El Hummer avanzo por la nieve helada del aparcamiento con la misma facilidad con la que habia entrado. Clint encendio la calefaccion y, una vez mas, se quito el abrigo.

– Envuelvete con esto -me dijo, con una expresion preocupada.

– ?Por que no nos hemos quedado? Tal vez me necesitaba.

– Ya no necesitaba a nadie, Shannon, y esa cosa seguia alli. ?Que habria pasado si nos hubiera atacado de nuevo? No tenemos un bosque del que extraer poder. Habria muerto mas joven.

– No nos habria atacado. Nuada no va por mi. Ha ido por Suzanna porque sabia que yo la quiero -murmure-. Eso significa que no solo va a intentar matar a mi padre; todo aquel que a mi me importe estara en peligro hasta que destruyamos a esa criatura -antes de que el pudiera responder, le indique una salida de la carretera con un dedo tembloroso-. Tuerce a la derecha, hacia Kenosha.

Clint lo hizo, y yo vi las luces de una ambulancia que se dirigia hacia el aparcamiento del Wal-Mart.

– ?Estas seguro de que ha muerto?

– Sabes que si, Shannon. Nadie podria sobrevivir a un atropello asi.

Culpa mia. Habia sido culpa mia. Me estremeci y me ceni el abrigo alrededor del cuerpo mientras sentia el asalto de otra oleada de nauseas. Tuve que concentrarme en no vomitar. No podia pensar en Suzanna, pero no podia evitar acordarme de que sus tres preciosas hijas se habian quedado sin madre. Por mi culpa.

– ?Shannon! -exclamo Clint, e interrumpio mis sollozos-. ?Ya basta! Te vas a poner enferma otra vez.

Yo lo mire entre las lagrimas y me seque los ojos con la manga de su abrigo.

– Vamos, dime como puedo llegar a casa de tu padre -me ordeno el-. Concentrate.

Yo asenti y mire hacia el panorama cubierto de nieve. Pasamos por barrios residenciales por los que yo habia jugado de nina. Las casas fueron distanciandose poco a poco, y me di cuenta de que no habia luz, porque todo estaba a oscuras. La tormenta debia de haber cortado la electricidad.

– Ya casi hemos llegado -dije-. ?Ves aquel edificio de cemento? Tuerce a la derecha -le indique, y espere unos instantes. Despues continue-: Sigue la linea de arboles hacia aquella colina. La casa de mi padre esta a la derecha.

Senale un pequeno camino que separaba dos prados en la cima de la colina.

– Gracias a Dios que la puerta esta abierta -dije con un suspiro de alivio-. ?Que hora es? -le pregunte a Clint.

– Las ocho.

– Aparca detras de cualquiera de las dos camionetas -le indique. Como de costumbre, mis padres no habian metido los coches al garaje. No lo usaban como refugio de vehiculos, sino como almacen y taller.

– Quedate aqui. Voy a salir y te ayudare.

Clint salio con rigidez del Hummer. Se irguio lentamente, con una mano posada en la espalda. Cuidadosamente, rodeo la furgoneta y me abrio la puerta.

– ?Te duele la espalda?

– No te preocupes -respondio, y me hizo un gesto para que saliera.

Yo salte del Hummer con las piernas temblorosas. Clint me tomo del brazo y me ayudo a caminar hasta la puerta delantera. Entonces, carraspee nerviosamente. No sabia que hacer. En circunstancias normales habria avisado a mi padre de un grito y habria pasado a casa, pero en aquel momento no sabia como iba a recibirme. ?Y si Rhiannon tambien habia alejado de mi a mis padres? ?Y si mi padre no queria verme?

– ?Estas bien, mi nina? -me pregunto Clint, apartandome un rizo de la cara.

– No lo se…

Antes de que pudiera terminar de responder, se abrio la puerta.

– ?Shannon?

– Si, soy yo, papa. Vengo con un amigo. ?Podemos entrar? -pregunte, como si tuviera seis anos otra vez.

– Si, si -dijo el, mientras quitaba el cerrojo de la puerta mosquitera-. Es la peor tormenta que recuerdo. ?Parece que estoy en Illinois!

