Oh, magnifico. ?Por que demonios no se me habia ocurrido eso? Claro que Rhiannon habia interactuado con mis amigos y mi familia. Claro que habia ofendido y herido a todo el mundo. Yo me habia pasado seis meses limpiando sus desaguisados en otro mundo, lo que incluia convencer al reflejo de Gene, Carolan, de que no necesitaba odiarme porque yo no era la maldita Rhiannon, y nunca le haria dano a Alanna. Era logico que ella hubiera seguido estropeandolo todo en mi mundo.

– Puedo explicartelo, Suzanna -dije, ignorando la mirada hostil de Gene y concentrandome en la mujer que habia sido como una hermana para mi-. Llevo meses sin ser yo misma. De veras, puedo explicartelo. ?No podriamos ir a algun sitio a tomar una taza de cafe, o algo asi?

Vi que su cara se suavizaba y adoptaba una expresion familiar, encantadora, y abrio la boca para responder.

– No -dijo Gene, adelantandosele-. No vamos a ir contigo a ninguna parte.

– Shae… -dijo Suzanna con su voz dulce. Al oir aquella forma carinosa de mi nombre, se me encogio el corazon-. Tal vez podamos vernos en otro momento… -me pidio nerviosamente, mirandonos a Gene y a mi.

– Necesito hablar contigo ahora, Suz. Es importante.

Para mi horror, ella se encogio de hombros y evito mi mirada mientras decia:

– No. Creo que no es buena idea.

– ?Tu no lo crees! -exclame entre dientes, mirando a Gene significativamente.

– Mira, Shannon -me respondio el con desprecio-, tienes que admitirlo. Tu vida ha cambiado. Ya le has dejado bien claro a Suzanna que no encaja en tu estilo de vida. Os habeis distanciado. De todos modos, nunca fuisteis el mismo tipo de gente.

Me senti como si me hubiera abofeteado. Por supuesto que Suz y yo no eramos el mismo tipo de gente. Eso era lo que nos habia convertido en grandes amigas. Tuve ganas de gritarselo a la cara.

Entonces, me di cuenta de que Suzanna tenia una expresion de angustia, como si me estuviera rogando que no dijera nada. Tenia los ojos llenos de lagrimas. Parecia una mujer que tuviera que elegir entre su marido y su mejor amiga.

Gene le tomo la mano y se la coloco sobre el brazo. Ella puso la otra mano sobre la de el en un gesto tranquilizador. Habia elegido, ?y que me esperaba yo? Mi vida habia ido en una direccion distinta, una que ella no podia seguir. ?Que queria yo que hiciera, dejar al padre de sus hijos por mi? No, yo no queria eso, aunque nunca pudiera regresar a Partholon.

– Lo entiendo -dije, intentando que mi voz sonara con normalidad.

Gene solto un resoplido de sarcasmo.

Yo le hice caso omiso, y mantuve la mirada fija en la de Suzanna.

– Siento muchisimo el dolor que te he causado durante estos meses. Te voy a echar de menos. Y te quiero. De verdad.

Vi que apretaba los labios, y mientras Gene tiraba de ella para alejarse de mi, las luces horteras del Wal-Mart iluminaron sus lagrimas.

Mientras yo comenzaba a caminar, tambaleandome, las luces azules y rojas de un coche patrulla de la policia de Broken Arrow que se detenia junto al Impala atascado proyectaron sombras extranas en la nieve. Clint me paso el brazo por los hombros y me sujeto. Las puertas de cristal se abrieron; entramos, pero mis pies no pudieron llevarme muy lejos de la entrada, asi que permanecieron abiertas detras de nosotros. El aire frio que sentia en la espalda contrastaba con el aire caliente que el conducto de calefaccion nos enviaba por encima. No me habia dado cuenta de que estaba llorando hasta que Clint me dio un panuelo de papel. Le di las gracias con un gesto y me sone la nariz.

– Era mi mejor amiga.

– Lo siento.

Nos rodeo un rebano de compradores cargados de bolsas, y Clint me tomo del brazo y me guio hacia un lado de las puertas.

– Supongo que debo disculparme. Ha sido una escena fea -le dije, sonriendole con timidez.

