– Hoy mismo llevare a la senorita Morrison a comer -propuse-, averiguare sus verdaderas intenciones y tratare de satisfacerlas. Es asi de simple.

– Debo decir que por mi parte, caballeros, sabria que darle para satisfacerlas -apunto James entre risitas.

***

Fui con la senorita Morrison, «Tara dice», a corner a un pequeno restaurante italiano del Soho. Es un lugar acogedor y familiar al que suelo llevar a personas relacionadas con el trabajo cuando quiero conseguir algo de ellas. Conozco a la duena y siempre que voy alli se acerca a saludar.

– ?Como estas? ?Y la familia? -pregunto como de costumbre mientras nos conducia a un reservado lejos de la puerta-. Todos bien, ?no?

– Todos estupendamente, Gloria, gracias -conteste, a pesar de que no tenia mas familia que Tommy-. ?Y tu?

Los cumplidos se prolongaron unos minutos; Tara aprovecho para ir al lavabo, del que volvio fresca como una rosa, con los labios ligeramente retocados y un suave perfume que se mezclo con el aroma de los crostini. Avanzo entre las mesas como si se encontrara en una pasarela de Milan, los camareros fueran clientes de los modistos y los demas comensales fotografos. Uno de sus rasgos mas caracteristicos es su cabello cortado a lo paje, rubio, lacio y perfecto como recien salida de la peluqueria; en cuanto a su rostro, es perfectamente simetrico: cualquier elemento se reproduce exactamente al otro lado de una invisible linea divisoria. Resulta imposible contemplarla sin maravillarse. Seria la mujer perfecta si se le pudiese encontrar un solo defecto.

– Bueno, Matthieu -dijo tras beber un sorbo de vino con cautela, cuidando de no dejar ninguna marca de carmin en el borde del vaso-, ?seguimos charlando un rato mas o pasamos a hablar directamente de negocios?

Solte una risita.

– Solo pretendia comer contigo tranquilamente, Tara -repuse en tono ofendido-. Segun tengo entendido, en un futuro proximo no te veremos tanto por la oficina y queria disfrutar de tu compania mientras aun fuera posible. Podrias haberme contado que te habian hecho ofertas de trabajo, ?no? -anadi con una voz dolida completamente natural.

– Tuve que mantenerlo en secreto. Lo siento, queria decirlelo, pero no sabia que iba a ocurrir. Bueno, tampoco es que haya ido a buscar trabajo. La BBC ha venido a buscarme, te lo juro. Me han hecho una oferta muy generosa, y tengo que pensar en mi futuro.

– Se exactamente la cantidad que te ofrecen y hay que admitir, en honor a la verdad, que no es muy superior a la que ya cobras. Creo que tendrias que pedirles un poco mas. Seguro que aceptan.

– ?De verdad lo crees?

– No es que lo crea: estoy convencido. Calculo que podrian ofrecerte… un diez por ciento mas sin pensarselo dos veces. Quiza me quedo corto. Eres una verdadera mina, Tara. He oido que tal vez te den Live and Kicking.

– Pero vosotros no podeis pagar ese dinero -dijo, pasando por alto la indirecta-. Conozco los presupuestos, no lo olvides.

– No tengo ninguna intencion de subir tanto -replique, enrollando unos cuantos espaguetis con el tenedor-. No voy a pujar por ti, querida, ni que fueras ganado. Ademas, de momento nuestro contrato aun no ha vencido. Por mucho que quieras, eso no lo puedes cambiar, ?verdad?

– Solo quedan ocho semanas, Matthieu; lo sabes muy bien, y ellos tambien.

– Vale, dentro de ocho semanas hablamos. Hasta entonces no quiero oir ni una palabra sobre despidos, dimisiones, traslados o cosas desagradables por el estilo. Ah, y por lo que mas quieras, esta vez mantengamos a la prensa al margen, ?de acuerdo?

Tara me miro y deposito los cubiertos sobre el plato.

– Vas a dejar que me marche asi, sin mas -comento con naturalidad-, despues de todo lo que hemos pasado juntos.

– No dejo que hagas nada, senorita Morrison -proteste-. Solo te pido que cumplas tu contrato hasta el final, y si despues de esas semanas quieres dejarnos porque tienes una oferta mejor, entonces haz lo que creas conveniente para ti y tu carrera. Hay quien me consideraria un jefe generoso, ?no crees?

