sentirse la abuela… y, frente a ella, creo que no tengo derecho…

– Si. No es justo.

Realmente pienso que no es justo. ?Como es posible que una persona como mi abuelo, tan bueno, tan curioso, tan vital, un abuelo joven, vaya…, nos haya dejado asi? No comprendo la muerte. Te arrebata a las personas de repente. Te impide volver a hablar y reir con ellas, tocarlas y verlas. Jamas podras oirlas de nuevo, regalarles algo o decirles eso que nunca tuviste el valor de contarles. Si, solo una ultima vez, por favor, una ultima vez. Me encantaria poder decirte cuanto te quiero, abuelo.

– ?En que piensas?

– Ni siquiera yo lo se… En muchas cosas. -Lo miro-. ?Piensas alguna vez en la muerte, R. J.?

– No… No mucho. -Me sonrie-. ?Sabes? Creo que solo la puedes aceptar como viene y ser feliz por lo que te haya podido suceder mientras tanto.

– Parece algo que has leido; hablas como un escritor.

– Bueno, es mas sencillo que todo eso: es lo que siempre me decia el abuelo.

– ?Hablabas con el de la muerte?

– No, de la vida. Me decia que si no existiese la muerte la vida no podria seguir adelante. La muerte es la forma que tiene la vida de defenderse a si misma. En una ocasion me leyo algo precioso de un poeta que se llama Pablo Neruda.

Seguimos caminando mientras Rusty trata por todos los medios de recordar, despues su voz se dulcifica:

– «Muere lentamente quien evita una pasion, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las 'ies' a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, las que convierten un bostezo en una sonrisa, las que hacen latir el corazon ante las equivocaciones y los sentimientos.»

– Es precioso…

– Si. Y, ademas, es cierto Caro, los que mueren de verdad son los que no viven. Los que se reprimen porque los asusta el que diran. Los que hacen descuentos a la felicidad. Los que se comportan siempre de la misma forma pensando que no se puede hacer nada diferente, los que piensan que amar es como una jaula, los que nunca cometen pequenas locuras para reirse de si mismos o de los demas. Mueren los que no saben ni pedir ni ofrecer ayuda.

– ?Es tambien de Neruda?

– No, eso es lo que pienso hoy gracias al abuelo…

Volvemos a subir a la moto y nos alejamos en medio del trafico, de la gente, de toda esa vida. Los transeuntes caminan por las aceras, algunos hacen cola delante de un bar o de una tienda, otros esperan a que el semaforo cambie de color para cruzar la calle, algunos se rien, otros charlan o se besan. Gente. Tanta gente. Y por un instante me siento mejor y ya no tengo ganas de llorar. Estoy serena, quiza haya madurado y, entre todas esas personas, por un momento, me parece vislumbrar al abuelo. Quiza ya no lo echo tanto de menos porque vivio y nos dejo tantas cosas que se que no tendre tiempo de olvidarlo.

Ya esta. Me siento un poco triste. Dentro de veinte dias empezaremos con los examenes escritos, despues los orales, y luego nuestra clase se disolvera. Que extrano. Todo parece tan remoto y despues, de repente, plof, llega. Siempre bromeo, pero he de reconocer que los examenes me asustan de verdad. Estoy haciendo todo lo que puedo. Hoy, sin ir mas lejos, hemos estudiado en casa de Alis. Clod esta encantada de como le van las cosas con Aldo. Nos morimos de la risa cuando nos cuenta sus historias, y se confia abiertamente para compartir con nosotras hasta el ultimo detalle de lo que le esta ocurriendo. Yo no podria. Al menos, no asi. Ella esta serena. Quiza se sienta mas comoda con nosotras. No lo se. Mientras pienso en esas cosas, Alis interviene de improviso.

– Estoy saliendo con uno…

?De verdad?

Alis ha dejado caer la bomba mientras merendamos despertando nuestra curiosidad.

– ?Pero si no nos habias dicho nada!

