El se echo a reir.
– Si, pero no es mas raro que tener tu espiritu flotando por mi salon mientras tu cuerpo esta en otro mundo, ?no crees?
Me encogi de hombros.
– En eso tienes razon.
«Dile que tiene mis bendiciones, Amada. No debes permanecer mas tiempo aqui. No es sano que tu espiritu este separado de tu cuerpo durante tanto tiempo. Hay que volver».
– Papa -dije rapidamente-. Epona dice que tengo que irme enseguida, pero quiere que te diga que tienes sus bendiciones.
Mi padre inclino respetuosamente la cabeza.
– Dile a Epona que se lo agradezco, y que me asegurare de que Morrigan pase mucho tiempo en el campo, con los arboles, y que conozca el nombre de la diosa.
– Y de los caballos -anadi yo.
– Si, si, como tu. Le comprare una yegua.
– Si, y estaria muy bien que fuera una yegua gris. La yegua de la Elegida de Epona es de color gris plateado.
– Muy bien, lo tendre en cuenta.
Yo note que mi cuerpo espiritual comenzaba a temblar, y supe que iba a desaparecer pronto.
– ?Te quiero, papa! Que no se te olvide nunca. ?Y te echo de menos! Recuerda que hay una parte tuya que vive en Partholon.
– Yo tambien te quiero mucho, Bichito. Intenta volver a verme.
– Lo hare, papa. Dile a mama Parker que la quiero.
– Se lo dire. ?Y feliz cumpleanos, Shannon!
– Gracias, papa, y no olvides que debes tener cuidado…
El salon y mi padre fueron desapareciendo de mi vista mientras yo me elevaba por encima de la casa.
Despues, antes de que pudiera recuperarme, el tunel de fuego volvio a succionarme.
– ?Oh, mierda! -dije.
Me incorpore demasiado deprisa, e hice un gesto de dolor.
– ?Rhea? ?Que te sucede?
ClanFintan se acerco rapidamente a la cama. Obviamente, ya habia vuelto del Bosque Sagrado. Olia vagamente a tierra humeda y a sudor.
Temblando, yo me aparte el pelo de la cara.
– El Sueno Magico. Esta noche ha sido muy desconcertante. Epona me llevo a Oklahoma.
Le explique a mi marido todo lo que habia averiguado sobre Rhiannon, el nacimiento de su hija y el hecho de que mi padre fuera a criarla, y le hable tambien de los peligros que acechaban a la nina.
– ?Y tu padre esta preparado para enfrentarse a un dios oscuro por el alma de la nina? ?Podra detenerlo? El MacCallan no pudo evitar que Rhiannon fuera seducida por la oscuridad.
Yo me estremeci.
– No se. Lo unico que podemos hacer es esperar.
– Y rezarle a Epona para que nos brinde su ayuda -dijo el.
– En efecto.
Y, silenciosamente, anadi: «Por favor, Epona, ayuda a mi padre y a mi madre, y a la pequena Morrigan».
Entonces, mi hija comenzo a moverse, y mi atencion cambio de Oklahoma y la oscuridad a Partholon y a un nuevo comienzo.
SEGUNDA PARTE
Capitulo 1
Oklahoma
Desde pequena, Morrigan sabia que era diferente. No solo porque la estuvieran criando sus abuelos. Conocia a otros ninos cuyos padres eran unos perdedores, y eran sus abuelos quienes tenian que cuidarlos. Tampoco era porque su madre y su padre estuvieran muertos, aunque no conocia a nadie mas que no tuviera a ninguno de los dos progenitores vivos. Y no era porque los abuelos le ensenaran cosas extranas sobre la religion; Oklahoma era parte del Cinturon de la Biblia, pero incluso en Broken Arrow habia ninos que creian en otras cosas diferentes al cristianismo. No muchos, pero los habia.
Ella era diferente porque oia cosas que los demas no podian oir, y porque sentia cosas que los otros no sentian.
Suspiro, y continuo sacando los diarios de su armario para guardarlos en cajas.
Tomo uno de ellos y lo hojeo con inquietud. Le resultaba dificil pensar en su marcha. La Universidad de Oklahoma no estaba lejos, tan solo a una hora y media de camino. Sin embargo, no era su hogar, y alli tendria que conocer a gente nueva. Hacer nuevos amigos. Morrigan fruncio el ceno. Eso no se le daba bien, porque era timida y callada. La gente lo malinterpretaba, y pensaban que era una estirada, asi que siempre se habia sentido como si tuviera que actuar en contra de su personalidad, sonreir y decir «hola» cuando lo unico que queria era permanecer aparte y observar lo que ocurria, hasta que se sintiera comoda. Por eso habia tomado clases de teatro. Incluso habia participado en varias de las obras del instituto. El abuelo y ella habian ideado aquel plan en la escuela primaria, para que ella aprendiera a actuar en su vida cotidiana.
Podia sonar enganoso, pero no lo era. Morrigan necesitaba encajar de alguna manera. Y no solo por si misma. Para sus abuelos era importante que tuviera amigos, que se comportara de una manera normal, aunque no lo fuera. Ellos eran los unicos que la entendian.
Morrigan lanzo uno de los diarios a la caja. El libro se abrio, y la escritura infantil llamo su atencion. Lo tomo y leyo la pagina en la que se habia abierto.
2 de abril (faltan veintiocho dias para mi noveno cumpleanos)
Querido diario:
?Estoy convencida de que los abuelos me van a regalar un caballo por mi cumpleanos! Y no solo porque yo haya estado pidiendoselo sin parar y demostrandoles que soy lo suficientemente responsable como para cuidar de un caballo. Me lo dice el viento. El viento me susurra que llega mi caballo, que sera una yegua, y que debo quererla y cuidarla siempre. Y el viento casi siempre tiene razon.
Supongo que deberia decirle al abuelo que el viento me habla, pero…
Morrigan no tuvo que pasar la pagina para recordar lo que habia escrito aquel dia, tantos anos antes. Recordaba muy bien como era de nina. Una nina que adoraba, por encima de todo, los arboles, la tierra y a su preciosa yegua gris, la que le habian regalado por su noveno cumpleanos. Una nina que no buscaba constantemente cosas malas en las sombras, sino que creia que todas las voces de su imaginacion eran buenas, sus amigos especiales, y que no era un bicho raro por ser capaz de sentir a los espiritus de la tierra.
Aquel dia no. No iba a pensar en todo aquello aquel dia. Agito la cabeza. Aquel dia estaba bastante ocupada haciendo el equipaje para marcharse de casa. Despues iba a salir a dar una vuelta con sus amigas, antes de que todas se marcharan a diferentes universidades. La batalla entre el bien y el mal tendria que esperar hasta que ella estuviera instalada en su habitacion de la residencia universitaria. Sin embargo, ?de veras habia una batalla entre el bien y el mal? ?No era algo que sus abuelos, ya mayores y excentricos, se habian inventado?
– No -se respondio a si misma firmemente.
Para distraerse de sus dudas, abrio el diario por el dia treinta de abril. Mientras leia lo que habia escrito sobre sus emociones infantiles, sonrio y se relajo.
?Querido diario!