– Eh, pero ?adonde vamos? -grito para que me oiga.
– ?Que?
– ?Adonde vamos?
Rusty James sonrie. Lo veo por el retrovisor, nuestras miradas se cruzan.
– ?Ya te he dicho que es una sorpresa!
Y acelera un poco mas y yo lo abrazo con mas fuerza, y de esa manera escapamos, lejos de todo y de todos, perdidos en el viento.
Un poco mas tarde, Rusty James frena, reduce las marchas y se desvia hacia la izquierda. Baja siguiendo el curso del rio. Se levanta sobre los estribos para saltar un ultimo y pequeno escalon. Lo imito para evitar el golpe del sillin en las nalgas. Sonrie al verme.
– ?Eso es!
A continuacion saltamos los dos, volvemos a sentarnos y el acelera de nuevo, reduce las marchas, acelera, dando gas, avanza a lo largo de una pista para bicicletas, del rio, que ahora esta mas cerca.
– Ya esta. -Frena poco despues-. Hemos llegado…
Apaga el motor en marcha y avanza los ultimos metros en medio del silencio del campo que nos rodea. Solo algunas gaviotas en lo alto interrumpen con sus graznidos el tranquilo fluir del Tiber.
Rusty James pone el caballete y luego me ayuda a bajar.
– ?Estas lista? Aqui esta…
Y me ensena la preciosa barcaza que tenemos delante.
– A partir de hoy, cuando me busques, puedes encontrarme aqui.
– Caramba…, ?de verdad es tuya? ?La has comprado?
– ?Eh! Pero ?por quien me has tomado? Sube, venga.
Me deja pasar.
– No. no, primero tu.
– Esta bien.
De modo que sube primero a la pasarela que une la barcaza con la orilla.
– Quiza un dia la compre, a saber. Por el momento la he alquilado, e incluso he conseguido que me hagan un buen precio.
No se lo pregunto. Ya he sido lo bastante tonta como para pensar que podria habersela comprado. Sin embargo, el se encarga de satisfacer mi curiosidad.
– Me la han dejado por tan solo cuatrocientos euros al mes.
«?Solo!», pienso. Es la cantidad que yo consigo ahorrar en todo un ano. Pero que diga eso significa que es un precio fantastico y que debo mostrarme entusiasta.
– Bueno…, me parece bien.
– ?Bien? Es magnifica. Veamos, esta es la sala.
Y me ensena una habitacion grande con una mesa en el centro y unos sillones viejos abandonados en un rincon. Todo se ve muy viejo y cochambroso, pero no quiero que el note que pienso eso.
– Es muy grande…
– Si, es un poco antigua, hacia mucho que estaba deshabitada. Ven, esta es la cocina.
Entramos en una habitacion blanca, muy luminosa. Tiene una cristalera en lo alto y al fondo una escalera que conduce a la cubierta superior. En el centro hay unos hornillos grandes, de hierro, y no estan oxidados.
– ?Ves? -Abre una puerta-. Aqui va la bombona de gas.
– ?Como en la playa!
Lo decimos al unisono y nos echamos a reir. Y luego yo lo miro por un instante en silencio. Entonces Rusty James extiende la mano derecha.
– Si, ya se lo que estas pensando, venga, hagamoslo…
De manera que los dos aproximamos nuestra mano derecha, acto seguido entrelazamos los meniques, sonreimos y hacemos ese extrano columpio con los dedos unidos.
– Uno, dos y tres… ?Floc!
Y los soltamos.
– ?Bien! -Mi hermano rompe a reir-. ?Asi se cumplira lo que hemos deseado!
Y, claro esta, no le digo cual es mi deseo, si no, no se hara realidad, y tampoco os lo digo a vosotros. Aunque os lo podeis imaginar, ?no?
– Ven, este es el dormitorio… -Abre una puerta que esta al fondo- Con bano… ?Que te parece?
Separo los brazos del cuerpo y me encojo de hombros.
– Bueno, la verdad es que no se que decirte. Es… es… preciosa, -y a continuacion me dirijo de nuevo a la sala-. Es enorme, ?tienes muchisimo espacio!
