otro mundo.

Mire a Clint, pidiendole ayuda. El asintio lentamente, dandole la razon a Rhiannon.

A mi se me hundieron los hombros, y baje la cabeza. Oi un movimiento a mi lado, y me di cuenta de que Clint se habia acercado a mi con Rhiannon, a quien tenia agarrada de la muneca. Ella no se resistia, sino que estaba muy quieta, a su lado. Yo lo mire, y vi que sus ojos estaban llenos de dolor y determinacion. Me asusto.

– Esto es eleccion mia, Shannon. No lo olvides. Lo hago voluntariamente.

Antes de que pudiera preguntarle que queria decir, se volvio hacia Rhiannon. Su voz sono profunda y calmante.

– No puedo dejarte aqui sola. Lo sabes -le dijo, y su tono de voz convirtio aquellas palabras en una expresion de carino-. Eso es lo que estuvo mal desde un principio. Te dejaron sola con demasiada frecuencia, y nadie te guio de verdad.

Rhiannon no respondio, pero abrio mucho los ojos y asintio.

Clint sonrio bondadosamente.

– Yo no te dejare sola, Rhiannon, ni a tu hija tampoco. Nunca mas.

Clint se volvio hacia mi y me acaricio la mejilla suavemente. Despues se saco el punal de Rhiannon de un bolsillo interior del abrigo.

– ?Clint? -pregunte, sin poder disimular mi temor.

– Shh -dijo-. Ya esta todo decidido.

Estrecho a Rhiannon contra si y, con un rapido movimiento, se hizo un corte vertical y profundo en el cuello, justo debajo de la oreja izquierda, seccionandose las dos arterias mayores.

– ?Clint! -grite.

Mi mente se rebelo. No podia creer lo que el acababa de hacer.

El punal se le cayo de entre las manos, y el tuvo que apoyarse en el tronco del arbol. Su cabeza cayo hacia delante, y poso la frente sobre la corteza. La sangre se derramaba por su cuerpo, cubriendolos a Rhiannon y a el con un manto purpura. Ella estaba sollozando freneticamente, e intentaba zafarse de el. Yo me acerque a acariciarlo, pero su mirada me dejo helada.

– No -susurro-. Asi debe ser.

Vi que cerraba los ojos, y su aura vibro salvajemente. Tomo aire, y cuando abrio la boca, grito dos palabras, con tanta fuerza, que su voz llego de un mundo al otro.

– ?ClanFintan, ven!

La corteza comenzo a temblar bajo las palmas de sus manos. Clint empujo hacia delante, y el arbol engullo parte de su hombro izquierdo, y el cuerpo de Rhiannon. Con un esfuerzo herculeo, consiguio volver la cara para mirarme antes de ser completamente engullido. Su rostro estaba palido, salvo por algunas salpicaduras de sangre. Le temblo la mano cuando me llamo.

– Ven -dijo, formando la palabra con los labios.

Yo me aferre a su mano, ya fria, y le permiti que tirara de mi al interior del arbol.

Todos los sonidos cesaron, y el tiempo quedo suspendido. Era como si nos hubiesemos hundido bajo la superficie del agua. Clint avanzo en esa esfera liquida dejando un rastro de sangre tras de si y llevandonos a Rhiannon y a mi consigo. Yo no podia respirar, y no podia pensar. Me invadio el panico.

«?Piensa en ClanFintan!».

La voz de Epona fue como una cuerda a la que pude agarrarme. La obedeci al instante.

Me obligue a apartar la vista de la truculenta vision de Clint y Rhiannon. Ignore el dolor lacerante que sentia en el costado, y pense en mi companero. En su olor, y en el sabor de su piel caliente. En su risa facil y contagiosa, y en como controlaba su fuerza con la bondad. Pense en el padre de mi hija.

Y entonces, la oscuridad liquida que me rodeaba comenzo a vibrar y a iluminarse con el color azul de los zafiros. Sin embargo, el color no provenia de Clint. El ya no estaba frente a mi, ni me agarraba de la mano.

