a su hermano y le pregunto si podia decirle que estaba bien, ella le apreto la mano y le dijo que si con la cabeza.
Entonces Ford le dio dos noticias referentes a Raymond. La primera era sobre una entrevista que la policia metropolitana de Londres habia mantenido con Alfred Neuss.
– Lo unico que les ha dicho -dijo Ford- es que estaba en Londres por una cuestion de negocios y que no tenia ni idea de quien era Raymond o de lo que buscaba. El unico motivo por el cual podia justificar que su nombre figurara en la agenda de los dos hermanos a los que supuestamente Raymond habia asesinado en Chicago era que se trataba de unos sastres que una vez utilizo cuando estaba en la ciudad, y que les habia pedido que le mandaran la factura a su domicilio de Beverly Hills.
La segunda noticia de Ford tenia relacion con algo que las investigaciones del LAPD habian descubierto en su intento por averiguar quien habia contratado el
– La West Charter Air mando un Gulfstream a recoger a Raymond no una vez, sino dos. Un dia antes, el mismo avion habia ido a recogerlo al aeropuerto de Santa Monica, pero el no llego a presentarse. El avion habia sido contratado por un hombre que se hizo llamar Aubrey Collinson, supuestamente un abogado jamaicano que llego a la oficina de Kingston de la compania y pago el vuelo en efectivo. Mas tarde, obviamente ya informado de que Raymond no habia cogido el avion, se disculpo por la confusion y volvio a pagar, pidiendo que esta vez recogieran a su cliente en el aeropuerto de Burbank en vez del de Santa Monica. El resto de instrucciones eran exactamente igual.
»Los pilotos debian recoger a un hombre de negocios mexicano llamado Jorge Luis Ventana y llevarlo a Guadalajara. Junto a las instrucciones habia un sobre que debia entregarse a Ventana cuando abordara el avion… un sobre que la policia de Los Angeles retiro del Gulfstream como prueba. Dentro habia veinte mil dolares en efectivo, un pasaporte mexicano con el nombre de Jorge Luis Ventana, un permiso de conducir italiano con una direccion de Roma y un pasaporte italiano, ambos a nombre de Cario Pavani. Los tres documentos llevaban la foto de Raymond. La direccion de Roma resulto ser una parcela vacia. Tanto el permiso de conducir como los pasaportes eran falsos. Y de momento, los inspectores de la policia jamaicana han sido incapaces de localizar a nadie llamado Aubrey Collinson.
Fue en aquel momento, mientras las ultimas palabras de Ford salian de su boca, cuando la puerta de la habitacion de Barron se abrio y aparecio el jefe de la policia del LAPD, Louis Harwood, totalmente vestido de uniforme, acompanado de su ayudante. Harwood saludo con la cabeza a Ford y luego le pidio discretamente que los dejara solos. Sin mediar palabra, su ayudante acompano a Ford a la puerta, lo hizo salir y cerro la puerta detras de el.
Fue un gesto que, en otras circunstancias, podia haber sugerido una necesidad de intimidad, la de un jefe de policia preocupado por el bienestar de uno de sus oficiales herido en cumplimiento del deber. Sin embargo, ahora constituia un acto de amenaza lleno de mal augurio.
Barron recordaba claramente a Harwood cruzando la habitacion, diciendole que se alegraba de saber que sus heridas no eran graves, y que le habian informado que podia salir el lunes del hospital. Y luego la mirada de Harwood se endurecio como una piedra.
– Hace cosa de una hora el caso Raymond Thorne ha sido oficialmente cerrado. No contaba con socios ni tenia vinculos con ningun grupo terrorista. Era un pistolero solitario que actuaba a solas.
– ?Que quiere decir que actuaba a solas? Alguien le mando un avion privado a dos aeropuertos distintos en dos dias distintos. Lo sabe tan bien como yo. -Barron, hasta en el estado en que se encontraba, protesto energicamente, enfadado-. Tiene usted un monton de muertos aqui en Los Angeles, en Chicago, en San Francisco y en Mexico D.F. Tiene las llaves de una caja fuerte de algun lugar de Europa. Tiene…
– El anuncio formal -lo interrumpio Harwood- se hara en el momento oportuno.
