acaben en los periodicos, antes de que ese estupido juego se convierta en otra cosa-. ?Quietos! -Menos mal…, si no, habria tenido que entrar yo en el salon… Bueno, seguramente lo habria hecho-. Basta…, no rinais, no hagais eso…
Rusty James se aparta. Respira profundamente. Jamas lo he visto asi. Tambien mi padre respira, pero lo hace entrecortadamente. Como si le faltase el aliento, como si se hubiese esforzado demasiado en ese extrano juego, se mire como se mire violento, de empujarse. Luego recupera el habla, se peina los cuatro pelos que se le han movido del sitio, y se sacude cuando empieza a hablar.
– Yo no le pago la comida y la cama para que luego no haga nada en esta vida -dice a continuacion, casi jadeando-. Yo me levanto todas las mananas al amanecer y voy a trabajar al hospital para abrirle camino, para que el pueda acabar la universidad y llegar a ser medico. ?Y el, mientras tanto, que hace? El muy arrogante escupe en el dinero que le he dado, en la comida, en nuestra casa…
– Yo jamas he escupido…
– ?Lo estas haciendo ahora! ?Deberias tener mas respeto! ?Deberias tener al menos el valor de reconocerlo! ?Que no va contigo? En ese caso, no aceptes comer y vivir aqui para despues hacer lo que te viene en gana… Deberias tener el valor de marcharte… -Mi padre lo mira sonriendo, casi desafiandolo. Despues se deja caer sobre una de las viejas sillas del salon. Y sigue mirandolo y sonriendo, con una expresion socarrona, poco menos que desdenosa, con malicia, como solo mi padre puede hacerlo-. Claro…, que tonto…, te falta valor…
Y entonces Rusty James hace algo inesperado. De repente se lleva la mano derecha atras, al bolsillo de sus vaqueros. Dios mio, ahora sacara un cuchillo o, peor, una pistola, como decia antes. Pero no.
Extrae un sobre. Es una carta. Hago un esfuerzo por ver de que se trata. En ella puede leerse «Para mama». De hecho, se la da.
– Ten, es para ti – Y, mientras se la tiende, mira por ultima vez a mi padre-. ?Lo ves? Sabia de antemano lo que ibas a decir. Eres muy previsible.
Y esta vez es el el que se rie mientras se marcha. Solo que su risa transmite tristeza, amargura, decepcion, no autentica alegria. Apenas me da tiempo a esconderme. Me precipito hacia la otra habitacion mientras el sale a toda prisa, cruza el pasillo y se dirige a la puerta de entrada. Oigo el portazo. Despues vuelvo de inmediato a mi sitio, al escondite desde el que he presenciado hasta ese momento toda la escena. Mi madre ha abierto el sobre, ha sacado la carta y la esta desdoblando. Me acerco aun mas a la puerta. Asi esta mejor. Mi madre empieza a leer con ojos temerosos, de arriba abajo, rapidamente, a derecha e izquierda, devorando las palabras como si estuviese buscando algo, algo que sabe de antemano. Y mi padre la mira, quiza molesto, entorna los ojos, en cierto modo denotado por el hecho de que Rusty James se lo haya imaginado todo. A continuacion, da un manotazo a la mesa.
– ?Digo yo que me la podrias leer!- Asi quiza tenga la impresion de que pinto algo en esta casa, ?eh?
Mi madre exhala un hondo suspiro y empieza a leer: «Mama, no te enfades, pero si te he dado esta carta es porque las cosas han ido como pensaba. Creo que eres una persona estupenda…, que trabajas duramente todos los dias, que te levantas a primera hora de la manana…»
– ?Claro, y yo me paso todo el dia durmiendo a pierna suelta, no doy un palo al agua, yo no trabajo, ?verdad?! -Mi madre se detiene un momento. Lo mira. Mi padre alza la mano en direccion a ella-. ?Si, si, sigue, sigue!
Mi madre retoma la lectura: «Hace seis meses que llevo esta carta en el bolsillo. Esta noche la he reescrito porque sabia lo que sucederia cuando le dijese a papa que pensaba dejar la universidad y, por tanto, no iba a tener otra ocasion para dartela. Durante todos estos anos he estado bien…» Mi madre se para, solloza. Despues respira profundamente, varias veces, aun mas profundamente, y a continuacion sigue leyendo: «Pero creo que a los veinte anos todavia debo intentar ser feliz. Cuando papa me matriculo en medicina trate por todos los medios de hacerle entender que eso no era lo que yo queria hacer en esta vida, pero el no me hizo caso. Ya sabes lo cabezota que es, cree que conoce a todas las eminencias de la medicina…»
– Por supuesto, y el, en cambio, conoce a los verdaderos sabihondos. Me gustaria saber que piensa hacer si no estudia. ?Como se las arreglara? ?Como piensa comer? ?Donde vivira? ?Tendra que volver aqui!
Mi madre lo mira entornando los ojos, de pronto su semblante se endurece; mi padre no sabe que si alguien le toca a Rusty James puede transformarse en una tigresa.