Mire hacia atras, por encima de mi hombro. Clint estaba abrazando a Rhiannon, como si fueran amantes. Observe que ella alzaba los brazos lentamente y le rodeaba los hombros para devolverle el abrazo. Estaban rodeados de sangre, pero en vez de mitigar el aura, el color rojo se mezclo con el color zafiro y creo otra aura. Era purpura, un color morado brillante y profundo. Era el mismo color que rodeaba mi aura plateada.

El debio de sentir mi mirada, porque sus ojos medio cerrados se concentraron brevemente en mi. Le temblaron los labios, y vi que formaba las palabras «mi nina». Despues, cerro los ojos y escondio la cara en el pelo de Rhiannon.

La oscuridad comenzo a solidificarse, y yo volvi la cabeza hacia la luz azul. Alli habia una mano que tanteaba la oscuridad endurecida. Sin pensarlo mas, me agarre a ella con todas mis fuerzas.

El arbol me expelio rodeada de liquido. Yo me quede tumbada en el suelo, gimiendo de dolor. Tosi violentamente y vomite. No podia ver nada y tenia un horrible pitido en los oidos. Estaba helada, y al mismo tiempo ardia.

Debia de ser la conmocion, pense vagamente.

Grite de dolor cuando un par de brazos fuertes me tomaron del suelo. Reconoci el olor de la hierba dulce, de caballo y de hombre calido.

«Estoy en casa», pense, antes de perder el conocimiento.

Capitulo 7

Estaba en un lugar de gran oscuridad, y mi primer pensamiento fue que no estaba dolorida.

?Acaso no acababan de apunalarme?

No me sentia asi. En realidad, no sentia nada, solo una sed intensa y la boca seca.

Mis parpados aletearon, y el mundo aparecio borroso ante mis ojos. Pestanee, intentando enfocar la mirada. Tome aire profundamente, y entonces note un dolor intenso en el costado.

Vi salpicaduras de luz que se cruzaban y se multiplicaban. Nada se mantenia quieto. Sin embargo, parpadear estaba ayudando. Los puntos de luz comenzaron a mantenerse quietos.

Eran velas. Muchisimas velas. La habitacion estaba a oscuras, salvo por la luz de aquellas velas. Oi un sonido, un crujido. Habia un fuego que ardia alegremente en una chimenea.

La habitacion estaba caldeada, agradable. En realidad, salvo por aquel horrible dolor que tenia en el costado, la boca seca y algo muy pesado y ardiente en el muslo izquierdo, no me sentia tan mal. Un poco desorientada, pero no tan mal.

«Estas en casa». La voz de Epona canturreo por mi mente, y termino con toda mi confusion.

Pasee la mirada, con carino, por toda la estancia. Era mi habitacion de Partholon. Sabia que solo habia estado fuera un poco mas de una semana, pero me parecian decadas. Mi habitacion estaba tal y como yo la recordaba, salvo que normalmente yo no usaba tantas velas, y que siempre habia ramos de flores en los jarrones. Bueno, era casi invierno. Quiza mis ninfas no hubieran encontrado ninguna planta en flor.

?Y que era aquello tan pesado que habia sobre mi pierna?

Mire hacia abajo, y se me acelero el corazon. ClanFintan estaba tendido en el suelo, junto al enorme colchon. Su cabeza estaba apoyada en mi muslo. Yo no veia su cara, pero por el ritmo constante y profundo de su respiracion, supe que estaba dormido. Sonrei suavemente. Con la mano temblorosa, le acaricie el pelo.

El alzo la cabeza de repente, y se giro hacia mi.

?Como podia haberme imaginado que podria vivir sin el?

– ?Te has despertado? -me pregunto con gravedad.

A mi se me llenaron los ojos de lagrimas, y asenti.

El se irguio y me observo con suma atencion.

– ?Quien eres? -me pregunto.

Por un momento me quede estupefacta. Entonces, frunci el ceno. ?Que quien era? Me fije bien en el, preguntandome si habia participado en alguna lucha ultimamente y habia recibido un golpe en la cabeza, que explicaria su expresion embobada. Salvo que tenia unas profundas ojeras, y estaba mas delgado que de costumbre, yo no percibi ninguna senal de heridas. Tenia algunas canas mas de las que yo recordaba, pero era el mismo centauro de siempre.

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