– Vaya, es como la seda, pero en realidad es cuero.

– Es piel de cabra, de las mas finas, curtida por las manos de las Sacerdotisas de Adsagsona, tenida y bordada con los mejores diamantes por una Suma Sacerdotisa que fue a pasar su eternidad con la diosa hace decadas. Yo me puse esta prenda para mi primer ritual de la luna nueva, hace casi cincuenta anos -explico Birkita con una sonrisa de nostalgia-. Ojala fuera joven y flexible para ponermela otra vez.

Morrigan observo a Birkita. «Es igual que la abuela», penso Morrigan, «no pesara mas de cincuenta kilos».

– Oh, por favor. Tu todavia puedes ponerte esto.

Birkita se ruborizo, pero sonrio.

– Ya es hora de que haya una nueva Suma Sacerdotisa. Os deseo que lo lleveis durante muchos anos - dijo.

Despues, les indico a Deidre y a Raelin que la ayudaran a vestir a Morrigan, y entre las tres comenzaron a envolverla en aquel suave cuero.

– Eh, eh… un momento. Debe de faltar una pieza. O dos. O tres -dijo Morrigan, al ver el resultado final en el espejo.

La pieza de cuero se le ajustaba al cuerpo y marcaba su delgada cintura y sus caderas amplias y curvas. Tenia aberturas a cada lado de los muslos, y ella no llevaba nada debajo. Pero lo que mas le asustaba era que la prenda solo llegaba hasta sus costillas, y le dejaba los pechos completamente al aire.

– Teneis razon, lady Morrigan -dijo Birkita. Se acerco al armario y saco otra prenda de cuero blanco-. Esto se anadio al traje ceremonial durante la ultima decada.

Mientras lo decia, le puso la prenda sobre los hombros. Era una especie de capa que se abrochaba al cuello y tapaba la mayor parte de la desnudez de Morrigan.

«Mal… Esta mal… Es blasfemo».

Morrigan oyo aquel susurro en la mente, enfadado y entrecortado, y Morrigan olvido el azoramiento de verse medio desnuda.

– No esta bien -murmuro mientras tocaba con un dedo la capa.

Las jovenes Sacerdotisas se miraron con incomodidad, y miraron tambien a Birkita.

– ?Que ocurre? -pregunto Morrigan-. ?Que es lo que no se?

– Durante generaciones, las Sumas Sacerdotisas de Adsagsona han mostrado su pecho desnudo durante los rituales. Es lo correcto, lo logico -dijo Birkita con la voz tirante-. Si una Sacerdotisa se cubre el cuerpo ante su diosa, ?que mas puede estar tapando? ?La culpabilidad? ?Deseos secretos? ?Falta de sinceridad?

– Si piensas asi, ?por que empezaste a cubrirte tu?

– Shayla lo consideraba una falta de pudor. Le parecia una vulgaridad -dijo Birkita-. Oh, al principio no lo dijo asi. Hablo de mi edad. En vez de honrar a la Suma Sacerdotisa como una mujer valiosa, una mujer que ha pasado de Doncella a Madre y de ahi a Mujer Sabia, Shayla hacia pequenos comentarios acerca de lo poco apropiado que era ver los pechos desnudos de una mujer que tenia edad suficiente para ser abuela.

Morrigan miro a Birkita y vio el dolor y la verguenza en su mirada, pero la antigua Suma Sacerdotisa alzo la barbilla con orgullo.

– Ninguna de las Sacerdotisas mas jovenes ha recibido la llamada para ser Elegida. No habia otra que pudiera llevar a cabo los rituales. Se que Adsagsona no ve mas que belleza en mi cuerpo, pero la gente, la gente de los Senores, no son la diosa.

– Algunos de ellos ni siquiera conocen a la diosa -anadio Deidre con enfado.

– Entonces, ?por eso dejaste de mostrar el pecho desnudo? -pregunto Morrigan.

– Shayla ordeno que confeccionaran esa capa para mi -dijo Birkita-. Me la obsequio en publico, antes de uno de los rituales de la luna nueva. Dijo que era un regalo de la Senora del Reino de los Sidethas para la Suma Sacerdotisa de Adsagsona. Rehusarlo hubiera sido un gran insulto.

– ?Y llevar la capa no es un insulto?

– Eso, mi senora, es algo que debeis decir vos misma. Ahora, sois vos la Suma Sacerdotisa de Adsagsona.

