actriz. Vuelve a sentarse y lo hojea.

– Aqui esta…, escucha. -La abuela empieza a leer con voz firme-: «Para tener unos labios atrayentes, pronuncia palabras afectuosas. Para tener una mirada carinosa, busca el lado bueno de las personas. Para estar delgada, comparte tu comida con el hambriento. Para tener un pelo precioso, deja que un nino lo acaricie con sus dedos al menos una vez al dia. Recuerda, si alguna vez necesitas una mano, la encostraras al final de tus brazos. Cuando envejezcas descubriras que tienes dos: una para ayudarte a ti misma y otra para ayudar a los demas. La belleza de una mujer aumenta con el paso del tiempo. La belleza de una mujer no radica en la estetica, la verdadera belleza de una mujer es el reflejo de su alma…» -Acto seguido cierra el libro, con una serenidad especial que yo adoro.

– Que bonito…

– Intenta recordarla, Caro, porque es asi. No se trata de kilos, sino de armonia. Venga, empecemos a hacer elrisotto… ?Han pasado casi dos horas y no nos hemos dado cuenta!

Mientras extiendo la masa y la condimento, comienza a preparar elrisotto. Yo la ayudo. He puesto ya las setas deshidratadas a remojo en agua tibia, y el caldo vegetal esta listo. La abuela coge la cacerola y echa un poco de aceite y de mantequilla.

– No enciendas todavia el fuego.

Sigo sus instrucciones al pie de la letra.

– ?Cuanto tarda?

– Unos cuarenta y cinco minutos. Ahora coge la cebolla, mira, esta alli, sobre la tabla, la he picado ya, y trocea las setas.

Pongo empeno en hacerlo bien.

– ?Asi?

– Si, pon la cacerola al fuego y deshaz la mantequilla. Despues anades la cebolla y las setas y lo sofries todo. Echa un poco de sal.

– ?Y si se quema?

– Basta estar un poco atenta, ?no? Venga, que lo estas haciendo bien. Dentro de un momento anadiremos un poco del agua en la que han estado en remojo las setas. No la habras tirado, ?verdad?

– No, no.

– Ahora hay que echar el arroz para que se tueste.

– ?Pero cruje!

– Debe hacerlo, dejalo unos minutos. Coge el vino blanco que esta ahi, junto a la pila, en ese vaso, y echalo a la cacerola. Sube el fuego. Cuando se haya evaporado, lo apagaremos y lo dejaremos reposar durante diez minutos.

Eso es lo que mas me gusta de la abuela Luci: que calcula el tiempo con gran precision. Jamas se equivoca. Y, ademas, hace que todo parezca facil y que me sienta una buena cocinera. Mientras tanto, ella ya ha metido en el horno la bandeja grande con la pizza. La ha dividido y aderezado de cuatro formas diferentes, margarita, setas, salchichas y tomate, sin mozzarella.

– Abuela, ?cuando aprendiste a cocinar?

– Cuando era una nina. Yo era la mayor y mis padres trabajaban juntos en una tienda de generos de punto, de manera que a mi me tocaba dar de comer a mis hermanos. Aunque me ayudaba mi abuela, por suerte. Ella fue quien me enseno. Ahora vuelve a encender el fuego, no muy fuerte. A partir de ahora iremos echando el caldo. Un cucharon cada vez. Y empezaremos a remover el arroz…, asi haces ejercicio. Ah, y controla el punto de sal.

Pruebo, y la verdad es que parezco del oficio. La abuela me mira risuena mientras pone la mesa.

– ?Bien! Sigue asi. ?Quieres que lo haga yo?

– No, abuela, ?hoy cocino yo!

Se echa a reir y asiente con la cabeza. Sigue poniendo la mesa con afecto y placer, como hace siempre. En casa de los abuelos jamas falta un pequeno jarron con llores en el centro.

La abuela siempre me hace sentirme importante. ?Incluso me hace creer que se cocinar! En realidad lo ha hecho todo ella, habia preparado ya los ingredientes, de modo que yo me he limitado a echarle una mano.

Pasan unos minutos. No he dejado de anadir caldo y de remover el arroz. La abuela se acerca para probar.

– Mmmm, ?muy bien! Ahora coge ese plato, ?lo ves?, el que tiene el parmesano rallado y un poco de la mozzarella de la pizza. Eso es, apaga el fuego y anade el queso. -Lo hago-. Ahora cubrelo con esto… -Y me da una tapa de cristal que se empana con el vapor en cuanto la coloco sobre la cacerola-. ?Hay que esperar cinco minutos!

– Mmmm… ?Que bien huele! Tengo un hambre…

– A la mesa -grita la abuela con todas sus fuerzas.

– ?Voy! -responde el abuelo desde la habitacion del fondo.

– Si, pero a ver si es verdad… -vuelve a gritar la abuela mientras lleva los platos a la mesa-. Ven, coge eso, Caro… -La sigo con el pan-. A tu abuelo hay que llamarlo una hora antes, siempre esta dibujando en su estudio; parece que el tiempo no pase para el,…

Disponemos las cosas sobre la mesa. Le sonrio.

– Se ve que le encanta…

– Si, ?pero luego no soporta que el arroz este pasado, o frio! ?No se puede estar en misa y repicando!

– Aqui estoy… Aqui estoy… ?Ves como soy puntual?

Se sonrien y se dan un beso fugaz en los labios y yo, no se por que, me siento un poco cohibida y miro hacia otro lado. Luego nos sentamos a la mesa los tres, el abuelo da el primer bocado y pone cara de estupor.

– Pero si esta delicioso… ?Quien cocina asi de bien?

– Ella… -respondemos al unisono la abuela y yo senalandonos.

Y soltamos una carcajada y seguimos asi, disfrutando de todo lo que hemos preparado, que tiene un sabor distinto del de la comida que te sirven en el restaurante.

Cuando acabamos de comer, el abuelo se levanta. -Quietas ahi… No os movais. La abuela Luci hace ademan de levantarse. -Mientras tanto preparare el cafe.

– No, no, es solo un instante… Vuelvo en seguida. -Y desaparece a toda prisa en el salon contiguo, del que vuelve a salir al cabo de unos segundos con su camara de lotos en la mano-. Ya esta, ya esta, listo…

Coloca la camara en un estante cercano, pulsa el disparador automatico, corre hacia la abuela y nos abraza justo a tiempo. ?Clic!

– ?Aqui tenemos la foto de los tres con la barriga llena! -Nos abraza con fuerza-. Y ahora, Carolina, esto es para ti. Y puf…, saca un libro de detras de la espalda. -?Gracias, abuelo! Me mira orgulloso y radiante.

– Estoy seguro de que llegaras a ser una gran cocinera,… De modo que lo cojo, voy al salon y me echo en el gran sillon burdeos, que tiene incluso un escabel. Es comodisimo y, a fin de cuentas, la abuela no me quiere por en medio mientras friega los platos y recoge la cocina. Me ha regaladoKitchen, de Banana Yoshimoto. Lo abro.

Creo que la cocina es el lugar del mundo que mas me gusta. En la cocina, no importa de quien ni como sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro. Si es posible, prefiero que sea funcional y que este muy usada. Con los trapos secos y limpios, y los azulejos blancos y brillantes.

Incluso las cocinas sucisimas me encantan.

Aunque haya restos de verduras esparcidos por el suelo y este tan sucia que la suela de las zapatillas quede ennegrecida si la cocina es muy grande, me gusta. Si alli se yergue una nevera enorme, llena de comida como para pasar un invierno, me gusta apoyarme en su puerta plateada.

Cierro el libro y lo dejo sobre mis piernas. Desde el salon observo a la abuela mientras mete los platos en el lavavajillas despues de haberlos enjuagado. Me gusta la cocina de mis abuelos porque la usan de verdad, la viven. Despues llega el abuelo, se acerca a ella. Coge un vaso, lo llena de agua, a continuacion dice algo y ambos se echan a reir. Ella se seca las manos en el delantal que lleva atado a la cintura y luego se atusa el pelo. Todavia tienen mucho que decirse. De manera que me sumerjo de nuevo en el libro que me ha regalado el abuelo. Eso es. Me gusta su cocina porque en ella hay amor.

12 de octubre. El profe nos ha hecho estudiar el descubrimiento de America porque es el aniversario de esa fecha. ?Nos ha recordado que gracias a Cristobal Colon hoy podemos comer chocolate! Y Clod, claro esta, me ha

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