Sin embargo, el no me estaba mirando. Estaba mirando hacia fuera por un escaparate que habia junto a las puertas electricas.

– ?Clint?

Iba a preguntarle que miraba, pero entonces senti algo que me hizo girarme hacia el escaparate.

La nieve seguia cayendo, y la luz gris del atardecer convertia a la gente del aparcamiento en fantasmas. El policia estaba ayudando a poner las ultimas cadenas en los neumaticos del Impala. Con un respingo de sorpresa, me di cuenta de que Suzanna y Gene todavia estaban a pocos metros del lugar donde habiamos estado hablando. Sin embargo, en aquel momento no se tocaban. Suz estaba cruzada de brazos, con un gesto defensivo. Gene tenia un puno apretado contra un lado del cuerpo. Con la otra mano, hacia gestos furiosos. Suzanna nego decididamente con la cabeza, y dio un paso hacia el edificio, alejandose de su marido. Gene la tomo del brazo. Estaban atrayendo la mirada de la gente que pasaba a su lado.

Entonces, por el rabillo del ojo, yo vi un movimiento oscuro, como un aleteo de murcielago en el cielo nocturno. Mire hacia la derecha y escudrine con toda mi atencion, intentando percibir lo que habia alli y esperando con fervor haberme equivocado.

– Alli…

Clint senalo un lugar detras del coche atascado. Al principio, parecia la sombra del Impala, hasta que distingui una mancha como de tinta.

La sombra se ondulo y se deslizo por debajo del coche. El motor rugio.

Lo que ocurrio despues fue muy rapido. Yo avance, pero en vez de abrirse, las puertas permanecieron cerradas y las luces fluorescentes parpadearon y se apagaron. Al mismo tiempo, vi como Suzanna se zafaba de la mano de Gene. Mientras ella caminaba deprisa hacia las puertas de cristal, todavia estaba mirando a Gene y diciendole algo, asi que no vio las ruedas que giraban a toda velocidad y que, milagrosamente, se levantaron del suelo helado. El Impala salio impulsado hacia delante, directamente hacia Suzanna. Ella no salto por los aires a causa del impacto. Cayo hacia delante, y el coche paso por encima de su cuerpo.

Yo note bilis en el grito que se me escapo de la garganta. Estaba dando punetazos inutiles en el cristal. Entonces, las luces se encendieron de nuevo. La puerta se abrio facilmente. Clint y yo salimos hacia el lugar del accidente.

– ?Soy enfermera, dejenme pasar! -ordeno una mujer rubia, y el circulo que se habia formado alrededor de Suzanna se abrio rapidamente. La enfermera se arrodillo fuera de mi campo de vision. Yo oi al oficial de policia, que estaba pidiendo una ambulancia por radio.

– ?Retirense! ?Retirense!

El policia comenzo a apartar a la gente con los brazos abiertos, y yo me acerque.

Suzanna estaba inmovil. Su cuerpo estaba mirando hacia mi, y su cara tambien deberia hacerlo, pero tenia el cuello torcido en un angulo extrano, y habia un charco rojo que se extendia por debajo de su cabeza y sus hombros. Surgia vapor en donde su sangre caliente tocaba el suelo helado.

Y en algun lugar, en mitad de aquel horror, oi el eco de una risa, mientras una sombra oscura se disipaba en la noche.

– Hay mucha sangre -susurre-. ?Suzanna!

El hombre que estaba arrodillado a su lado alzo la cara. Era Gene. Estaba muy palido, y tenia los labios azules por la conmocion.

– Ha sido culpa tuya -silbo.

– Tenemos que irnos -me dijo Clint.

Entonces me tomo del brazo y me llevo hacia las puertas.

– No puedo dejarla -dije con un sollozo.

– Ya no puedes ayudarla, Shannon. Esta muerta.

Yo tuve una sensacion de irrealidad, y me di cuenta de que era el comienzo del shock. No me resisti, y Clint me llevo hacia el Hummer, hablandome suavemente al oido.

– No te pares. Vamos, respira y camina. Asi, Shannon, asi -murmuraba.

Cuando estuve sentada en mi asiento, me puso el cinturon de seguridad y dio un paso atras, y yo me di cuenta de que su aura azul brillaba intensamente a su alrededor.

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