formacion y entrenamiento por encima y mas alla de lo que se considera la conduccion normal.

Pero aunque sospechara que Marten no era el simple estudiante universitario amigo de Dan Ford que decia ser, y esperara que se delatara en algun momento, ?que esperaba conseguir con ello? A menos que tuviera amigos en el LAPD, lo que Marten dudaba bastante.

Fuera cual fuese la razon, Marten no podia dejar que se convirtiera en un obstaculo. Estaba convencido de que a cada momento se iba acercando a Raymond, y Kovalenko era el unico aliado que tenia.

Ademas, una vez Kovalenko le habia abierto las puertas a su propia agenda, habia decidido llevarse a Marten con el. Habian entablado un dialogo en el cual compartian informacion y, despues de su experiencia compartida en la nieve y volviendo a poner el coche en la autopista, incluso habia nacido una especie de amistad. Era algo a lo que Marten no osaba dar rienda suelta, aunque significara exponerse un poco mas. Redujo un poco la velocidad para evitar resbalar por el asfalto helado, miro al ruso y se permitio pensar en voz alta.

– El ano pasado, en Los Angeles, Raymond uso un revolver para huir de la carcel y asesinar a una serie de personas inocentes, algunos de ellos policias. Uso un revolver en Chicago para matar a los hermanos Azov. Y un revolver para matar a los Romanov de Estados Unidos y Mexico. Neuss fue asesinado de un disparo en Paris, y Fabien Curtay fue acribillado en Monaco. Entonces, ?por que ahora Raymond (porque sabemos que es Raymond) utiliza de pronto un cuchillo o navaja? Y no solo lo utiliza, sino que lo maneja como si fuera una especie de fanatico enloquecido. Haciendo una carniceria con sus victimas.

– Antes se me ocurrio que tal vez estuvieramos ante algun tipo de asesinato ritual -dijo Kovalenko-, y tal vez lo sea.

– O tal vez no -respondio Marten-. Tal vez este empezando a perder el temple. Los rituales son controlados, y aqui lo unico que hemos visto controlado es el primer corte, como si lo tuviera planeado. Lo siguiente es algo claramente emocional, y con mucha furia. Amor, odio. Lo uno o lo otro. O un poco de cada. Todo muy apasionado, como si no pudiera refrenarse. O no quisiera.

Durante un largo rato Kovalenko se quedo en silencio, y finalmente hablo.

– Un cuchillo largo y antiguo, una navaja espanola, desaparecido de la caja fuerte privada de Fabien Curtay en Monaco. Tambien robaron otra cosa, un pequeno rollo de pelicula de 8 mm.

– ?Una pelicula?

– Si.

– ?No un video?

– No, pelicula.

– ?De que?

– Quien sabe.

El cielo seguia con su oscuridad invernal cuando la A3 se convirtio en Al y empezaron a divisar las luces de Zurich a lo lejos.

– Cuenteme mas cosas de Kitner -dijo Marten-. Cualquier cosa que le venga a la cabeza. De su familia quiza, no de Cabrera, sino de la familia de la que el habla.

– Tiene un hijo que un dia se quedara con la empresa -explico Kovalenko, con un suspiro. Estaba empezando a sentirse cansado y se le notaba-. Y una hija que es ejecutiva y que trabaja tambien en su empresa. Sus otras dos hijas estan casadas, una con un medico y la otra con un artista. Su esposa, como ya le he dicho, pertenece a la realeza espanola, puesto que es prima del rey Juan Carlos.

– La realeza se casa con la realeza.

– Si.

Marten sentia tambien la fatiga. Se paso la mano por la cara y noto que le empezaba a salir barba. Ambos necesitaban tomar una buena ducha, afeitarse y descansar, pero no se lo podian permitir. Todavia no.

– ?Cuanto hace que su esposa conoce su verdadera identidad?

– Puede ser que lo supiera desde el dia en que se conocieron, o puede que no se enterara hasta que el acepto convertirse en zar. No sabria decirselo. No tengo ni idea de como se relacionan este tipo de personas, ni probablemente lo sabre nunca. Es un privilegio en la vida que no creo que llegue a alcanzar.

– ?Que mas, a nivel personal? ?De que conocia a Alfred Neuss?

– Crecieron juntos en Suiza. El padre de Neuss trabajaba para el de Kitner, y por eso acabo en el negocio de las joyas.

