– Lo habeis hecho ya, cuando bendijisteis la savia de alabastro.
Morrigan asintio.
– Bien, eso puedo hacerlo. ?Y despues, que?
– Despues, solo teneis que agradecerle a Adsagsona todas las bendiciones que nos concedio durante la pasada fase de la luna. Cuando termineis la bendicion, direis «?ave, Adsagsona!», y la gente lo repetira. Despues, todo el mundo se marchara, y os dejara sola en Usgaran. La ultima parte del ritual es personal. Es algo entre la diosa y su Suma Sacerdotisa.
– Bueno, eso esta bien.
– Desde hace mucho tiempo, es mi parte favorita del ritual -dijo Birkita-. Habra vino para hacer una libacion en una copa, cerca del Cristal Sagrado. Debeis tomar la copa y verter el vino alrededor. Despues, extinguireis las llamas de la savia, y las de los demas cristales. En la oscuridad es donde Adsagsona concede las bendiciones a la Sacerdotisa para las proximas fases lunares, para los Sidethas. Dadle las gracias a la diosa, prended de nuevo las llamas y reuniros con el resto de las sacerdotisas en la Gran Camara para comer.
– Eso no suena mal -dijo Morrigan.
Habian llegado a la entrada de Usgaran, y se detuvieron en el interior de la entrada. La sala estaba abarrotada. Sus murmullos le recordaron a Morrigan a las hojas secas del otono en una tormenta. Respiro profundamente y puso las yemas de los dedos sobre la piedra de la pared.
– Ilumina la piedra, por favor -susurro.
Despues, sonrio a Birkita y, mientras la piedra de selenita comenzaba a resplandecer, entro en la sala.
– Que la suerte y la diosa esten contigo, hija mia -dijo Birkita, mientras Morrigan se alejaba y ella se ocultaba entre las sombras.
Nadie se dio cuenta de su presencia, y nadie se dio cuenta de que estaba llorando suavemente.
Capitulo 7
La gente se quedo silenciosa en cuanto la piedra se ilumino. Todos los ojos se clavaron en Morrigan mientras avanzaba seguida de
Morrigan espero un momento, ordeno sus ideas y miro hacia las profundidades del bellisimo cristal iluminado. Entonces, siguiendo un impulso, Morrigan se volvio hacia el grupo que la rodeaba. Con un movimiento rapido, se desato el cordon de la capa de cuero y se la quito de los hombros. Mientras la lanzaba lejos, Brina emitio un maullido de guerra que a Morrigan le puso el vello de punta.
«?Si!».
Aquella palabra le invadio la mente y acabo con todo su nerviosismo. Vio, mas que oir, los jadeos de asombro de la gente, y apenas miro a Shayla, que tenia cara de profunda desaprobacion, mientras se echaba el pelo hacia atras y levantaba orgullosamente los brazos por encima de la cabeza. Con voz potente, invoco la presencia de la diosa.
– Adsagsona, ?te llamo a las alturas! -dijo, y despues, bajo la cabeza y las manos, y volvio las palmas hacia abajo, con los dedos abiertos, para formar una uve-. Y abajo. Diosa, te pido que estes conmigo en esta noche tan especial para ti, la noche de la luna nueva. Soy tu nueva Suma Sacerdotisa, y te prometo que hare que te sientas orgullosa de mi.
Morrigan cerro los ojos para concentrarse y rogo: «Por favor, no me decepciones. Por favor, no me dejes aqui sola». Despues, prosiguio:
– ?Ven a nosotros, Adsagsona, y deja que tu pueblo te agradezca las bendiciones que le has otorgado durante las ultimas fases de la luna!
Entonces, Morrigan volvio a elevar las manos, y espero que todo saliera bien.
«?Bienvenida, Portadora de la Luz, de quien estoy tan satisfecha!».
Morrigan abrio los ojos de golpe al oir aquella voz. Lo unico que vio fue luz, y sintio una inmensa oleada de poder y calor. Entonces se miro a si misma, y apenas pudo creer lo que veia. ?Su cuerpo estaba ardiendo! No… no ardia. Era como si la diosa hubiera accionado un interruptor dentro de ella, y su alma se hubiera encendido con una luz ardiente. ?Era impresionante! Morrigan echo hacia atras la cabeza y rio de pura alegria, un sonido que tambien se extendio entre el resto de las Sacerdotisas. Muchos de los presentes cayeron de rodillas, llorando de alegria y dandole las gracias a Adsagsona.
