doctor Rice pudiera haber imaginado. Entre ellos se cuentan radares de penetracion en la tierra, imagenes de satelite para cartografiar los asentamientos, y sensores remotos capaces de detectar campos magneticos para localizar artefactos enterrados. Anna Roosevelt, bisnieta de Theodore Roosevelt y arqueologa de la Universidad de Illinois, ha excavado una cueva cercana a Santarem, en el Amazonas brasileno, que estaba llena de pinturas rupestres: interpretaciones de figuras animales y humanas, similares a las que Fawcett habia asegurado ver y habia descrito en varios puntos del Amazonas y que reforzaban su teoria de Z. Anna Roosevelt encontro restos de un asentamiento, enterrados en la cueva, de al menos diez mil anos de antiguedad, casi el doble de tiempo en que los cientificos habian estimado la presencia humana en el Amazonas. De hecho, el asentamiento es tan antiguo que podria cuestionar la tan arraigada teoria de como se poblaron las Americas. Durante anos, los arqueologos creyeron que los primeros habitantes americanos fueron los clovis, que deben su nombre a las puntas de lanza encontradas en Clovis, Nuevo Mexico. Se creia que estos cazadores de caza mayor habian cruzado el estrecho de Bering desde Asia hacia el final de la Era Glacial, que se habian asentado en Norteamerica hacia unos once mil anos, y que despues, progresivamente, habian ido migrando a Centroamerica y Sudamerica. El asentamiento del Amazonas, sin embargo, podria ser tan antiguo como el irrefutable primer asentamiento clovis de Norteamerica. Asimismo, segun Roosevelt, las reveladoras particularidades de la cultura clovis -como, por ejemplo, las lanzas con punta de piedra estriada- no estaban presentes en la cueva del Amazonas. Algunos arqueologos creen que podria haber existido un pueblo previo a los clovis.8 Otros, como Roosevelt, consideran que el mismo pueblo procedente de Asia se expandio por todo el continente de forma simultanea y desarrollo diferentes culturas, propias y diferenciadas.

En la cueva y en un asentamiento ribereno proximo, unos cientificos han empezado a encontrar tambien enormes monticulos de tierra hechos por el hombre, muchos de ellos conectados por pasos elevados sobre el Amazonas, en particular en las llanuras bolivianas que se inundan de forma anual. Alli, precisamente, fue donde Fawcett encontro por primera vez fragmentos de alfareria e informo que «donde hay alturas, es decir, tierra elevada sobre planicies […], hay artefactos». Clark Erickson, antropologo de la Universidad de Pensilvania que ha estudiado estos terraplenes en Bolivia, me comento que los monticulos permitian a los indigenas seguir cultivando durante la epoca de lluvias para evitar el proceso de filtrado que arrastra los nutrientes del suelo y lo empobrece. Crearlos, afirmaba Erickson, requeria un esfuerzo y una tecnica extraordinarios: habia que transportar toneladas de tierra, modificar el curso de rios, excavar canales, interconectar carreteras y construir asentamientos. En muchos sentidos, dijo, los monticulos «rivalizan con las piramides egipcias».

Quiza mas asombrosa es la evidencia de que los indigenas transformaron el paisaje incluso donde si era un paraiso ilusorio, es decir, donde el suelo era demasiado yermo para alimentar a una poblacion numerosa. Algunos cientificos han desenterrado por toda la jungla grandes extensiones de tetra preta do Indio, o «tierra negra indigena»: tierra enriquecida con desechos organicos humanos y carbon de las hogueras, haciendola excepcionalmente fertil. No esta claro si la tierra negra indigena fue fruto accidental de la presencia humana o, como opinan algunos cientificos, se debe a un proceso deliberado de «carbonizacion», que consiste en quemar la tierra muy despacio y de forma sistematica, como hacen los kapayo en el Xingu. En cualquier caso, muchas tribus amazonicas parecen haber explotado este suelo tan fertil para cultivar donde la agricultura se considero en un tiempo inconcebible. Algunos cientificos han excavado tanta tierra negra de antiguos asentamientos en el Amazonas que actualmente creen que la selva podria haber alimentado a millones de personas. Y, por primera vez, los eruditos estan reconsiderando las cronicas de El Dorado que Fawcett utilizo de base para elaborar su teoria de Z. Tal como lo definio Roosevelt, lo que Carvajal describio no era, sin lugar a dudas, ningun «espejismo». 9 Muchos cientificos admiten no haber encontrado pruebas del fantastico oro con el que habian sonado los conquistadores; pero el antropologo Neil Whitehead afirma: «Con ciertas salvedades, El Dorado existio».10

Heckenberger me dijo que los cientificos apenas estaban empezando a comprender este mundo ancestral, y, al igual que la teoria de quienes fueron los primeros pobladores de las Americas, todos los paradigmas tradicionales tenian que ser reconsiderados. En 2006 aparecio una prueba de que, en ciertas regiones del Amazonas, los indigenas habian construido con piedra. Varios arqueologos del Amapa Institute of Scientific and Technological Research encontraron enterrado, en la region septentrional del Amazonas brasileno, un observatorio astronomico con forma de torre construido con enormes rocas de granito; cada una de ellas pesaba varias toneladas, y algunas tenian una altura de casi tres metros. Las ruinas, cuya antiguedad se estima entre los quinientos y los dos mil anos, han sido denominadas «el Stonehenge del Amazonas».

