resta avergonzarme de los mios. -Hizo una reverencia y retrocedio hasta la puerta. Tras apoyar la mano contra el picaporte, se detuvo, con la cabeza inclinada, y la miro a los ojos por ultima vez-. Perdoneme por haberle hecho perder tanto tiempo -dijo con voz ahogada- y acepte mis buenos deseos de salud y felicidad. -Sin esperar a que ella respondiera o le hiciera una reverencia, Darcy empujo el pomo y salio rapidamente del salon. Bajo las escaleras casi corriendo y en unos segundos estuvo fuera, mientras la puerta se cerraba tras el, de manera solida e irrevocable.

Cuando Darcy salio de la rectoria y se encamino hacia Rosings, tenia la mirada nublada y los campos le parecieron solo una imagen borrosa. Al llegar al camino que atravesaba el bosque, se maravillo de ver que sus piernas continuaban llevandolo hacia delante, sin ser dirigidas por su mente, y que aparentemente su cuerpo seguia entero y lleno de vida. Pero ?no acababa de aprender de manera muy amarga que nunca se podia fiar uno de las apariencias? Siguio avanzando a ciegas, con los hombros encogidos para soportar el terrible dolor que sentia en el pecho, mientras su cabeza daba vueltas como una peonza, incapaz de aferrarse a una idea distinta de la dolorosa certeza de haber perdido a Elizabeth. No solo la habia perdido sino que ella nunca habia sido suya. Desde el principio le habia parecido detestable, antes de que Wickham lo hubiese difamado, incluso antes de que el hubiese intervenido para separar a Bingley de su hermana. El ultimo hombre en la tierra con el que podria casarme. Las palabras de Elizabeth resonaban una y otra vez en su cabeza, anunciando con su tanido funebre la muerte de todas las esperanzas de felicidad que habia albergado. ?Podria borrar alguna vez de su memoria la ultima imagen de Elizabeth, su adorada Elizabeth, rechazandolo de forma tan vehemente?

– ?Oh, Dios! -El dolor era profundo y extinguia todos sus pensamientos, dejando al descubierto todas sus emociones, oprimiendo tanto el pecho que apenas podia respirar. Elizabeth… aullo con todo su ser.

Las piedrecillas del sendero de gravilla que llevaba a la mansion saltaban hacia los lados a su paso, pero solo se dio cuenta de donde se encontraba cuando estuvo frente a la escalinata de Rosings. Disminuyo el paso hasta detenerse totalmente, confundido al ver que habia llegado tan rapido. Al mirar la fria realidad de los escalones de marmol de la imponente fachada de la mansion, por fin volvio en si. El instinto de supervivencia se impuso, advirtiendole que si queria llegar hasta su habitacion sin tropiezos tenia que reponerse a esa angustia y mantener el control. Sintio una punzada en el estomago al pensar que tal vez no lo lograra. Subio rapidamente la escalinata y atraveso el umbral, tan obsesionado con la idea de evitar cualquier retraso o que alguien lo viera, que olvido saludar al viejo criado que habia en la puerta, como era su costumbre. En unos segundos atraveso el vestibulo y se dirigio escaleras arriba, pero al llegar al primer rellano y doblar, oyo que lo llamaban:

– ?Darcy! -La llamada de Richard era demasiado clara para fingir que no habia oido. Se detuvo y se volvio con la mirada perdida hacia su primo, cuya inoportuna aparicion solo podia significar que lo habia estado esperando-. ?Fitz? -Fitzwilliam lo miro con preocupacion y una nota de incertidumbre en la voz-. ?Va todo bien?

– ?Bien? -repitio Darcy, sin poder establecer al principio ninguna relacion entre esa palabra y su estado; pero luego le entraron ganas de reir por la ironia. Por Dios, ?podria volver a ir todo bien verdaderamente alguna vez?-. Supongo que si, pero tienes que disculparme. -Dio media vuelta y siguio escaleras arriba, antes de que su primo dijera nada mas. La humillacion de recibir la compasion de Richard seria lo mismo que anadir otro carbon ardiente a la boca de su estomago; ?preferiria pegarse un tiro!

El corredor que conducia a su habitacion estaba vacio y, en unos segundos, Darcy estuvo ante su puerta y entro de inmediato para sentirse a salvo. Cerro los ojos y se recosto contra la solida puerta de caoba, mientras sus piernas amenazaban con ceder al fin a la angustia que lo consumia. Usted no habria podido ofrecerme su mano de ningun modo. Se mordio el labio para acallar el gemido que broto de su pecho. ?Nadie, nadie debia verlo en ese estado! Aguzo el oido para saber si habria alguien en el vestidor, pero todo estaba en silencio, solo se oia el tictac del reloj colocado sobre la repisa de la chimenea.

Se alejo de la puerta y se dirigio hacia el bonito reloj. ?Seria posible? Miro las manecillas con incredulidad. ?Solo habia pasado poco mas de una hora desde que habia abandonado aquella misma habitacion lleno de esperanzas? Arrojo el baston y el abrigo sobre un sillon y el sombrero y los guantes cayeron poco despues. ?Una hora! Darcy resoplo con amargura. Tiempo mas que suficiente para acabar con los suenos de un hombre.