Entramos al pequeno recibidor. Habia una lampara de aceite grande que ardia sobre la consola que habia junto a la puerta. Papa se acerco y ajusto la llama, y de repente, todos quedamos iluminados por un resplandor amarillo. Mi padre iba vestido con ropa comoda y su vieja sudadera de la Universidad de Illinois. Estaba estupendo, solido y fuerte. Tuve ganas de echarme a sus brazos y llorar como un bebe.

Sin embargo, arrastre los pies por el suelo nerviosamente, pensando en cualquier cosa que pudiera decir.

– Eh… ?por que no ladran los perros?

Mi padre criaba perros sabuesos, no para cazar, sino porque le encantaban.

– Estan encerrados en el establo. Hace demasiado frio fuera. He encendido los radiadores electricos, y tienen un buen comedero lleno de comida. Estan con los caballos. Esos cachorros deben de creerse que estan en el cielo canino.

– ?Oh, papa, te he echado mucho de menos!

Me puse de puntillas y lo abrace con fuerza. El me dio un beso en la mejilla.

– Bueno, ahora ya estas en casa.

Yo le sonrei entre lagrimas de alivio, dandole gracias a mi diosa porque, hubiera hecho lo que hubiera hecho Rhiannon, no habia conseguido destrozar mi relacion con mi padre. El miro con curiosidad a Clint, como preguntandose de que lo conocia, e inmediatamente le tendio la mano.

– Senor Parker, es un placer conocerlo…

– Papa, es mi amigo Clint Freeman -dije yo, avergonzada por mi falta de buenas maneras-. Clint, mi padre, Richard Parker.

Se estrecharon la mano, y mi padre nos llevo hacia el salon.

– Vamos, poneos comodos. Shannon, ?por que no le das algo de beber a Clint? Ya sabes donde esta todo.

Yo asenti y me dirigi hacia la cocina mientras mi padre le indicaba a Clint que se acomodara en el sofa.

– ?Que te apetece, Clint? -pregunte, buscando las tazas-. ?Un cafe, te, o algo mas fuerte?

– Un cafe, si no es molestia.

– Ya esta hecho -me dijo mi padre desde el salon-. Espero que te guste fuerte -le comento a Clint.

– Si -respondio el.

Yo servi el cafe, me hice un te, y lleve ambas tazas al salon.

– ?Tu no quieres nada, papa?

– No. Yo acabo de tomarme una taza de cafe con Baileys -me dijo. Despues me miro con curiosidad y anadio-: Nunca bebo cafe tan tarde, pero tenia el presentimiento de que debia quedarme despierto esta noche.

Yo me sente junto a Clint y tire nerviosamente de la bolsita de te.

– Aun queda un poco de la botella de whisky que trajiste de Escocia y que no has querido probar estos ultimos meses. Te he guardado un poco por si recuperas de nuevo el sentido del gusto, ?eh, Bichito?

Senti como mis ojos se llenaban de lagrimas cuando mi padre empleo el apodo carinoso con el que solia llamarme. Pero enseguida recorde que Rhiannon detestaba el whisky porque lo consideraba vulgar, y me estremeci ante la prueba de que ella habia estado alli. Con mi padre.

– ?No! ?Quiero decir, si! Me refiero a que todavia me gusta el whisky. Es solo que esta noche prefiero un te.

«Y», anadi para mi, «durante los siete meses proximos tambien».

Tomamos nuestras bebidas en silencio. Yo no sabia por donde empezar, pero con solo estar en aquella habitacion tan familiar me sentia mejor, mas fuerte, mas capaz de enfrentarme a los horrores de aquel dia.

– ?Donde esta mama Parker? -pregunte.

La ausencia de mi madrastra me asalto de repente. Ella deberia haber estado por alli, insistiendo en que comieramos algo y en que yo me quitara aquella ropa sucia y humeda. En general, haciendo cosas de madre que me hacian sentirme querida. Me avergonce de no haber preguntado por ella en cuanto habia llegado.

– Mama Parker esta visitando a su hermana de Phoenix.

– ?Sin ti?

– Llevaba meses preparando la visita. Yo iba a ir con ella, pero uno de esos potros idiotas decidio que queria

Вы читаете Diosa Por Eleccion
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату