traicionado y no habia hecho nada inapropiado.

– Senorita Elizabeth Bennet -dijo con voz ahogada. Con los labios apretados, Darcy contuvo el aliento mientras levantaba la cabeza para captar las primeras silabas que ella le dirigiria, pero la muchacha no dijo nada. Fue una reverencia totalmente formal. Noto que los ojos de Elizabeth se posaban sobre el durante un instante, pero no recibio ningun otro saludo antes de que ella se girara para saludar a su primo. Darcy sabia que debia agradecer esa cortesia, porque le habia permitido recuperarse. Pero en lugar de eso, experimento un momento de angustioso pesar. ?Que sensacion habria experimentado al ver en esos maravillosos ojos una chispa de alegria por su llegada? Darcy miro rapidamente hacia otro lado. La suposicion era un ejercicio inutil. Luego se recordo que el estaba alli para cumplir con un acto de mera cortesia, nada mas.

– Senora Collins. -Fitzwilliam tomo facilmente la delantera-. Puedo ver que usted ha trabajado mucho durante el breve periodo que lleva casada. ?Hunsford nunca habia brillado tanto bajo la administracion del reverendo Satherthwaite, se lo aseguro! ?No estas de acuerdo, Darcy? -Giro la cabeza hacia su primo, mientras le pedia en silencio que entrara en la conversacion.

Darcy lo miro con expresion confusa.

– No creo que nunca estuviera… -El rapido gesto de desaprobacion de Richard lo hizo detenerse-. Quiero decir que estoy completamente de acuerdo con Fitzwilliam, senora -continuo, dirigiendose a su anfitriona-. La casa ha mejorado mucho desde que el ultimo parroco de lady Catherine vivio aqui. Especialmente el jardin -anadio con una repentina inspiracion. Elizabeth fruncio los labios al oir el cumplido. ?Que habia dicho que pudiera provocar su risa, o acaso era una burla? Darcy recordaba demasiado bien sus duelos de salon como para no reconocer el caracter de la reaccion de la muchacha. Pero aparentemente el terreno era mas incierto de lo que el se habia imaginado.

Fitzwilliam renuncio a tratar de involucrar a su primo en la conversacion y cambio de tema:

– Hertfordshire es un condado maravilloso, senorita Bennet. Estoy ansioso por saber que le parece Kent en comparacion con Hertfordshire.

Finalmente Elizabeth sonrio.

– Las comparaciones son un asunto dificil, coronel Fitzwilliam. ?Como podria comparar Kent con Hertfordshire? ?En lo referente a su geografia, a las grandes propiedades, al esplendor de sus paisajes o a la cantidad de aldeas pintorescas? ?O tal vez lo que usted quiere que yo compare es la caza? -Ah, ahi estaba la Elizabeth que Darcy buscaba, esos ojos brillantes y juguetones. ?Pero el hecho de que esos ojos brillaran asi para su primo le parecio intolerable!

– Puede compararlos como usted quiera, senorita Elizabeth -respondio Fitzwilliam-, porque estoy convencido de que vale la pena oir su opinion en cualquiera de esos aspectos. -Hizo una pausa y despues sonrio-. Excepto, si usted me disculpa, en el tema de la caza. Puedo recurrir a Darcy para eso.

– Entonces, ?usted tambien «recurre» a el? -pregunto Elizabeth, enarcando ligeramente una ceja. ?Ahi estaba otra vez! Esa manera casi imperceptible de levantar el hombro, el fugaz hoyuelo de la mejilla-. Pero, claro, tiene usted razon. Yo solo puedo comparar la caza basandome en lo que he oido; mientras que el senor Darcy puede hacerlo con mas autoridad. Su contribucion es mas importante que la mayoria de los caballeros. - ?Mas importante que la mayoria de los caballeros? La frustracion de Darcy aumento.

– Pero eso solo se debe a las apariencias, senorita Elizabeth. -Fitzwilliam habia fruncido ligeramente el entrecejo al oir las palabras de la muchacha, pero ya estaba sonriendo otra vez de modo jugueton-. Cuanto mayor es la posicion de un caballero, mas autoridad se le atribuye, la posea o no. ?No le parece que es asi? Y los Darcy -anadio sonriendo, en respuesta a la risa de Elizabeth mientras caminaban hacia la ventana- son gente de buena estirpe.

– ?Les gustaria tomar asiento? -La invitacion de la senora Collins le recordo a Darcy sus modales. Aparto sus ojos de Elizabeth para dirigir su mirada al rostro sereno y reservado de su anfitriona. Pero incluso mientras asentia en senal de aceptacion, no pudo evitar fijarse de nuevo en Elizabeth. La luz que entraba por la ventana le acariciaba el pelo maravillosamente, resaltando sus calidos matices, mientras iluminaba los delicados mechones de la nuca que habian escapado a las peinetas. Darcy trago saliva, tratando en vano de calmar las palpitaciones de su sangre al ver a Elizabeth y a su primo conversando con tanta soltura.