Ajena a aquella multitud atemorizada, Morrigan alzo las manos y le hablo a la diosa con el corazon.
– Adsagsona, se que debo darte las gracias por las riquezas que les has concedido a los Sidethas, pero soy la nueva Suma Sacerdotisa, y voy a hacer una bendicion diferente -dijo. Hizo una pausa, y busco con la mirada a individuos entre aquel numeroso grupo. Entonces, comenzo a hablarle a la diosa de algunas personas-: Quiero agradecerte la habilidad que tiene Donnetha para crear joyas bellisimas.
La mujer, de mediana edad, abrio unos ojos como platos al oir su nombre, y se ruborizo con alegria. Despues, inclino la cabeza. Morrigan encontro a otra mujer a la que reconocio.
– Quiero darte las gracias por la habilidad de Gladys para esculpir el marmol y darle vida -dijo con una sonrisa para la Maestra Escultora.
Asi, continuo agradeciendo a Adsagsona las habilidades de aquellos a quienes habia visto crear belleza y arte. Finalmente, vio la cara mas querida para ella en todo Sidetha. Sonrio con calidez y dijo:
– Y, sobre todo, quiero pedirte una bendicion especial para tu Suma Sacerdotisa Birkita, que te ama, y me ama a mi con verdadera generosidad -dijo. Despues, termino las bendiciones-: Diosa, quiero darte las gracias por los dones que les has concedido a los Sidethas, su talento, en vez de las riquezas que han obtenido con esos dones. ?Ave, Adsagsona!
Solo hubo una ligera pausa, y despues, guiados por las alegres voces de las Sacerdotisas, todos respondieron al grito de «?Ave, Adsagsona!».
Morrigan permanecio alli, con la piel brillante, con el pecho orgullosamente desnudo, las palmas de las manos y los dedos hacia abajo, intentando recuperar el aliento, mientras toda la multitud quedaba en silencio y comenzaba a salir de Usgaran. Se miro, y se dio cuenta de que brillaba con una mezcla de aceite de ungir y de sudor. Y tuvo que admitir que sus senos tenian un aspecto magnifico, brillantes, desnudos y llenos de vida. Que Shayla intentara decirle que debia cubrirse. Esa bruja podia irse al infierno, porque no era el destino de Morrigan pasar de puntillas como una aspirante a reina hambrienta de poder. Su destino era ser Suma Sacerdotisa y Portadora de la Luz, ?y ella cumpliria su destino!
Cuando por fin miro hacia arriba, Morrigan se sorprendio, porque Usgaran estaba completamente vacia, salvo por la presencia de
– Bien. Ha llegado el momento de calmarse y hacer lo siguiente -murmuro.
Birkita le habia dicho que debia verter una copa de vino alrededor del Cristal Sagrado, como libacion para la diosa, y despues, llevar a cabo la ultima parte del ritual a oscuras, a solas.
Morrigan miro a su alrededor, y en uno de los salientes de roca que habia en la pared, detras de la piedra, vio una gran copa de vino. La tomo y admiro su delicado diseno. Habia sido tallada en una sola pieza de cuarzo rosa, y estaba llena de vino tinto. Morrigan comenzo a verter el liquido alrededor de la piedra de cristal, dibujando un circulo. El vino perfumo el aire con la esencia de las uvas y de las especias, y la embriago un poco, como si ella misma hubiera bebido una copa entera.
Despues, con gracilidad, Morrigan apago las llamas que iluminaban Usgaran, y se situo ante el Cristal Sagrado. Con los dedos, acaricio la enorme piedra.
– Eres tan bello… sobre todo ahora, que la unica luz que hay en la cueva es la tuya -murmuro Morrigan. Despues se miro y, al ver aquella y asombrosa luz que brillaba en su interior, se echo a reir suavemente-. Bueno, salvo por mi.
«Te oimos, Portadora de la Luz, Elegida de Adsagsona».
Aquellas palabras pasaron a traves de sus dedos, dandole calor, produciendole entusiasmo.
– Gracias. Muchisimas gracias. Pero ahora, necesito que te apagues durante un rato, para poder terminar el ritual.
«?Como desees, Portadora de la Luz!».