Bajo circunstancias normales Barron habria seguido protestando, mencionando las referencias especificas que Raymond tenia apuntadas en su agenda de Londres, Francia y del 7 de abril en Moscu. Le habria dicho a Harwood lo que Raymond le habia dicho en el tren sobre «las piezas que sirven para asegurar el futuro» y luego le habria advertido que, aunque Raymond estuviera muerto, estaba seguro de que lo que habia empezado seguia vivo, que tal vez hubiera todavia algo mas mortifero por venir. Pero estas no eran unas circunstancias ordinarias, y no lo hizo. Ademas, Harwood no habia terminado.
– Hace cosa de una hora -prosiguio en un tono mas gelido que su mirada-, la centenaria brigada 5-2 ha sido oficialmente disuelta. Ya no existe.
»En cuando al resto de sus miembros, al detective Halliday se le ha concedido una baja de tres meses, despues de la cual sera asignado a un puesto menos estresante en la Direccion de Trafico del valle.
»Usted, detective Barron, firmara un acuerdo secreto por el que se compromete a no divulgar ninguna de las acciones y operaciones ejercidas por la brigada 5-2. Acto seguido abandonara su puesto en el departamento de Policia de Los Angeles alegando motivos medicos, y se le concedera una indemnizacion global por incapacidad permanente de ciento veinticinco mil dolares.
Harwood miro bruscamente a su ayudante, que le entrego un sobre grande de papel manila. Con el sobre en la mano, Harwood volvio a mirar a Barron:
– Como ya sabe, por su propia seguridad, su hermana recibio una sedacion con drogas psicotropicas en la escena de los hechos. Me ha sido garantizado que el efecto de estas drogas en combinacion con su estado emocional y su necesidad de seguir tratandose con medicacion durante un tiempo le dejaran un recuerdo muy vago, practicamente nulo, de lo ocurrido alli.
«Oficialmente, la direccion del Saint Francis cree que la llevaron a verle a usted al hospital porque habia sido herido en el tiroteo con el fugitivo y de camino sufrio una crisis nerviosa. Entonces la llevaron al hospital mas cercano. Eso es lo unico que se ha filtrado a la prensa y a la opinion publica, y asi debe seguir. En el informe oficial no constara que jamas estuviera en el anden.
Harwood le entrego bruscamente el sobre a Barron.
– Abralo -le ordeno, y Barron lo hizo.
Dentro habia una matricula de coche retorcida y chamuscada, perteneciente al estado de California. Era del Mustang de Barron.
– Alguien chamusco su coche en el parking del Mercury Air Center, donde lo dejo ayer por la manana.
– ?Chamusco? -dijo Barron en voz baja-. ?Quiere decir que lo incendio a proposito?
– Si, quiero decir, que se lo han quemado.
Lentamente, los ojos de Harwood se llenaron de odio. Y tambien su voz.
– Ha de saber que hay un monton de rumores que circulan porel departamento. El principal es que usted fue el principal responsable de las muertes de los detectives Polchak, Lee y Valparaiso. Y, al fin y al cabo, de la clausura de la brigada.
»Sea o no cierto, una vez salga del hospital volvera usted a un ambiente poco favorable, incluso hostil. - Harwood hizo una pausa y Barron pudo ver el odio en el creciendo en intensidad. Luego Harwood prosiguio-. Hay una historia que circula de una nota que le fue entregada al alcalde de una pequena ciudad de un pais sudamericano devastado por la guerra. La nota le fue entregada por un granjero, pero habia sido mandada por el comandante de una guerrilla. Decia algo como: 'Por el bien de su salud, debe usted marcharse de la ciudad. Si no lo hace, se convertira en un objetivo'.
»Por el bien de su salud, detective, yo seguiria el mismo consejo, y lo haria con la maxima rapidez.
2
En medio de la penumbra de la cabina de primera clase solo habia una persona que se agitaba. Era John Barron, despierto y tenso como si le hubieran inyectado una buena dosis de cafeina. Por mucho que intentaba olvidar, los recuerdos insistian en acecharlo.
Era como si acabara de ocurrir. El clic agudo, el golpe agudo de la puerta cuando Harwood y su ayudante se