– Muchas gracias por elogiar el jardin, senor. -La voz modulada y clara de la senora Collins le recordo que estaba buscando una silla para sentarse. Habia varias dispuestas de manera agradable alrededor de una mesita sobre la que reposaba un florero de porcelana repleto de narcisos y helechos. Aunque Darcy no dudaba de las capacidades de la anfitriona, sospechaba que el florero era obra de Elizabeth. Seguramente los habia cortado por la manana, cuando regresaba de un solitario paseo por los alrededores del parque. ?Que cosas podria hacer si tuviera la libertad de pasearse por los jardines de Pemberley? Una sensacion agradable lo invadio al pensar en esa idea. Se movio para acomodarse en la silla que le proporcionaba la mejor ubicacion para continuar con su observacion.

Los Collins se sentaron con el y lo miraron expectantes. Tratando de buscar algo que decir, Darcy intento evitar los temas ordinarios, pero fue relevado de la tarea por el senor Collins, que se sintio inclinado a creer que el caballero estaria encantado de conocer los nombres de cada planta que habia en las jardineras que rodeaban la rectoria. Darcy soporto la charla, pero el sonido de las risas procedentes del otro extremo del salon le hizo levantar la cabeza del interminable discurso del parroco, para ver a Fitzwilliam sonriendo abiertamente mientras se inclinaba a oir las palabras de Elizabeth. No habia duda de que su primo estaba encantado. La expresion de placer que revelaba su rostro indicaba claramente que estaba intrigado y fascinado con la muchacha. ?Como podria no estarlo? La mirada de Darcy recorrio con avidez la figura de la joven, desde los rizos que adornaban delicadamente su cabeza hasta las zapatillas verde palido que se asomaban por debajo de su vestido. ?Maldicion! Si queria volver a poner las cosas en orden, tendria que optar por un acercamiento mas moderado.

Tratando de observarla como si fuera un simple conocido, Darcy volvio a empezar. Ella era bonita, no habia duda, pero nadie la catalogaria como una belleza. Aunque la luz del sol obraba maravillas en su pelo, los rizos castanos y los ojos oscuros no estaban de moda. Su vestido no tenia un corte especial ni la tela era cara, pero la transparencia de la sencilla muselina le sentaba tan bien que, despues de considerarlo, no la habria cambiado por nada del mundo. Bueno, tal vez por seda, pero solo la seda mas delicada, ?por Dios, en que demonios estaba pensando! Desvio la mirada, alarmado por la direccion que habian tomado sus pensamientos desbocados. Necesitaba con urgencia algo a que aferrarse. Se dirigio nuevamente hacia los Collins. ?El senor Collins todavia continuaba parloteando sobre las condenadas jardineras?

Cuando el pastor hizo una pausa para respirar, Darcy se apresuro a intervenir.

– ?Que le parece Hunsford, senora Collins? Recuerdo que su antiguo inquilino se quejaba de que las chimeneas no tiraban lo suficientemente bien. Como consejero de lady Catherine, puedo ordenar directamente a los trabajadores de Rosings que arreglen eso o cualquier otro desperfecto que usted pueda haber encontrado. - Midio con cuidado lo que iba a decir a continuacion-. No hace falta molestar a su senoria con los detalles. Sera un placer para mi ocuparme del asunto. -Si iba a ser objeto de las molestas adulaciones de Collins, que fuera al menos por haber hecho algo bueno.

La respuesta de Collins a su oferta fue exactamente como habia temido, pero la mirada de alivio de su esposa fue suficiente para confirmar sus sospechas de que la tacaneria de su tia en lo referente a sus empleados habia ocasionado ciertas incomodidades en la casa parroquial. Si Elizabeth iba a visitar a su amiga con frecuencia, aquello no podia continuar asi. Darcy le volvio a asegurar a su anfitrion que era un placer para el y luego guardo silencio. Elizabeth… en Rosings. ?Vendria a menudo? ?Se la encontraria siempre alli cuando el hiciera su visita anual? Le lanzo otra mirada furtiva.

Se encontraba mirando directamente a Fitzwilliam, reflexionando sobre alguna tonteria que el le estaba diciendo, con una fingida seriedad que no alcanzaba a reprimir la sonrisa que esbozaban sus labios. Tenia las mejillas encendidas de felicidad, mientras Richard se esforzaba valientemente por estar a la altura de su ingenio, pero Darcy se imaginaba que, en aquella competicion, su primo tenia todas las de perder. ?Acaso la encontraria siempre alli? ?Que pregunta tan idiota! Tarde o temprano ella se casaria. Se movio con incomodidad, pues la idea era tan perturbadora que apenas podia quedarse quieto. Se retorcio el anillo de rubi de su padre de manera inmisericorde. ?Eso era inevitable! Tarde o temprano, algun hombre bendecido por el cielo y que no tuviera ninguna obligacion mas que su futura felicidad, la llevaria al altar y haria realidad lo que Darcy solo podia imaginar.

La risa que Elizabeth habia estado tratando de contener tras un provocador puchero estallo de repente en

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