De pronto le dio la espalda al reloj y entro en la alcoba, tratando de de desabrocharse la chaqueta y deshacerse el nudo de la corbata. Tiro de ella de forma brusca, desenrollandola totalmente, y la puso sobre una mesa, al tiempo que disminuia el paso hasta quedarse inmovil en el centro de la habitacion. ?Que iba a hacer?, se pregunto. Miro a su alrededor, hacia ese orden frio y remoto que era su vida, como si la respuesta estuviera alli, esperando ser descubierta. Sintio una oleada de repulsion. ?Que sensacion de inutilidad! Habia alimentado asiduamente sus pretensiones incluso mientras presenciaba la vergonzosa extincion de una decision que alguna vez habia sido honorable, y lo que unico que deseaba en aquel momento era deshacerse de ella. Avanzo hacia la campanilla con intencion de llamar a Fletcher para que comenzara a hacer el equipaje, cuando se dio cuenta de que eso seria absurdo. Estaba anocheciendo; el sol ya habia desaparecido en el horizonte. Y hacer una demostracion tan evidente de sus deseos de huir iria totalmente en contra de la intencion de mantener ante el mundo una fachada de indiferencia, a toda costa.

?Indiferencia? Un estremecimiento recorrio su cuerpo, haciendole caer sentado en el borde de la cama, mientras hundia la cabeza entre las manos. ?Podia ser indiferente ante semejante perdida? ?Indiferente al vacio que sentia en su corazon? ?Como podria continuar, pretender que Elizabeth sencillamente no existia para el, cuando ella habia llegado a definir todas sus esperanzas hacia el futuro? Se derrumbo sobre la cama, rozando su mejilla con el aspero brocado de la colcha, y se quedo mirando el dosel que se extendia sobre su cabeza. ?Que iba a hacer? ?Que podria ofrecerle ahora la vida?

?Su arrogancia! Darcy fruncio el ceno, cuando la acusacion de Elizabeth fustigo su memoria como un latigo. ?Su vanidad! Sacudio la cabeza. ?Como era posible? El siempre habia aborrecido semejantes demostraciones; sin embargo, esa era la opinion que Elizabeth tenia de el. ?Ella lo habia despreciado, habia criticado todo lo que se referia a el desde el comienzo! Injusto… ruin -la letania no se detenia-. El hombre que ha sido el culpable de arruinar la felicidad de una hermana muy querida.

– ?No! ?No es cierto! -estallo Darcy. La fuerza de su indignacion lo hizo incorporarse, mientras su conciencia se alzaba ante la injusticia de la acusacion de Elizabeth. Como si fuera habitual que se burlara de la dignidad y las esperanzas de los demas, y en especial de aquellos que estaban por debajo de el socialmente. Darcy debia haberle respondido, debia haberle planteado el asunto de su hermana tal como el lo habia observado de manera rigurosa. El habia tenido buenas y suficientes razones para disuadir a Bingley de su peligrosa decision, razones que se apoyaban en una conviccion imparcial, no en un capricho o un interes particular. ?Por que no se habia hecho oir por encima de los miserables balbuceos de su orgullo herido?

Se levanto de la cama, se dirigio a la ventana y se apoyo contra el marco. ?Por que? Porque el ataque de Elizabeth lo habia dejado sin palabras, primero a causa de la impresion y luego debido a una rabia que todavia hervia peligrosamente en su sangre. ?Ruin! ?Y ella como se habia comportado? ?Habia atribuido cada una de sus acciones a la maldad o al capricho!

– ?Por Dios! -Golpeo la ventana con tal fuerza que el cristal se sacudio en el marco. Dio media vuelta, fue hasta la delicada licorera de cristal, la agarro y le saco el tapon. El liquido color ambar cayo dentro del vaso de cristal tallado, derramandose por los lados hasta formar un charco sobre la mesa. Coloco el tapon de nuevo en su sitio y se llevo el vaso a los labios, al tiempo que volvia a pasearse de un lado a otro.

?Asi que le parecia que el era arrogante y vanidoso? ?Que sabia ella de la alta sociedad? ?Casi nada! No podia tener la menor idea de como era su vida o que cosas le exigian su posicion, su familia y sus relaciones. ?Los circulos sociales provincianos y el modesto entorno del que ella procedia no podian compararse ni remotamente con el ambiente en el que el habia nacido! Volvio a llevarse el vaso a los labios, se limpio la boca con el dorso de la mano y dejo el vaso sobre la mesa de un golpe. ?Y como habia sido el comportamiento de Elizabeth hacia el? Ella habia bromeado y debatido con el, habia aceptado sus atenciones, habia alentado de diferentes formas la idea de que estaba a la espera de su declaracion, ?solo para arrojarle a la cara sus sinceros sentimientos y todas las cosas que el le habia ofrecido! Darcy ardia de rabia por la humillacion que habia sufrido. Se recosto contra la pared, con la cara encendida por la ira. ?Un Darcy de Pemberley, despreciado como un maldito vagabundo, cuando el estaba dispuesto a confiarle todo lo que era! ?Quien era ella para tratarlo asi, para despreciarlo de esa manera? ?Con que derecho lo acusaba de toda una serie de horribles ofensas? La respuesta no tardo en

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