hecho todo tipo de gestos desde su pupitre, desde una V de victoria con los dedos al trazado de una aureola sobre la cabeza con las manos. ?San Cristobal! ?Solo que despues se lamenta porque le salen granos! Octubre es tambien el mes de las castanas. A veces mi madre, cuando tiene el turno de manana y vuelve a casa a eso de las dos, sin importar lo pronto que pueda haberse levantado (?a las seis, pobre!), se pone a hacer pan de castanas, que me gusta a rabiar. Siempre quito los pinones y me los como uno a uno antes de pasar al pan propiamente dicho. Si, octubre es un bonito mes…, el mes del amarillo-naranja, de las primeras cazadoras que sacas del desvan, y en el que esperas que llegue Halloween. Aunque tambien es el mes que precede a noviembre, que, en cambio, aborrezco.

En cualquier caso, me paso toda la tarde conectada al Messenger, hablando con Clod y Alis sobre Filo.

Clod no tiene ninguna duda; «Pero ?por que no lo besaste? Esta como un tren y. ademas, es realmente simpatico, ?fue el primero que personalizo un microcoche! ?Mucho antes que Gibbo!»

Alis, en cambio, opina justo lo contrario: «Asi me gusta, que sufra, que luego se aprovechan. ?Que se ha creido? Se trata tan solo de una competicion entre chicos: si no hubieses besado a Gibbo, ?crees que se habria interesado por ti?»

?Esa debe de ser la segunda ley de Alis! En fin, toda una serie de valoraciones que no van muy lejos. En parte porque yo, por mi lado, respondo al vuelo tratando de explicar mi postura a las dos: «?Aparte de que hace un ano ya me pidio que lo besara!»

«Si, si, de acuerdo -me responden Alis y Clod-, pero ahora ?que piensas hacer? ?Que rinan?»

«?Estais locas? ?Como si yo besase por caridad!»

«Vamos, pero si es genial…»

«No digo que no sea genial, el problema es que ahora yo solo pienso en Massi.»

«Pero si has besado a Gibbo.»

«?Y eso que tiene que ver! Lo hice porque perdi la apuesta, era un juego. De no ser asi, nunca lo habria besado. ?Yo pienso en Massi:»

«?A saber cuando volveras a verlo! -me replica Clod- Lo tuyo es pura imaginacion, ?en mi opinion, te gusta precisamente porque no lo ves!»

Alis ataca con mayor firmeza: «?Lo ves? Querias a Lorenzo y, en cuanto lo conseguiste…, pam, ahora te dedicas a buscar a otros.»

«Lo conseguiste.» Palabras mayores… Pero no me da tiempo a contestarle porque en ese momento entra mi madre.

– ?Caro! pero ?todavia tienes el ordenador encendido? Pero ?cuando piensas acostarte? Pero si manana tienes colegio… Pero… ?Vaya una retahila de peros!

– Pero, mama, estabamos comentando un tema de clase. -Apenas le dejo un instante de reposo-. ?Pero ahora mismo lo apago porque la verdad es que es muy tarde!

Y me meto en la cama.

– ?Te has lavado los dientes?

– Por supuesto, antes, justo despues de cenar. Huele… -Y exhalo un largo suspiro.

Mi madre rompe a reir y agita la mano delante de la cara.

– Puf, es terrible,… ?Todavia se nota el olor del brocoli que has comido esta noche!

– ?Mama…!

Simulo ofenderme y me tapo la cabeza con la sabana. Despues, como no oigo nada, me vuelvo hacia ella y me doy cuenta de que esta mirando fijamente la pared. Colgado de ella esta el articulo de Rusty James que he hecho enmarcar a Salvatore, el hombre que esta al final de la via della Farnesina.

Mi madre lo contempla suspirando. Me incorporo en la cama y la escruto.

– Bonito, ?verdad? Me parece un relato precioso, habla de los suenos de juventud… ?Sabes que fui la primera que lo vi? ?Me lo dijo el!

– Si, lo he leido varias veces. Es bueno.

