que lo sepa.

– ?Y ya han fijado la fecha? -pregunto Darcy, mirandola fijamente.

– N-no -admitio Lydia, desviando la mirada-. Tenemos que esperar hasta poder pagarle una suma ridicula a cierta gente horrible que tiene envidia de George. -Sus palabras no eran mas que la repeticion de una excusa que debia de haberle oido a Wickham. ?Pobre chiquilla, realmente creia a aquel canalla!-. ?En serio, una cosa totalmente injusta! -dijo de repente, dirigiendose a Darcy-. ?Por que la gente tiene que ser tan cruel con mi pobre Wickham? -Lydia lo miro con ojos acusadores-. Y usted, el primero. ?George me lo conto!

– Mi relacion con Wickham es una historia larga y complicada, senorita Lydia. -Darcy cambio de postura, pues el asiento amenazaba con tirarlo al suelo-. Mi presencia aqui no tiene nada que ver con eso, ni con ninguna historia de privaciones o sufrimientos que le haya contado el. -Al oir esas palabras, Lydia levanto la barbilla de una forma tan parecida a Elizabeth que a Darcy casi se le paraliza el corazon. Asi que insistio-: Por favor, escucheme. Su familia esta muy angustiada por su seguridad. Teniendo en cuenta que Wickham no puede proponerle matrimonio en este momento, tal como usted acaba de admitir, ?por que no regresa junto a su familia hasta que el pueda ir a pedir su mano de la forma apropiada?

– No le llevara tanto tiempo -protesto ella- y yo no me quiero ir. -La actitud de mujer proxima a casarse se disolvio en un berrinche infantil bajo la penetrante mirada de Darcy-. ?Ay! -grito y golpeo el suelo con los pies-. ?Por que ha tenido que venir usted a decirme esas cosas? -Una terrible idea debio de cruzar entonces por su cabeza, porque de pronto se puso rigida y lo miro con alarma-. ?Mi padre esta esperando abajo?

Darcy dejo transcurrir unos minutos en silencio para separar su respuesta de la rabieta de la muchacha. Era importante que ella entendiera lo que tenia que decirle.

– No, su padre no esta aqui. No estoy aqui a peticion ni solicitud de nadie.

– Ah. -La muchacha volvio a respirar y se estremecio ligeramente-. Bueno. -Un instante despues, se tapo la boca con la mano y luego se rio y se abrazo-. Lo he hecho, ?no? ?Ay, todos deben de estar verdes de envidia, todo el mundo! ?Y como me voy a reir!

– ?Se va a reir de la angustia de su familia y de todos los que se preocupan por usted? Porque eso es lo que sucede, senorita Lydia. Ellos no la envidian sino que se encuentran angustiados por lo que le pase a usted y se culpan a si mismos. -Darcy busco la mirada de la muchacha, esperando ver una chispa de sentido comun, pero era evidente que habia perdido el tiempo.

– Pero eso me va a importar un comino cuando regrese a casa como una mujer casada -le informo con altivez y se volvio hacia la ventana.

– ?Usted cree que no? Seria muy extrano que asi fuera y yo le aseguro que sus hermanas, la senorita Bennet y la senorita Elizabeth, no ven el asunto con los mismos ojos. -Esa declaracion parecio conmoverla un poco, porque dio media vuelta para mirarlo otra vez-. Usted no querria vivir con la desaprobacion de dos de sus hermanas, cuyas oportunidades de tener un buen futuro podrian verse considerablemente reducidas por su comportamiento.

Lydia hizo una mueca, mientras desviaba la mirada.

– ?Mis hermanas! A mis hermanas les va a ir muy bien, o les iria muy bien si… -Dejo la frase sin terminar, mientras volvia a fijar los ojos en el, brillantes y recelosos-. ?Y como conoce usted la opinion de mis hermanas, o todo este asunto, en primer lugar? Usted ni siquiera le cae bien a Lizzy; ni a nadie, por lo que se, excepto al senor Bingley.

El dardo, que habia sido lanzado con tanta torpeza, poseia, de todas formas, un cierto veneno. Darcy se levanto de la silla con irritacion, molesto con el y con la muchacha, y se acerco a ella. Aquella jovencita era totalmente egocentrica, peligrosamente negligente y desalentadoramente ingenua. ?Como podia hacerle ver la realidad de su situacion? Miro por un momento hacia la diminuta ventana cubierta de suciedad y luego se volvio hacia ella.

– Debe usted saber que su hermana estaba de viaje con sus tios.

– Si, un aburrido viaje por el norte -dijo, suspirando con desden-. Nada de fiestas ni bailes, ni picnics. Solo la tia y el tio Gardiner hablando sin parar.