Despues exhala un prolongado suspiro, aun mas prolongado que el anterior, y se pone de nuevo a leer: «Se de tus esfuerzos, de tu paciencia y de tu amor, y estoy seguro de que entenderas mi decision de abandonar medicina y de hacer lo que verdaderamente me gusta: escribir. ?Recuerdas cuando te leia las redacciones de italiano? Tu me dijiste una vez que te divertian, que te hacian reir y que, ademas, te conmovian. Pues bien, mama. Me gustaria que comprendieses que, de alguna forma, tu has sido quien me ha dado el valor necesario para no ignorar mi pasion. No quiero que mi vida sea tan solo una sucesion de dias en los que solo espero que el tiempo pase, sin una sonrisa, sin una emocion, sin la esperanza del exito deseado. Puede que me caiga mientras lo intento, si, pero para levantarme de nuevo despues e intentar conseguirlo redoblando el esfuerzo. Tengo la posibilidad de vivir ese entusiasmo que tu te has visto obligada a sofocar de alguna manera. Quiero convertirme en escritor, escribir para el cine, para el teatro, o una novela; me gusta leer, estudiar y conocer los textos de los demas, cosa que jamas le ha interesado a papa. He intentado comunicarle mi deseo mil veces y en cada ocasion ha tenido algo mejor que hacer: mirar un partido, leer el
Mi padre esta fuera de si. Se levanta de un salto y le arranca la carta a mi madre de las manos.
– ?Muy bien, muy bien! ?Has visto? ?Tu tienes la culpa de que tenga que oir todas estas gilipolleces a estas horas, despues de un largo dia de trabajo!
Y la rompe al menos en tres pedazos. -?Nooo! ?Quieto!
Mi madre se abalanza sobre el. Y forcejean. Y logra detenerlo antes de que la rompa por completo. Despues caen al suelo algunos trozos de papel. Mi madre se inclina y empieza a recogerlos mientras mi padre sale del salon sacudiendo la cabeza. Me precipito de nuevo hacia mi escondite y lo veo pasar tambien a el en direccion a su dormitorio. Da un portazo. Es la senal. Vuelvo a salir y, lentamente, entro en el salon. Mi madre esta de rodillas, sigue recogiendo los trozos de la carta. Cuando me ve me mira con una expresion de disgusto, sus ojos son tiernos y tristes, tambien brillan ligeramente, como si quisiera llorar pero estuviera conteniendo las lagrimas. Entonces me inclino a su lado y. poco a poco, la ayudo a recoger todos esos trozos de papel. Cuando en el suelo ya no queda nada, nos levantarnos, los colocamos sobre la mesa y empezamos a juntarlos, tratando de alisarlos porque algunos estan muy arrugados.
– Es como hacer un puzle -comento sin saber por que. Y me gustaria no haberlo dicho, pero, por suerte, ella sonrie. Luego, cuando por fin damos con la manera de encajar todas las frases, pese a que estan despedazadas, y estas recuperan su sentido, mi madre se aleja, va al armario, el de la vitrina, en el que se guarda la vajilla antigua, esa que solo usamos durante las fiestas. Abre un cajon, saca la cinta adhesiva, la lleva a la mesa, la hace correr hasta sacar una tira larga y a continuacion la corta con los dientes porque el portarrollos esta roto. Coge el primer trozo y lo pega sobre el papel para fijar todas esas palabras desgarradas mientras yo sujeto la pagina con ambas manos. Y en silencio acopla el primer trozo de papel. A continuacion coge otra banda de celo, tira de ella, la corta con los dientes y la pone sobre otro trozo de papel desgarrado, esta vez de arriba abajo. Me mira y me sonrie llena de dolor. Apoya su mano sobre las mias, alisa el folio y empuja el celo que acaba de colocar para que sujete mejor el papel. Y seguimos realizando esta operacion en silencio durante un rato.
Al final mi madre levanta de la mesa con delicadeza el folio restaurado. Lo sujeta con ambas manos. Parece un pergamino recien hallado en una excavacion con las instrucciones para encontrar un tesoro. Mi madre sonrie. Su tesoro. Nuestro tesoro. Rusty James…, que ha desaparecido por el momento.
– Eh, ?se puede saber que estais haciendo? ?No venis a cenar? -Ale se asoma a la puerta. Sigue masticando-. Oh. ?Yo ya he terminado! Me he hartado de esperar… ?Me voy a mi habitacion!
Mi madre no dice nada. Yo solo pienso en una cosa: ?no se podria haber ido ella en lugar de Rusty?
Al final vamos a la cocina y cenamos, mi madre y yo. Me sirve un plato de espaguetis con tomate que esta para chuparse los dedos, pese a que deberia hacer un poco de dieta. Aunque, bien mirado, solo he aumentado medio kilo despues de haber perdido dos, asi que todavia puedo permitirmelo, de modo que decido saborearlo sin mayor problema.
– Mmmm, ?esta pasta esta deliciosa! Un poco picante, pero me gusta…