– ?Siempre tienes que hablar asi? -murmuro, bajando la vista con cara de pocos amigos.

– ?Como?

– Como un jodido abogado. Como si temieras que este grabando cuanto dices para utilizarlo en los tribunales de aqui a seis meses. ?No puedes hablarme en un tono normal? Pensaba que entre nosotros habia algo mas.

Suspire y mire por la ventana, sin saber si me apetecia dejarme arrastrar de nuevo por ese sendero.

– Tara -dije tras una pausa, inclinandome y tomando una de sus pequenas manos en la mia-, por lo que te conozco, no me parece ningun disparate pensar que estas grabando esta conversacion. No es que tengas un historial de honestidad intachable para conmigo, ?verdad?

Supongo que llegados a este punto deberia aclarar algunas cosas sobre mi relacion con Tara Morrison. Mas o menos un ano atras habiamos asistido juntos a una ceremonia de entrega de premios… bueno, en realidad formabamos parte de la comitiva que representaba a nuestro canal. A Tara la acompanaba su novio de entonces, un modelo de ropa interior de Tommy Hilfiger, mientras que yo habia contratado para la velada a una senorita de compania -nada sexual, solo una mera acompanante-, ya que acababa de poner fin a una relacion y no me apetecia empezar otra. Teniendo en cuenta que alcance la pubertad hace nada menos que doscientos cuarenta anos, puede entenderse que este mas que harto del circulo sin fin que empieza con una cita, prosigue con una separacion o una boda y acaba en divorcio o viudedad. Despues de vivirlo durante unas decadas, necesito pasar un tiempo solo.

La noche a la que me refiero, Tara rino con su amigo modelo -al parecer le recrimino su homosexualidad y, como era de esperar, la relacion se fue al garete- y acepto mi ofrecimiento de acompanarla a su casa. Tras dejar a la senorita de compania en su domicilio, tomamos una copa en mi club y pasamos la noche hablando, sobre todo de sus ambiciones, que nunca se acababan, de su vocacion como periodista y de nuestro canal, del que decia que era «el futuro de la television en Gran Bretana» (ni yo mismo me lo creia). Cito varios ejemplos de personas responsables y no pude por menos de admirar sus conocimientos de la historia de la profesion, la conciencia del modo en que en nuestro oficio pueden convivir el profesional y el oportunista, y de lo dificil que resulta a veces distinguir a uno del otro. Recuerdo que mantuvimos un dialogo particularmente interesante sobre las preferencias del publico. Mas tarde fuimos a mi piso, donde nos dimos las buenas noches y dormimos en la misma cama sin siquiera besarnos, siguiendo un acuerdo tacito que en ese momento me resulto tan extrano como encantador.

A la manana siguiente prepare el desayuno y la invite a cenar esa misma noche, si bien al final preferimos volver a la cama, donde pasaron muchas mas cosas que durante la vispera. Despues de eso mantuvimos una discreta relacion durante unos meses; no le conte a nadie que salia con Tara y que yo sepa ella tampoco. Le tenia carino y me inspiraba confianza, pero me equivoque.

El hecho de que Tommy DuMarque fuera mi sobrino la fascinaba (no le comente que mi verdadero sobrino habia sido su tataratataratataratataratatarabuelo; me parecia una informacion a todas luces innecesaria). Tara llevaba anos viendo la serie de television y estaba loca por Tommy desde su primera aparicion como un guapo adolescente. Cuando le dije que eramos parientes, se ruborizo, como si la hubiera pillado en falta, y a punto estuvo de atragantarse con un trozo de melon. Me rogo que se lo presentara, cosa que hice una agradable noche del verano pasado, y parecio que iba a arrancarle los pantalones ante mis propias narices. A el no se lo veia interesado -en ese momento mantenia una inestable relacion con una actriz que en la serie interpretaba el papel de su abuela y al parecer era una amante muy celosa-, e incluso creo que la encontro un poco tonta, aunque para ser justo debo aclarar que esa noche se habia pasado con la bebida, y el exceso de alcohol saca a la luz la colegiala que hay en ella. Tara lo llamo al dia siguiente y le propuso tomar una copa juntos, pero Tommy se las ingenio para excusarse. Asi que le mando un fax y lo invito a cenar; Tommy no hizo caso. Entonces le envio un e-mail con su direccion y la promesa de que si se presentaba «AHORA» encontraria la puerta abierta y a ella

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