamiro!
– No das un paso sin el, ?eh?
– ?Jamas!
Reimos mientras caminamos juntos. El sol esta alto en el cielo, hace un dia precioso y me siento mejor, mucho mejor respecto a esta manana. El merito es de R.J. Es una especie de tifon que arrasa con el aburrimiento. Pasamos por delante de un escaparate. Una tienda de fotografia. Nos paramos a la vez. Detras del cristal hay varias camaras digitales, las mas modernas, alguna que otra reflex, unos cuantos objetivos, fotos de mujeres sonrientes. Nos miramos. Es cosa de un instante. Una sonrisa consciente, un silencio que no necesita palabras. Tenemos la misma idea. El abuelo. Nuestro querido abuelo. El abuelo dulce, grande, bueno, el abuelo que anoramos, que nos hacia sentirnos seguros, o al menos, a mi. Y evoco esos dias absurdos. La casa abarrotada de gente silenciosa. La abuela sentada en una silla a su lado. Y el, que parecia dormir. Me parece imposible. La muerte me parece imposible. Ni siquiera se que es. En ocasiones me gustaria poder olvidarlo, coger la moto e ir a su casa como solia hacer y encontrarme con una bonita sorpresa: ver al abuelo Tom sentado a su escritorio manipulando algo. Y luego su perfume. Esa locion para despues del afeitado que uso durante toda la vida. No puedo pensar en eso. Sin poder remediarlo, se me humedecen los ojos. Rusty se percata.
– Venga…
– Venga, ?que? ?Como se hace? -Sorbo por la nariz-. Lo echo de menos. Y se que es irremediable. Ademas, ni siquiera puedo hablar de el con mama, porque en seguida se echa a llorar y tengo la impresion de que solo consigo incrementar su sufrimiento…
– Yo tambien lo anoro, pero pienso que no debo hablar sobre ello. No dejo de pensar en como debe de