pronto. Lady Rhea, como se hace llamar la Elegida de Epona, tambien vive alli.
– Vaya. Entonces, los dos deben de conocer a Myrna.
– Se que Kai esta muy unido a lady Rhea y a su familia. Y, como Kegan, ademas de Maestro Escultor, es un Sumo Chaman, se reune a menudo con el Sumo Chaman de Partholon, ClanFintan.
Morrigan miro a Birkita con desconcierto. Birkita suspiro.
– ClanFintan esta unido a lady Rhea. Epona siempre crea a un Sumo Chaman centauro para que sea el companero de su Elegida durante toda la vida.
A Morrigan le dio un vuelco el estomago.
– ?Shannon se acuesta con un centauro? ?El padre de Myrna es un hombre medio caballo, reflejo de mi padre! ?Caramba! ?No me extrana que Rhiannon huyera espantada a Oklahoma!
– Los Sumos Chamanes pueden cambiar de forma. Lady Rhea solo mantiene relaciones sexuales cuando el adopta la forma humana.
– Vaya, eso es todo un alivio -dijo Morrigan, acariciandose de nuevo la frente-. Sin embargo, tambien quiere decir que soy exactamente igual que Myrna, y Kegan y Kai lo saben. Lo que tengo que hacer es evitarlos siempre que me sea posible. Con suerte, si no me ven no se preocuparan por mi. Ademas, hay gente que se parece a otra. No es tan raro.
– Tal vez tu tengas un parecido demasiado grande con lady Myrna.
– Si, asi que vamos a sentarnos a una mesa alejada de la mesa principal. Shayla esta distraida, y quiza ni se de cuenta. Cenaremos y nos iremos cuanto antes.
– Es un buen plan -dijo Birkita.
– Esta bien, alla vamos…
Juntas, franquearon la entrada de la Gran Camara. Morrigan se dirigio directamente hacia la mesa en la que estaban sentadas las demas Sacerdotisas.
– Ah, Morrigan. Ahi estas -dijo Shayla, desde el otro extremo de la sala.
Morrigan se detuvo e hizo una rapida reverencia en direccion a la mesa principal.
– Siento haberos hecho esperar. Me sentare con las demas Sacerdotisas y…
– No, no, no. Tienes que sentarte con nosotros -dijo Shayla, y con el ceno fruncido, anadio-: Y Birkita tambien, por supuesto. El Maestro de la Piedra y el Maestro Escultor se niegan a revelarnos el motivo de su visita hasta que nuestra nueva Suma Sacerdotisa se una a nosotros.
Como Morrigan siguio vacilando, Birkita le susurro:
– Si te niegas solo vas a llamar mas la atencion.
Morrigan se dirigio de mala gana a la mesa principal, y Birkita y ella ocuparon los dos sitios que quedaban libres, justo enfrente de Shayla y Kegan. Morrigan hizo un gesto para que uno de los sirvientes le llevara comida y bebida, sin mirar al centauro que estaba sentado frente a ella.
– ?Cuando habeis llegado a ser Suma Sacerdotisa, lady Morrigan?
La voz de Kegan, grave y sin emociones, era tan parecida a la de Kyle que a Morrigan se le encogio el estomago. Levanto la vista y se dio cuenta de que el la estaba observando con una intensidad que contradecia su tono de voz. Al mirarlo a los ojos, tuvo la sensacion de que habia dicho o hecho algo que le habia disgustado mucho.
– Yo… bueno, me converti en Suma Sacerdotisa hace pocos dias.
– Yo estuve aqui hace cuatro ciclos de la luna. No os vi entonces con las demas Sacerdotisas, y nadie menciono que Adsagsona hubiera elegido otra Suma Sacerdotisa -dijo Kai, que tambien estaba escrutandola.
– Ni tampoco tuvimos noticias de la llegada de una Portadora de la Luz -anadio Kegan.
– No la visteis y no supisteis nada de ella porque no estaba aqui -intervino Shayla, en un tono de irritacion, dejando claro que le molestaba todo el interes que los hombres demostraban por Morrigan.
– Si, Adsagsona nos la envio -dijo Perth.