– Durante su viaje -continuo Darcy- se detuvieron para conocer mi propiedad en Derbyshire. Fue alli donde su hermana recibio la noticia de que usted le habia entregado su futuro a Wickham. En medio de la angustia por semejante noticia, su hermana confio en mi. Ella y sus tios salieron enseguida hacia Longbourn, para que su tio pudiera ayudar a su padre a buscarla. -Hizo una pausa. Ahora venia la parte dificil-. Mi larga relacion con Wickham me ponia en una posicion mas ventajosa para encontrarlos; en consecuencia, decidi hacerlo y sin que ellos lo supieran, para no despertar falsas esperanzas en caso de no tener exito.

– Todavia no puedo entender por que tenia usted que molestarse -respondio Lydia de manera acida-. Nos casaremos… dentro de un tiempo. Mis amigos se alegraran por mi. No hay nada tan terrible en eso para que usted haya tenido que venir aqui a decirme que debo dejar a George.

– ?Acaso usted no ve la precaria posicion en que esta situacion ha puesto la respetabilidad de su familia? Se convertiran en la comidilla del vecindario, si es que no lo son ya.

– ?Ah, los vecinos! -Lydia volvio a taconear-. ?Viejos entrometidos y maliciosos, que no se saben divertir! ?A quien le importan? ?A mi no!

– Pero sus hermanas…

– Ya vere como les consigo marido, ?sabe? ?Porque me voy a casar y antes que todas ellas!

Darcy guardo silencio cuando la muchacha termino de hablar. No habia manera de razonar con Lydia Bennet, o de apelar a la verguenza para convencerla de dejar a su amante. No parecia entender las consecuencias de sus actos ni la forma en que la afectarian a ella y a su familia, y tampoco le preocupaba descubrir lo que su comportamiento les costaria a todos ellos. Darcy bajo la mirada hacia el sombrero y los guantes que tenia en la mano, con el fin de esconder la sombria naturaleza de sus pensamientos. A diferencia de Lydia Bennet, Georgiana si sabia lo que estaba haciendo y se habia arrepentido, aunque fuera en el ultimo minuto. Esta chiquilla -Darcy observo a la nina desalinada y desafiante que tenia ante el-, por cuyas venas corria la misma sangre que la mujer que el amaba, no tenia esa ventaja. ?Como podia convencerla de renunciar a su peligroso juguete? Solo le quedaba un recurso y, por fortuna, tenia autorizacion para usarlo. Sin embargo, lo emplearia con discrecion.

– Senorita Lydia, ?cambiaria usted de parecer si supiera que no es la primera jovencita a quien George Wickham ha convencido de huir con el?

– ?A que se refiere?

– Me refiero a que conozco personalmente el caso de otra jovencita que se dejo enganar por los halagos y las promesas de Wickham y accedio a fugarse con el. Quedo muy claro que las razones que Wickham tuvo para cortejarla, sin contar con el conocimiento o el consentimiento de sus parientes, fueron dictadas no por la pasion sino por el interes economico. Ella era una heredera y Wickham necesitaba dinero.

Lydia abrio los ojos como platos.

– ?Que tiene que ver con esto la senorita King? George nunca… ?Ah! -Lydia volvio a golpear el suelo con los pies y avanzo hacia Darcy-. ?Puede que yo no sea una heredera, pero se que George me ama!

– Senorita Lydia. -Darcy se inclino con insistencia-. Wickham siempre necesita dinero. No tiene profesion. Ha tratado de vivir de sus encantos y su astucia, pero ha fallado en ambas cosas. Tiene que casarse por dinero; no tiene opcion. -Una oleada de compasion inundo el corazon de Darcy, mientras observaba el joven rostro de la muchacha-. Usted esta en lo cierto, no es una heredera -continuo Darcy con voz suave-, y tanto si la ama de verdad o no, por esa sencilla razon no se casara con usted, tiene que creerme.

Una sombra de duda cruzo por el rostro de Lydia y, por un instante, los ojos le brillaron, anegados en lagrimas. ?Seria suficiente? Pero la duda se desvanecio enseguida. La muchacha se seco los ojos y levanto la barbilla con testarudez, en una actitud que se asemejaba mucho a la de su madre.

– ?George se casara conmigo y eso es todo! Ahora, creo que debe usted marcharse.

Darcy suspiro, hizo una inclinacion en senal de aceptacion y dio media vuelta para marcharse.

– Senorita Lydia. -Se giro para mirarla desde el umbral-. ?Puedo dejarle mi tarjeta en caso de que cambie de opinion? -La muchacha se encogio de hombros, gesto que Darcy interpreto como afirmativo y, despues de dejar la tarjeta sobre la mesa, hizo otra ligera reverencia y salio. Habia ocurrido lo que se temia. No habia podido disuadir a la muchacha. Deberia tratar entonces con Wickham.

Вы читаете Solo quedan estas tres
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату