asombrosa. Es capaz de memorizar barajas enteras, de modo que unos tipos bien situados le dieron un empleo en el Lucky Nugget, en Gardena. Tambien es capaz de memorizar conversaciones, y algunos clientes no eran lo que se dice muy discretos en su presencia. He oido que Noonan quiere hacerle exhibir esos trucos de memoria en el estrado y…

– Me hago una idea.

– Bien. Yo abandono mis actividades conflictivas, pero sigo teniendo una familia propensa a meterse en problemas. No deberia haberle contado lo que he hecho pero, como es usted amigo mio, estoy seguro de que no va a llegar a oidos de los federales, ?verdad, «Dave»?

– De acuerdo. Ahora, termina la cena y descansa un poco, ?vale?

Medianoche. Luces apagadas. Yo me encargue de Johnson; Junior, de Ruiz. Lo propuse yo.

Johnson leia en la cama: El poder secreto de Dios puede ser tuyo. Acerque una silla y observe sus labios: Sigue el camino interior hacia Cristo, combate la conspiracion judeo-comunista que intenta desnaturalizar la America Cristiana. Envia tu contribucion al apartado de Correos bla, bla, bla.

– Sanderline, permiteme una pregunta.

– ?Uh? Si, senor.

– ?Tu crees lo que dice ese folleto?

– ?Uh? Si, senor. Aqui pone que una mujer que resucito dice que Jesucristo garantiza a todos los contribuyentes de la categoria de oro un coche nuevo cada ano en el cielo.

HOSTIA SANTA.

– Sanderline, ?verdad que te sacudieron un poco en tus dos ultimas peleas?

– ?Uh? No. El arbitro detuvo el combate con Bobby Calderon por heridas y perdi en decision dividida frente a Ramon Sanchez. Senor, ?cree usted que el senor Noonan nos traera un almuerzo caliente al gran jurado?

Saco las esposas.

– Pontelas mientras echo una meada.

Johnson, levantado de la cama; bosteza, se despereza. Compruebo el radiador: tubos gruesos, resistentes.

La ventana, abierta; nueve pisos de altura; el mestizo zumbado y su sonrisa grotesca.

– Senor, ?que coche cree usted que debe conducir El, alla arriba?

Le estrelle la cabeza contra la pared y lo arroje por la ventana, gritando.

3

Homicidios declaro suicidio, caso cerrado.

La Fiscalia del Distrito: probable suicidio.

Confirmacion -Junior, Ruiz-: Sanderline Johnson, chiflado.

Declaracion:

Le vi leer, dormirse, despertar. Johnson proclamo que podia volar. Y salto por la ventana sin darme tiempo ni a expresar mi incredulidad.

Preguntas: Federales, LAPD, hombres de la Fiscalia del Distrito. Hechos: Johnson se estrello sobre un De Soto aparcado, muerte instantanea, ningun testigo. Bob Gallaudet parecia complacido: un tropiezo en el camino de un rival politico. Ed Exley: manana por la manana, en mi despacho a las diez en punto.

Welles Noonan: verguenza de policia incompetente, triste parodia de abogado. Suspicaz; mi antiguo apodo: «el Contundente».

Ninguna mencion del 187 CP: homicidio culposo.

Ninguna mencion de investigaciones externas.

Ninguna mencion de acusaciones interdepartamentales.

Me fui a casa, tome una ducha y me cambie. Ningun periodista rondando, todavia. Al centro, un vestido para Meg; lo hago cada vez que mato a un hombre.

Diez en punto de la manana.

Esperando: Exley, Gallaudet, Walt Van Meter (el jefe de la seccion de Informacion). Cafe, pastas… Mierda.

Tomo asiento. Exley:

– Teniente, ya conoce al senor Gallaudet y al capitan Van Meter.

Gallaudet, todo sonrisas:

– Nos hemos llamado «Bob» y «Dave» desde la facultad de Derecho y no voy a fingir la menor indignacion por lo sucedido anoche. ?Has visto el Mirror, Dave?

– No.

– «Caida mortal de un testigo federal», con un antetitulo: «Declarada suicidio: '?Aleluya, puedo volar!'» ?Te gusta?

– Es una mierda.

Exley, frio:

– El teniente y yo discutiremos eso mas tarde. En cierto sentido, esta relacionado con lo que nos ha traido aqui, de modo que vamos a ello.

– Una intriga politica. -Bob Gallaudet tomo un sorbo de cafe-. Cuentaselo, Walt.

– Bien… -Van Meter carraspeo-. Investigacion ha hecho algunas operaciones politicas anteriormente y ahora tenemos el ojo puesto en otro objetivo, un abogado rojillo que tiene por costumbre criticar al departamento y al senor Gallaudet.

Exley:

– Continua.

– Bien. La proxima semana, el senor Gallaudet deberia ser elegido para un periodo normal. Es un ex policia y habla nuestro idioma. Tiene el apoyo del departamento y de parte del Consejo Municipal, pero…

Bob le interrumpio.

– Morton Diskant. Esta igualado con Tom Bethune para la concejalia del Distrito Quinto y lleva semanas metiendose conmigo. Ya sabes: que si solo he sido fiscal durante cinco anos, que si me aproveche fraudulentamente cuando Ellis Loew dimitio de la Fiscalia del Distrito. He oido que tiene amistad con Welles Noonan, quien podria estar en mi carnet de baile el ano sesenta. Y Bethune es de los nuestros. Estan muy a la par. Diskant anda diciendo que Bethune y yo somos unos derechistas cerriles, y el distrito tiene un veinticinco por ciento de negros, muchos de ellos registrados como votantes. Sigue desde ahi.

Van Meter tomo de nuevo la palabra.

– Diskant ha estado agitando el asunto de Chavez Ravine; algo asi como «Votadme para que vuestros hermanos mexicanos no sean expulsados de su barrio de chabolas para dejar sitio a un estadio de beisbol para las clases acomodadas». El Consejo esta cinco a cuatro a favor nuestro y tomara una decision definitiva hacia noviembre, despues de la eleccion. Bethune ocupa el cargo interinamente, como Bob, y si pierde tiene que dejarlo antes de que se tome la decision. Si Diskant consigue el puesto, hay empate. Y todos nosotros somos hombres blancos civilizados que sabemos que los Dodgers son buenos para los negocios, de modo que manos a la obra.

Exley, sonriente:

– Conoci a Bob en el cincuenta y tres, cuando era sargento en la oficina de la Fiscalia. Aquel mismo dia, dejo la abogacia y se registro como republicano. Ahora, los popes nos dicen que solo le tendremos dos anos como fiscal del Distrito. En el sesenta, Fiscal General; ?que vendra luego? ?Te quedaras en gobernador?

Un coro de risas. Van Meter:

– Yo conoci a Bob cuando el era patrullero y yo, sargento. Ahora somos «Walt» y «senor Gallaudet».

– Sigo siendo «Bob». Y tu solias llamarme «hijo».

– Volvere a hacerlo, Robert. Si retiras tu apoyo al juego en el distrito.

Una broma estupida: el legislativo del estado no aprobaria la ley. Cartas, tragaperras y apuestas, confinadas a

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