Permanezco un rato en silencio mientras caminamos. Al final decido que es mejor ir directamente al grano.
– Oye, Filo, ha sido una sorpresa estupenda, de verdad…
– Gracias. -Me escruta con curiosidad, a continuacion arquea las cejas-. ?Pero…?
Me vuelvo y le sonrio.
– ?Pero?
– Si te he entendido bien, estabas a punto de decir algo que empezaba por «pero»…
Sonrio.
– Asi es. Creo que es mejor que no nos besemos.
– Aunque no hayas dicho «pero» el resultado es el mismo. Disculpa, ?no habias dicho que era necesaria una sorpresa? Pues bien, ya has tenido tu sorpresa, ?no te ha gustado?
– Si que me ha gustado.
– No hace falta que lo jures, ya lo he visto, no ha quedado ni un solo sabor, si incluso has rebanado la nata con el dedo.
– Si, la verdad es que estaban deliciosos.
– Entonces, ?que pasa? Perdona, pero te pedi un beso antes que el, me dijiste que el te habia organizado una sorpresa y ahora yo te he dado otra. Arreglado, ?no?
– No, de arreglado nada. Las cosas deben suceder por casualidad, esto es demasiado…
– ?Demasiado?
– ?Estaba demasiado preparado!
– Puede…, ?pero a ver quien se inventa otra cosa! Si te hubiera improvisado una sorpresa habria sido demasiado facil, en cambio, te la organizo bien, con el hilo, tus sabores preferidos… ?y entonces la consideras demasiado artificiosa!
– Pero ?que tiene que ver la sorpresa con esto? ?Es la situacion!
– ?Pero si me lo dijiste tu!
– ?A que te refieres?
– ?Que era necesaria una sorpresa! Y no puede suceder por casualidad porque, sin cierta preparacion, ?como puede haber una sorpresa? ?Es imposible!
– De acuerdo, dejemoslo estar, renuncio.
– ?Que quiere decir «renuncio»? ?De eso nada! ?Te he dado una sorpresa! ?Ahora quiero un beso!
– Chsss, no grites. Decia que renuncio a explicartelo. Ven.
Abro la verja y lo hago entrar. Nos dirigimos al portal y, por suerte, el porton esta abierto. Entramos.
– Sigueme.
Abro otra puerta.
– Pero ?adonde vamos?
– Chsss, pueden oirnos… Estamos en el sotano.
Cierro la puerta a mis espaldas. Quedamos envueltos por la penumbra. Solo entran algunos rayos de luz por debajo de las puertas de hierro que conducen al garaje.
– Bonito sitio.
– Si… -Miro alrededor-. Venga, demonos prisa.
Esta vez es el el que se lamenta.
– Pero asi no puedo. Asi es demasiado…
– Basta, ya me he hartado.
Le doy un beso. Pasados unos segundos, me separo de el.
– Artificioso… -dice Filo sonriendo en la penumbra.
– ?Basta ya, tonto! Bueno, ahora estamos en paz, ?no?
– De eso nada, este no valia.
– ?Por que?
– Porque tengo que dartelo yo.
Ladea la cabeza. Otra vez. A continuacion me sonrie. Es ideal. Tierno. Poco a poco se acerca a mi y me besa. Por fin. Como es debido. Mmm… Sabe a arandanos. ?Que ricos, los arandanos! Para el ha comprado todos los sabores de fruta. A mi me ha dejado el resto. Filo me besa con pasion, me abraza, me atrae hacia si. Y justo en ese momento siento que se abre la otra puerta de hierro, la que esta al otro lado, al final del sotano, la que da al garaje grande, donde mi hermano aparca la moto. ?Mi hermano? Miro hacia la puerta que hay al fondo… ?Es mi hermano! Cojo a Filo de la mano.
– ?Ven, de prisa! -le digo en voz baja mientras corro hacia la puerta que da al portal.
La abro rapidamente y despues la cierro a mis espaldas.
– ?Vete, vete, de prisa!
Lo acompano al portal
– ?Esto no vale! ?Y el beso?
– Ya te lo he dado, mejor dicho, ?te he dado dos!
– Si, pero no como yo queria.
Abro el porton y lo empujo afuera.
– ?Sal, vamos!
Filo me sonrie.
– Pero yo lo queria… un poco mas… ?artificioso!
– ?Venga ya, vete!
Y le cierro el porton y a continuacion me dirijo hacia el ascensor en el preciso momento en que mi hermano abre la puerta del sotano.
– Hola.
– ?Ah, hola!
Me hago la sorprendida tratando de no mirarlo a la cara. Veo que, en cambio, el me escruta.
– ?Como te ha ido en el colegio?
– Bien.
Lo miro por un instante, esta sonriendo. Desvio la mirada.
– Ah, de manera que el colegio ha ido bien… ?Y como te ha ido hace un rato?
– ?Eh? -Vuelvo a mirarlo. Veo que se esta riendo.
– En el sotano…
– Ah, en el sotano… Pues nada, ?sabes?, se me habia perdido una cosa y… -Intento inventarme algo, pero no se me ocurre nada. De modo que me doy por vencida-. No… Bueno…, las cosas no estaban yendo, lo que se dice, a pedir de boca.
– ?Ah, no?… ?Sabes como habria acabado el asunto si llega a entrar papa?
Sacude la cabeza y entramos en el ascensor. Subimos al cuarto piso. ?Sabeis esos silencios que se crean de vez en cuando, esos que cada vez se hacen mas grandes y que, a medida que se hacen mas grandes; menos sabes que decir y no ves la hora de llegar? De hecho, en cuanto se abre la puerta me escabullo fuera del ascensor, llamo al timbre y apenas abren entro en casa como un rayo.
– ?Hola, mama! Todo bien en el colegio. Suficiente en los deberes de historia…
Recorro el pasillo en un abrir y cerrar de ojos y entro en mi habitacion, mas para relajarme que para otra cosa. ?Menuda tension! Pongo el CD de Massi, me echo en la cama y apoyo las piernas en la pared. Mantengo la cabeza baja mientras escucho esa cancion que tanto me gusta. Reflexiono y al final me siento un poco culpable. Quiero decir, me he enamorado de un chico al que no he besado y, en cambio, ?he besado ya a tres de los que no estoy enamorada en lo mas minimo! Eso no puede ser. No, desde luego que no. Basta, no besare a nadie mas hasta que… Bueno, mejor no ponerse ninguna meta que luego no se pueda mantener. ?Hasta que lo consiga! Eso es, mucho mejor asi.
– ?A la mesa! -mi madre me llama.
– ?Voy!
Me levanto de la cama. Bien, gracias al nuevo programa de besuqueos, me siento mucho mas relajada, e incluso me ha entrado un poco de hambre, no mucha, sin embargo, dado que me he zampado todos esos helados.