ciertas zonas y gravadas con muchos impuestos. Los policias estaban en contra; Gallaudet aprovechaba el tema para conseguir votos.

– Cambiara de idea. Es un politico.

No hubo risas. Bob carraspeo, incomodo.

– Parece que la investigacion sobre el boxeo esta acabada. Con Johnson muerto, no tienen ningun testigo que pueda confirmar nada y tengo la impresion de que Noonan solo utilizaba a Reuben Ruiz porque su nombre suena. ?No estas de acuerdo, Dave?

– Si, Reuben es una celebridad local que despierta simpatias. Al parecer, Mickey C. cometio la torpeza de intentar apoderarse de su contrato, de modo que Noonan, probablemente, se proponia utilizar a Mickey y aprovecharse de su popularidad.

Exley, entrando a cuchillo:

– Y todos sabemos que el teniente es un experto en Mickey Cohen.

– Nos conocemos de antiguo, jefe.

– ?En calidad de que?

– Le he ofrecido cierto asesoramiento legal. Gratis.

– ?Por ejemplo…?

– Por ejemplo, «no le busques problemas al departamento de Policia», Por ejemplo, «cuidado con el detective jefe Exley, porque nunca dice exactamente lo que piensa».

Gallaudet, tranquilizador:

– Vamos, vamos, ya basta. El alcalde Poulson me pidio que convocara esta reunion, de modo que estamos empleando su tiempo. Y tengo una idea, que es conservar a Ruiz de nuestro lado. Le utilizaremos para apaciguar a los mexicanos de Chavez Ravine: si el asunto de los desahucios se pone feo, Ruiz puede ser nuestro relaciones publicas. ?No tiene antecedentes por robo?

– Correccional juvenil por robo con allanamiento. He oido que formaba parte de una banda de ladrones de casas y se que sus hermanos tambien hacen trabajitos. Tienes razon: podriamos utilizarle. Prometerle que no habra lios con su familia si colabora.

Van Meter:

– Me gusta.

– ?Que hay de Diskant? -Gallaudet. Yo me lance a fondo:

– Es un rojillo, ?no? Entonces, ha de tener algunos colegas comunistas. Dare con ellos y los intimidare. Los amenazare con sacarlos por la tele y seguro que lo delataran.

Bob, moviendo la cabeza:

– No. Es demasiado inconcreto y no tenemos tiempo suficiente.

– Chicas, chicos, licores…, denme una debilidad. Escuchen, anoche meti la pata. Dejenme que cumpla mi penitencia.

Silencio, largo, sonoro. Van Meter, tras un suspiro:

– Tengo entendido que le gustan las jovencitas. Se supone que engana a su mujer con mucha discrecion. Le gustan las chicas de universidad. Jovenes, idealistas.

Bob, con un asomo de sonrisa presuntuosa:

– Dudley Smith puede encargarse de prepararlo. Ya ha hecho cosas parecidas otras veces.

Exley, con extrana insistencia:

– No; Dudley, no. Klein, ?conoce a la gente adecuada?

– Conozco a un redactor jefe de la Hush-Hush. Puedo hablar con Pete Bondurant para las fotos y con Fred Turentine para poner los microfonos. Subdireccion revento una casa de citas la semana pasada y tenemos pendiente de pagar la fianza a la chica perfecta para el asunto.

Intercambio de miradas. Exley, con una media sonrisa:

– Entonces, cumpla su penitencia, teniente.

Bob G., diplomatico:

– Vamos, Ed, se amable. Dave me dejo estudiar sus apuntes en la escuela de Derecho.

Desfile hacia la salida. Gallaudet, tan tranquilo; Van Meter, con aire avergonzado.

– ?Y los federales? ?Pediran una investigacion?

– Lo dudo. El ano pasado, Johnson estuvo noventa dias en observacion en Camarillo y los doctores le confirmaron a Noonan que el tipo era inestable. Seis hombres del FBI han peinado el barrio buscando testigos pero no han llegado a ninguna parte. Serian idiotas si abrieran una investigacion. Esta usted limpio, teniente, pero no me gusta el aspecto del asunto.

– ?Habla usted de negligencia criminal?

– Hablo de sus relaciones con criminales, bastante conocidas y que vienen de antiguo. Hablo, y me quedo corto, de que tiene «trato» con Mickey Cohen, un objetivo de la investigacion que ha echado por tierra con su negligencia. Alguien con un poco de imaginacion podria dar un pequeno salto a «conspiracion criminal», y Los Angeles esta llena de gente asi. Ya ve como…

– Jefe, escuche…

– No, escuche usted. Les asigne esa mision a usted y a Stemmons porque confiaba en su competencia y queria una opinion de abogado sobre los planes de los federales en nuestra jurisdiccion. Y lo que he conseguido ha sido, «?Aleluya, puedo volar!» y «Detective estornuda mientras un testigo salta por la ventana.»

Reprimi una carcajada.

– ?Donde nos deja eso?

– Digamelo usted. ?Tiene idea de que piensan hacer los federales, ademas de la investigacion sobre el boxeo?

– Yo diria que, con Johnson muerto, poca cosa. Ruiz me hablo de que Noonan tenia la vaga idea de montar una investigacion del crimen organizado del Southside: drogas, las maquinas tragaperras y expendedoras de Darktown… Si esos planes se quedan en nada, la imagen del LAPD puede salir malparada. Pero si la investigacion se pone en marcha, Noonan correra a anunciarlo. Le encantan los titulares. Eso nos dara ocasion de prepararnos.

Exley sonrio.

– Mickey Cohen dirige el negocio de las monedas en el Southside. ?Le avisara de que lo deje?

– Ni sonarlo. Cambiando de tema, ?ha leido el informe sobre la casa de apuestas?

– Si. Excepto los disparos, todo fue correcto. ?Que sucede? Me mira como si quisiera algo.

Me servi cafe.

– Echeme una mano a cambio de lo de Diskant.

– No esta en situacion de pedir favores.

– Despues de Diskant, lo estare.

– Entonces, pida.

Un cafe malisimo.

– Subdireccion me aburre. Pasaba casualmente por Robos y he visto pendiente un caso que tiene buen aspecto.

– ?El atraco a la tienda de electrodomesticos?

– No, el trabajo del almacen de pieles Hurwitz. Un millon en pieles desaparecido, sin rastro, y Junior Stemmons pillo a Sol Hurwitz en una partida de dados el ano pasado. Es un jugador empedernido, de modo que apostaria por un fraude para cobrar el seguro.

– No. El caso es de Dudley Smith y ha descartado la estafa. Y usted es un oficial con mando, no un sabueso de casos.

– Entonces, saltese las normas. Yo le encierro a ese comunista y usted me hace ese favor.

– No, es trabajo de Dudley. El caso tiene tres dias y ya le ha sido asignado a el. Ademas, no me gustaria tentarle a usted con objetos vendibles como esas pieles.

Tirando a dar. Esquive el dardo:

– Usted y Dud no se llevan bien. El aspiraba a detective jefe, pero usted consiguio el cargo.

– Los oficiales con mando siempre se aburren y quieren casos. ?Tiene alguna razon particular para pedirme este?

– Robos esta limpio. Y usted no sospecharia de mis amigos si me ocupara de asaltos y atracos.

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