– Si, aqui quiero poner una mesa para mi. Aqui dos cuadros, aqui un pequeno armario… -Rusty deambula por la sala, senalandome cada rincon-. Aqui unas cortinas blancas, aqui mas oscuras, aqui una lampara de pie, aqui el mueble para la television. Aqui un sofa grande para verla y aqui una mesa baja donde metere algunas cosas…
Lo sigo, me gusta, parece tener las ideas claras sobre como debe disponer las cosas, los colores y las luces.
– En este lado, por donde sale el sol, quiero poner unas cortinas azul celeste, y aqui fuera unas flores. -Se detiene. Parece serenarse-. Necesitare un poco de tiempo para encontrar todas esas cosas, ademas de, naturalmente, un poco de dinero.
Me mira y me inspira ternura. Por primera vez lo veo mas pequeno de lo que en realidad es. Pero esa impresion dura apenas un instante.
– Pero eso no sera ningun problema… Tengo algo de dinero ahorrado, sigo escribiendo y proponiendo por ahi mis cosas, antes o despues me saldra algo. De los sofas, los muebles y las mesas es mejor no hablar ahora -, ?cuestan una fortuna!
– Bueno, pero esta ese sitio, ?como se llama?, lo anuncian siempre en los carteles de la autopista, ?donde todo es muy barato! Ah, si, Ikea. ?El unico problema es que tienes que montarlo tu todo!
– ?Sabes que me has dado una idea buenisima, Caro? Espera, voy a hacer una llamada…
Saca el movil del bolsillo y pulsa varias tedas. No me lo puedo creer. ?Rusty James tiene tambien el numero de Ikea?
– Mama… -Me mira risueno-. Hola, estoy aqui con Caro. Queria decirte que volvera mas tarde… Si, quiza coma conmigo, ?vale? No, no, en McDonald's, no, ?te lo prometo! ?Eh? ?Que cuando nos vemos…? -Me mira y guina un ojo-. Pronto, muy pronto… Tengo que ensenarte una cosa… Eh, si, ?en cuanto este lista, nos vemos! Esta bien, si, te llamare pronto. Adios, mama. -Cuelga-, ?Has visto? ?Hecho! Jurame que no le diras nada. Quiero darle una sorpresa e invitarla cuando todo este arreglado.
– ?Te lo juro!
– Bien, en ese caso, vamos.
– ?Adonde?
– ?Como que adonde? Has tenido una idea magnifica… ?a Ikea!
No tardamos en llegar, y os prometo que jamas me he divertido tanto en mi vida. Veamos, en primer lugar comimos y, de alguna manera, fue como viajar a Suecia. Quiero decir, en realidad, no he viajado nunca alli, pero el restaurante es una especie de autoservicio en que los nombres de la comida son suecos, y tambien los platos y todo el diseno. Exceptuando los empleados de la caja, que deben de ser de Tufello o de esa zona, dado que hablan un dialecto romano que, quitando algun amigo camillero de papa del policlinico, jamas habia oido. En cualquier caso, cogimos una porcion de salmon delicioso con unas patatas al horno riquisimas y, despues, un extrano pan negro, tambien sueco, con la miga tan compacta que hace que pienses que no engorda demasiado, cosa que en el fondo me consuela, ?Ha sido estupendo! ?Ikea es una autentica ciudad! Llena de muebles de todas clases, dormitorios para grandes y pequenos, cristaleras, ventanas y cortinas, salones, todo ya montado para que puedas hacerte una idea. Y tambien platos, vasos, lamparas, toallas y velas. En pocas palabras, ?que encuentras todo lo que buscas! Dimos una vuelta acompanados de un dependiente, un tal Severo -vaya nombre, ?eh?-, que ademas era de todo menos severo, al contrario… Rusty James y yo simulabamos ser una pareja y yo podia decidir siempre, como a veces sucede en realidad entre ellas. Al final es siempre la mujer la que elige, sobre todo si se trata de cosas para la casa. Y el hombre…, bueno, ?el hombre paga!