– Si, si, si. Birkita lo predijo. Espero en Usgaran hasta que llego Morrigan. Y ahora, ya conoceis la historia de nuestra nueva Portadora de la Luz y Suma Sacerdotisa -dijo Shayla. Se contuvo y sonrio a Kai y a Kegan, aunque ellos no se dieron cuenta porque continuaban mirando a Morrigan. Shayla siguio-: Maestro de la Piedra, has prometido que nos revelarias el motivo de vuestra visita cuando la Suma Sacerdotisa se sentara con nosotros. Lady Morrigan ya esta aqui, asi que no perdamos el tiempo.
Con evidente esfuerzo, Kai aparto la mirada de Morrigan. Ignoro a Shayla y le hablo al centauro.
– Kegan, ?quieres anunciarlo tu, o lo hago yo?
– Yo solo soy el Maestro Escultor. Tu eres el Maestro de la Piedra y el mensajero -dijo el centauro.
– Muy bien -respondio Kai.
Se puso en pie y, con el semblante triste, comenzo a hablar.
– Vuestra Senora pregunta por que hemos venido a vuestro reino, con tanta premura, el Maestro Escultor y yo. Hemos venido porque nos han encargado que elijamos el marmol para hacer la efigie de alguien que era muy querido en Partholon. Hace siete dias, lady Myrna, Hija de la Amada de Epona, lady Rhea, murio dando a luz a una nina. La nina vive. Creo que el bebe es lo unico que mantiene a lady Rhea vinculada a esta tierra -dijo, y tuvo que hacer una pausa para controlar sus emociones.
Morrigan sintio como si alguien le hubiera dado un punetazo en el estomago. Myrna estaba muerta. Myrna. La hija de Shannon. Y habia muerto siete dias antes, el mismo dia en que Morrigan habia pasado de Oklahoma a Partholon a traves de la piedra de selenita. Morrigan sintio un frio muy intenso y tuvo que abrazarse a si misma.
Kai continuo:
– La Suma Sacerdotisa de Partholon esta encerrada en su sufrimiento, y aunque lady Myrna ya ardio en su pira funeraria, lady Rhea ha pedido que se haga una estatua de su amada hija para que contenga sus cenizas y sirva de monumento para recordarla. Esa es nuestra triste tarea -dijo Kai. Despues inclino la cabeza, ligeramente, hacia Shayla.
Kegan tambien hablo, desde su sitio en la mesa.
– Lady Rhea ha pedido que se me permita quedarme en las Cuevas de los Sidethas hasta que haya terminado de esculpir la efigie. Pido permiso para hacerlo, Senora Shayla y Senor Perth.
– Kegan, por supuesto que tienes nuestro permiso para permanecer aqui hasta que termines tu tarea -dijo Shayla, que tomo a Kai de ambas manos-. Se lo unido que estas a la Elegida de Epona y a su familia. Lo siento muchisimo.
Perth se puso en pie y se unio a las condolencias de su esposa. Entonces, Birkita le rodeo la cintura a Morrigan.
– ?Estas bien, hija?
Morrigan se apoyo en ella, porque necesitaba su consuelo y su calor.
– No -susurro-. No, no estoy bien. Ese fue el dia que yo llegue, ?no?
– Si.
– ?Que esta pasando? No lo entiendo -susurro Morrigan freneticamente.
– Aqui no, hija.
Morrigan apreto los labios para contener todas las preguntas que le habian invadido la mente. Birkita tenia razon. Debia controlarse.
Sintio su mirada antes de que el hablara.
– Tal vez podriais decir unas plegarias a vuestra diosa para pedirle que el viaje del espiritu de lady Myrna a las praderas de Epona sea rapido -le pidio Kegan.
Morrigan lo miro.
– Si, por supuesto.
– Gracias, Suma Sacerdotisa -dijo el.
Aunque su sonrisa estaba tenida de tristeza, ella no pudo evitar responder a su presencia. ?Se parecia tanto a Kyle! Era rubio, tanto, que su pelo espeso parecia de oro. Tenia la piel un poco mas bronceada que su reflejo humano, lo que le hacia incluso mas sexy.
Morrigan se dio cuenta de que se habia quedado mirandolo fijamente, y dio un respingo.
– De nada -dijo rapidamente.
Kai, Shayla y Perth volvieron a sentarse, y Birkita le apreto el brazo a Morrigan. Cuando Morrigan la miro, Birkita asintio antes de ponerse en pie.