– Os lo estoy diciendo ahora… Volvimos a vernos la semana pasada en casa de una de mis primas. Es de Milan, tiene veintiun anos y es guapisimo…

– ?Veintiuno? ?No son muchos? -lo pregunto pensando en Massi, que tiene diecinueve.

Bueno, son solo dos mas, ?que diferencia puede haber? Aunque el mero hecho de pertenecer a la misma decada te da una sensacion de normalidad, de cercania. Me siento como una estupida por decir todas estas cosas, parezco mi madre. Bueno, con eso no quiero dar a entender que ella sea una estupida…, ?solo que son ese tipo de cosas que las madres suelen decir! Esas observaciones que unicamente tienen sentido con el paso del tiempo… Que pesada soy a veces.

– ?Y como es?

Clod y su curiosidad. Alis sonrie y parece encantada con su presa.

– Bueno, pues es alto, moreno y tiene un cuerpo impresionante. Trabaja en el mundo de la moda, su padre es un famoso empresario, vende ropa italiana en el extranjero, en Japon. Lo primero que me dijo es que yo podria ser perfectamente una de las modelos de su catalogo…

– ?En serio? ?Que guay!

– ?Y luego?

– ?Pues luego quiso verme desnuda!

– ?No!

– Aja… -Alis asiente con la cabeza-. Estabamos en el salon de mi tia, habian servido ya la cena y los demas se habian ido al comedor, de forma que deslice el tirante de mi vestido y lo deje caer al suelo. Se puso colorado como un tomate, ?sabeis?

– ?Me lo imagino, si!

– Miraba continuamente hacia el comedor por si venia alguien a llamarnos. Acto seguido me dijo: «Bien. Eres perfecta,…» Durante la cena no le quite ojo. El evitaba mi mirada.

– Lo asustaste…

– ??Con veintiun anos?!

– Tal vez nunca habia conocido a ninguna chica como tu.

– Bueno, es posible… -Alis se encoge de hombros-. La cena no duro mucho, pero incluso asi al final me aburria. Le pregunto si le apetecia acompanarme…

– ?Y el?

– Accedio. -Sonrie mirandonos a las dos-. En mi casa no habia nadie… Lo invite a subir. -Se interrumpe por un momento- Nos besamos, despues entramos en mi habitacion e hicimos el amor…

– ?Hala! -suelto sin querer.

Alis se vuelve de golpe hacia mi.

– ?No te lo crees, Caro? ?Por que iba a inventarme algo asi? ?Piensas que quiero demostrarte algo? ?Crees que no soy capaz de hacerlo?

– No, es decir… Si, claro, ?eso que tiene que ver?… -Me siento violenta por todas sus preguntas-. Es que me parece raro…, apenas lo conoces.

– Nos vimos el verano pasado en la playa, pero nunca antes habia sucedido nada. Siempre me ha gustado. Creo que me he enamorado. No dejo de pensar en el,y hablamos continuamente. Quiza sea un poco obsesiva… -Suelta una carcajada-. Ahora ha vuelto a Milan… Quiero darle una sorpresa e ir a verle. Tal vez podriais acompanarme…

Ah, por supuesto -pienso-, en avion, con el permiso de nuestros padres. A veces Alis no es consciente de la edad que tenemos.

– Si, si, claro…, seria genial.

Clod no parece de la misma opinion.

– Ademas, debe de ser superguay ir de compras por Milan, hay unas tiendas increibles, es la capital de la moda. Cuando Paris Hilton viene a Italia, pasa en primer lugar por Milan. La cita es ineludible.

– Alis… -La miro intentando comprenderla mejor-. ?Como fue?

– Bonito… Al principio me hizo dano, pero luego fue precioso. Lo unico es que tuve que decirle que se pusiera un condon.

– ?Caray! ?Y no te dio verguenza?

– ?Estas de guasa? No queria acabar como Juno… Ademas…, yo seguro que me quedaria con el bebe. Por un

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