Acto seguido, sale de la habitacion. Ligeramente disgustada o preocupada, a saber. Claro que para nosotros Rusty James solo puede ser bueno… Pero ?lo sera realmente? ?Para mi lo es! Y con esta ultima conviccion me duermo. Y no se muy bien lo que sueno. El caso es que cuando me despierto siento que ese dia sera diferente. ?Sabes esas sensaciones, esas sensaciones… que al final te hacen intuir que va a suceder algo de forma ineludible? De modo que te levantas de la cama, te arreglas, te despides al vuelo de todos, sales corriendo y miras alrededor… Sientes que estas llegando tarde a todo y, por suerte, te da tiempo a entrar en el colegio antes de que cierren la verja, y en clase la leccion transcurre sin incidentes. Nada de preguntas o de discusiones ni con el cura ni con el resto de los profesores. Y, al final, cuando salgo del colegio… La sorpresa. Lo sabia, lo sabia, ?lo sentia de verdad! Pegado a la verja hay un sobre donde puede leerse «Caro, III-B». Me acerco, lo cojo. Dentro hay una nota escrita con mayusculas, una caligrafia que no reconozco: «Sigueme…, ?el hilo de Caro!» Y hay una cucharilla con un hilo, uno de esos hilos blandos, extranos, como si fueran de goma, que, segun creo, se utilizan para sujetar las plantas. De manera que me pongo a seguirlo y lo voy enrollando mientras camino. Y me parece ser la protagonista de un cuento, solo que no consigo recordar bien cual es, puesto que mi madre se confundia cuando me los contaba de nina.

Camino por el interior del pequeno parque que hay detras del colegio y unos hombres me observan mientras voy enrollando ese extrano hilo… ?de Caro! Unas ninas me senalan desde un columpio, divertidas al ver a esa extrana chica que pasa por delante de ellas en pos de un hilo larguisimo.

Al final llego a un rincon del pequeno parque, el hilo desaparece alli, detras de un arbusto. Cierro los ojos antes de darme la vuelta. Es un sueno…, mejor dicho, es un milagro. Ahora me volvere y el estara ahi, Massi. Asi que paso por encima del arbusto lentamente, con el hilo todavia en la mano, y detras esta el: Filo.

– ?Nooo! -Suelto una carcajada-. ?Estas loco!

Se ha puesto un delantal blanco y delante de el, colocados sobre una mesa baja de madera, hay varios vasitos de helado. Hasta se ha confeccionado un gorro con un folio de cuadros doblado varias veces, como esos que usan los vendedores de helados. ?Al menos los que yo conozco! Tiene una varita en la mano y varias cucharillas de colores en el bolsillo de la camisa.

– Senoras y senores…, a continuacion les contare cuales son los productos de la nueva heladeria; ?FIC! Pero no me malinterpreten: «FiloIce Cream.»

Hace lo que puede, ?hasta hablar en ingles! Pasada la primera desilusion, la de no haber encontrado a Massi, ahora me estoy divirtiendo muchisimo, de manera que aplaudo como una nina.

– Si, si, veamos.

Me siento en la silla que ha llevado hasta alli junto con la mesa, y escucho asintiendo con la cabeza a las propuestas de ese extrano vendedor de helados.

– Entonces, si no recuerdo mal… aqui estan, sus gustos preferidos son el chocolate blanco y el fondant, el helado de crema, el de sabayon, el de avellana, el de pistacho y, como no podia ser de otro modo, ?el de castana!

Se ha acordado de todos excepto de uno…

– ?Y el de coco…!

?Tambien lo tiene! Es increible. Filo me sonrie.

– ?He acertado? ?Siempre te he visto comer Bountys!

– Que memoria, ?donde los has comprado?

– En Mondi.

– Mmmm, son mis preferidos. En ese caso, quiero un vasito…

Y empiezo a pedir un vasito detras de otro, estan deliciosos. Y los devoro encantada. El helado esta tan rico que me olvido por completo de mis propositos de hacer dieta. A fin de cuentas, peso cuarenta y nueve kilos, de modo que me la puedo saltar de vez en cuando.

Al final, Filo se sienta en el suelo, a mi lado, y empieza tambien a comer de buena gana. Ha pensado hasta en las servilletas de papel y en la nata. Bueno, ?que puedo decir? He de reconocer que ha sido una bonita sorpresa. Ahora, sin embargo, tendre que pagar un pequeno precio. Bueno, pequeno… Segun se mire. De forma que, despues de habernos dado esa agradable y dulce panzada, devolvemos la silla y la mesita al bar y nos encaminamos hacia casa.

– ?Has visto? Han sido muy amables, ?eh?

– Si.

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