Marten miro y vio al ruso que lo estaba observando, con la misma expresion que lo habia hecho antes. Miraba sus manos en el volante. Como sus pies tocaban alternativamente el freno y el acelerador.

– ?Que mas? -pregunto Marten.

– Kitner tenia un hijo que fue asesinado cuando tenia diez anos -dijo Kovalenko, casi a reganadientes-. Ocurrio hace mas de veinte anos. Entonces, el nombre de Kitner no era tan importante como lo es ahora; no salia en las noticias. Sin embargo, la noticia salio en la prensa sensacionalista. Un joven criminal lo apunalo mientras estaba en una fiesta infantil de cumpleanos, en Paris.

– ?En Paris?

– Si, en el Pare Monceau. El mismo parque en el que hallaron el cadaver de Alfred Neuss.

– ?Es eso un hecho? -pregunto Marten incredulo.

– Es un hecho. Y antes de que empiece de nuevo a hacer suposiciones, dejeme decirle que de momento no hay nada en absoluto que relacione los dos crimenes, aparte del hecho de que Neuss y Kitner eran amigos y que el lugar era el mismo.

– ?Que paso luego?

– Que yo sepa, no encontraron nunca al asesino.

– Dice usted que el hijo de Kitner fue apunalado. ?Y si el cuchillo robado de la caja fuerte de Curtay fuera el arma del crimen?

– Esta usted suponiendo cosas.

– Si. Pero tambien esta la pelicula que se han llevado con el cuchillo.

– ?Que pasa con la pelicula? -Kovalenko no lo entendio.

– El crimen fue perpetrado hace mas de veinte anos, antes de que el video empezara a popularizarse. Antes, la gente usaba camaras de pelicula. Los cumpleanos infantiles eran el tema principal de las pelis caseras, y la mayoria se rodaban en Super-8. ?Y si alguien estaba rodando escenas de la fiesta de cumpleanos y, sin querer, filmo el propio asesinato, y esa pelicula fue la que robaron de la caja fuerte? ?Y si Neuss y Kitner poseian tanto el arma del crimen como la prueba filmada del asesinato, y los hubieran escondido, y Cabrera lo supiera?

«?Dios mio!», penso de pronto Marten. ?Y si la pelicula y el cuchillo eran «las piezas»? ?Las dos cosas que Raymond habia perseguido todo aquel tiempo! Si lo eran, habrian sido el motivo por el que tenia las llaves de la caja fuerte. De una caja fuerte que contenia el cuchillo y el rollo de pelicula. Una caja fuerte que podia estar en un banco de Marsella, donde Neuss hizo escala antes de ir a ver a Curtay a Monaco. Como cuadraba todo el resto, no tenia idea… excepto que era posible que la gente asesinada en America hubiera tenido las llaves de la caja fuerte por seguridad, en caso de que a Kitner le sucediera algo, pero que nunca les hubieran dicho a que correspondian o de que servian. Kitner sabia que Cabrera habia matado a su hijo pero no deseaba que se supiera, de modo que lo mando a Argentina y conservo el cuchillo y la pelicula como seguros de que nunca mas regresaria.

Asi que, si el cuchillo y la pelicula eran efectivamente «las piezas»… ?Como lo habia dicho, Raymond?: «las piezas que asegurarian el futuro». ?Que futuro? ?De que habia estado hablando? ?Y por que habia cometido Cabrera el asesinato, de entrada?

Marten se volvio bruscamente hacia Kovalenko.

– Siga la logica: hace veinte anos, ?que edad tendria Alexander Cabrera? ?Trece, catorce anos? ?Y si es el su joven criminal?

– Esta usted sugiriendo que habria matado a su propio hermano. -Kovalenko volvia a sonar reacio a aceptarlo.

– Usted ha sido quien ha dicho que podria estar tramando el asesinato de su padre.

– No, senor Marten. Yo dije que Peter Kitner podria ser el objetivo de Raymond Thorne, no de Alexander Cabrera. -Kovalenko clavo los ojos en Marten y luego aparto la vista.

– ?Que ocurre, inspector?

Kovalenko no respondio; sencillamente, siguio mirando a otro lado.

– Yo le dire lo que ocurre. Es lo mismo de antes -lo presiono Marten-. Su estomago tambien le dice que

Вы читаете La huida
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату