Reunio una biblioteca de mas de cuatrocientos mil volumenes. ?Te imaginas? ?Cuatrocientos mil volumenes! Mas libros que en la biblioteca de Alejandria o en la que ahora se encuentra en la Roma de los papas.
Hernando hizo una pausa para beber y comprobar el efecto de sus palabras en el maestro, que asentia levemente, como si imaginase tal maravilla del saber.
—Pues bien —continuo—, Almanzor ordeno que, salvo los relativos a medicina y matematicas, debian quemarse todos aquellos libros que se separasen un apice o que no tuvieran relacion con la palabra revelada; libros de astrologia, de poesia, de musica, de logica, de filosofia... ?De todas las artes y ciencias conocidas! ?Miles de libros unicos, irrepetibles en su saber, ardieron en Cordoba! El propio caudillo los echaba a la pira.
—?Que barbaridad! ?Que locura! —musito el maestro.
—En la carta que encontre en la arqueta, el escriba explica cuanto te he contado sobre la quema y el intento por su parte de salvar para la posteridad el contenido de algunos libros que, en contra de las creencias de Almanzor, el consideraba que merecian pervivir, aunque fuera en forma de copias que escribio apresuradamente, con trazos veloces, sin correcciones, ni reglas.
—?Cuatrocientos mil volumenes! —lamento Arbasia con un suspiro.
—Si —asintio Hernando—. Parece ser que solo los indices de la biblioteca ocupaban cuarenta y cuatro tomos de cincuenta paginas cada uno.
Los dos hombres se dieron un respiro hasta que Arbasia indico a su invitado que continuara.
—Desde entonces, cada noche me he dedicado a leer alguna de esas copias escondiendolas en el interior de grandes tomos cristianos: magnificas poesias y tratados de geografia; uno sobre caligrafia, aunque mal favor le hizo a la materia la rapidez del copista. —Arbasia abrio las manos como si aquellas palabras no explicasen la urgencia por hablar con el—. Espera —le insto Hernando—, uno de esos libros es la copia de un evangelio cristiano; un evangelio atribuido al apostol Bernabe.
Al oir ese nombre, el pintor se irguio en su asiento.
—En la portada de esa copia, el escriba sostiene que los ulemas y alfaquies designados por Almanzor entre los mas inflexibles para escoger que libros debian ser destruidos, no tuvieron duda alguna al toparse con un evangelio cristiano, pero que el, sin embargo, consideraba que el texto de Bernabe, pese a haber sido escrito por un discipulo de Cristo y ser anterior al Coran, no hacia mas que confirmar la doctrina musulmana. Termina diciendo que tal era la importancia que concedia a la doctrina de Bernabe que, ademas de hacer la copia, intentaria salvar el original de la quema definitiva, ocultandolo en algun lugar de Cordoba, pero, obviamente, en su escrito no consta si lo consiguio o no.
—?Que dice ese evangelio?
—A grandes rasgos sostiene que Cristo no fue hijo de Dios, sino un ser humano y un profeta mas. —Hernando creyo ver en Arbasia un casi imperceptible gesto de asentimiento—. Afirma tambien que no fue crucificado, que Judas le suplanto en la cruz; niega que El sea el mesias y anuncia la llegada del verdadero Profeta, Mahoma, y la futura Revelacion. Tambien afirma la necesidad de las abluciones y la circuncision. Se trata de un texto escrito por alguien que vivio en tiempos de Jesus, que le conocio y vio sus obras, pero, al contrario del resto de los evangelios, confirma las creencias de nuestro pueblo.