– Los antropologos -dijo Heckenberger- cometieron el error de ir al Amazonas en el siglo xx, limitarse a ver tan solo pequenas tribus para luego afirmar: «Bien, esto es todo lo que hay». El problema es que, en aquel entonces, muchas poblaciones indigenas habian desaparecido a consecuencia de lo que, en esencia, fue un holocausto provocado por la presencia de los europeos. Este es el motivo por el que los primeros europeos que pisaron el Amazonas describieron asentamientos inmensos que, tiempo despues, nadie consiguio encontrar.

Mientras caminabamos de vuelta al poblado kuikuro, Heckenberger se detuvo al pie de la plaza y me pidio que la examinara con detenimiento. Dijo que la civilizacion que habia construido los asentamientos gigantes practicamente habia sido aniquilada. Con todo, un reducido numero de descendientes habian sobrevivido, y sin duda nos encontrabamos entre ellos. Durante un millar de anos, dijo, los xinguanos habian conservado tradiciones artisticas y culturales de esta civilizacion avanzada y altamente estructurada. Comento, por ejemplo, que el actual poblado kuikuro seguia estando organizado de este a oeste, y que sus senderos estaban dispuestos en angulos rectos, aunque sus habitantes ya no supieran la razon de esa disposicion. Heckenberger anadio que habia mostrado a un ceramista local un fragmento de alfareria que habia encontrado entre los restos arqueologicos. Se asemejaba tanto a la alfareria actual, con el exterior pintado y la arcilla rojiza, que el artesano insistio en que el fragmento pertenecia a una pieza elaborada en fechas recientes.

Mientras Paolo y yo nos encaminabamos hacia la casa del jefe, Heckenberger cogio una vasija de ceramica hecha recientemente y paso una mano por el borde, que tenia muescas.

– Se producen al hervir la mandioca para eliminar las toxinas -explico. Habia detectado la misma caracteristica en vasijas antiguas-. Eso significa que hace mil anos las gentes de esta civilizacion seguian la misma dieta que ahora -explico. Empezo a recorrer la casa, senalando paralelismos entre la civilizacion ancestral y sus remanentes actuales: las estatuas de arcilla, las paredes y el techo de paja, las hamacas de algodon-. Para ser del todo sincero, no creo que haya ningun lugar en el mundo, donde no existan documentos historicos escritos, en el que la continuidad cultural sea tan evidente como aqui -concluyo Heckenberger.

Varios musicos y bailarines daban la vuelta a la plaza, y Heckenberger dijo que en todos los rincones del poblado kuikuro «es posible ver el pasado en el presente». Empece a imaginar a los flautistas y a los bailarines en una de las plazas ancestrales. Los imagine viviendo en casas de dos plantas con forma de monticulo, no desperdigadas sino en hileras infinitas, donde las mujeres tejian hamacas y cocinaban con harina de mandioca, y donde los chicos y las chicas adolescentes permanecian aislados mientras aprendian los rituales de sus ancestros. Imagine a los bailarines y a los cantantes cruzando fosos y franqueando altas empalizadas, yendo de un poblado al siguiente por amplias avenidas, puentes y pasos elevados.

Los musicos se nos acercaban y Heckenberger dijo algo sobre las flautas, pero yo ya no podia oir su voz, sofocada por la musica. Por un instante, vi aquel mundo desaparecido como si lo tuviera frente a mi: Z.

26. Nota sobre las fuentes

Pese a la enorme fama de Fawcett durante un tiempo, muchos detalles de su vida, como por ejemplo las causas de su muerte, siguen siendo un misterio. Hasta hace poco, la familia de Fawcett se negaba a hacer publica una gran parte de los documentos del explorador. Asimismo, el contenido de muchos de los diarios y de la correspondencia de sus colegas y acompanantes, como Raleigh Rimell, nunca han sido publicados.

Para indagar en la vida de Fawcett, he recurrido extensamente a los siguientes materiales. En ellos se incluyen los diarios y los cuadernos de bitacora de Fawcett; la correspondencia con su esposa e hijos, asi como con sus colegas exploradores mas allegados y sus mas ferreos rivales; los diarios de miembros de su unidad

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