– Si, supongo que si… -murmuro Morrigan, mirandose al espejo.

Ya no tenia que ponerse nada mas. Birkita le aliso el pelo, y en vez de sus rizos, creo pesadas ondas de cabello color caoba que brillaban como el agua oscura. Despues le colgo de las orejas y del cuello joyas con piedras azules, llamadas topacios, porque segun ella, hacian juego con sus ojos. Despues, Morrigan se puso las zapatillas de cuero, parecidas a unas zapatillas de ballet, y las tres mujeres la inspeccionaron.

– Estais muy bella, mi senora -dijo Deidre.

– Maravillosa -convino Raelin.

– Perfecta -dijo Birkita.

– Nerviosa. Otra vez -respondio Morrigan.

– Sacerdotisas, podeis dejarnos a solas. Convocad a la gente en Usgaran. La Suma Sacerdotisa acudira en breve -les dijo Birkita a Deidre y a Raelin.

Morrigan les dio las gracias por su ayuda mientras ellas le hacian una reverencia. Despues, se marcharon, y ella se volvio hacia Birkita.

– Muy bien. Ahora dime lo que tengo que hacer.

– Hay palabras rituales que debeis decir, y os las ensenare con facilidad. Pero antes, decidme, en vuestro antiguo mundo, ?que significaba la luna nueva?

– La luna nueva simboliza los comienzos nuevos. Mi abuela dice que es el momento perfecto para emprender nuevos proyectos, comenzar relaciones, empezar un viaje. Cosas asi.

– Vuestra abuela es muy sabia. Ciertamente, la luna nueva simboliza los nuevos comienzos. Pero hay mas. La luna nueva es el momento en que el velo mistico que hay entre nuestro mundo y el Otro Mundo, donde habitan los dioses, es mas fino. Durante el periodo de luna nueva, se puede provocar una gran magia, para el bien y para el mal.

– ?El mal? -pregunto Morrigan, con un escalofrio.

Birkita la tomo de la mano.

– No teneis nada que temer. Adsagsona os ha elegido, y no otro poder oscuro.

– ?Y por que estas tan segura?

– Ya hemos hablado de esto. Sois la Portadora de la Luz. Las Portadoras de la Luz no se mezclan con el mal. Debeis acabar con vuestras dudas… Tal vez os ayude saber que Adsagsona es una diosa poco corriente. Habita en el Mundo Subterraneo, en el vientre de la tierra. Esta comoda en la oscuridad, como sus Sumas Sacerdotisas. Decidme, ?habeis tenido alguna vez miedo a la oscuridad?

– No. En realidad, me gusta. Mis abuelos siempre me decian que encendiera una luz por las noches, cuando me levantaba para ir al bano, porque me iba a dar un golpe en algun dedo del pie, o algo asi. Sin embargo, nunca me ocurrio. Me… me preocupaba que estar tan comoda con la oscuridad fuera algo malo.

– No, hija mia. Era una senal temprana del favor de Adsagsona. Yo tambien me he sentido siempre comoda en la oscuridad. Nuestra diosa es una madre afectuosa y protectora para los Sidethas. Ella marca a sus Sacerdotisas desde jovenes, y las cuida durante toda la vida. Pero debeis recordar que, aunque Adsagsona prefiera la oscuridad, tambien adora la luz. Por ese motivo creo a las Portadoras de la Luz y les concedio el don de avivar la luz que hay en el interior de los cristales de la tierra. El mal que acecha en la oscuridad rehuye la luz. Vuestra luz puede abrasar a ese mal, si el intentara rozaros alguna vez.

– ?El mal nunca te ha acechado a ti?

– No, hija. Yo nunca he encontrado nada en la oscuridad, aparte del amor de Adsagsona.

– No se, pero no me siento mejor -dijo Morrigan.

– Acabad con vuestras dudas, Suma Sacerdotisa. Vuestra diosa es buena. Ella os ha concedido un gran poder. No permitais que vuestra inexperiencia y juventud os hagan vacilar a la hora de servirle -le respondio Birkita con una sonrisa-. Ahora, debemos apresurarnos. La gente nos estara esperando. A vos, en realidad.

Rio suavemente, y despues guio a Morrigan a Usgaran. Por el camino, siguio explicandole cosas.

– Vamos a entrar en Usgaran. La gente habra formado un gran circulo alrededor del Cristal Sagrado. Vos os situareis frente a el e invocareis la presencia de la diosa.

– ?Y como lo hago?

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