– Tu lo has dicho, capullo.
Guarde los negativos en su sobre, y estos y las fotos en el bolsillo de mi chaqueta. Julia me miraba con una mezcla de desesperacion y frustracion, sin taparse el pecho, con el pelo tan revuelto como su vida.
–
– Aunque no te lo creas, sera mejor para ti -le dije-. Acabarias quemandote con todo esto.
– Pero que estupido eres, cielo -lamento con amargura-. ?De veras crees que me proteges? ?De donde cono has salido? ?El ultimo de los romanticos! A lo mejor con un polvo ya te has enamorado de mi.
– Fueron tres -le recorde.
– Vete a la mierda -suspiro.
– Dime algo: ?tu tambien estas metida en esto, con Laura y Alex?
– ?No!
– Entonces, ademas de querer protegerle borrando su rastro del piso de Laura, te llevaste esas fotos y esos negativos para continuar tu con el chantaje. Por esta razon llamaste a Agata Garrigos. Espera, espera… -Una nueva rafaga de luces irradiaba mi mente. Todo estaba alli, se hacia claro-. Laura esperaba a Alex ayer por la manana, por eso los negativos estaban en su piso. La matan, tu los encuentras y te los llevas por si acaso. Vas a casa de Alex y no esta. Misterio. Vuelves, llamas, y lo mismo. Mas misterio. Alex ha desaparecido, pero… no se habria ido sin los negativos, asi que o Alex ha matado a Laura, cosa rara porque tu si te llevaste sus fotos y en cambio el no, o Alex… tambien esta muerto.
– ?Que estas diciendo? -Me miro como si estuviese aun mas loco.
– Vamos, carino. Suma dos y dos. Tenemos dos historias: la de Alex y su desaparicion por un lado, y la del chantaje a los Poncela por el otro. Mientras buscas a Alex, no pierdes de vista el negocio, el doble chantaje: venderle a Constantino Poncela los negativos, y a su mujer las fotos. Nena -silbe-, eres la hostia.
Habia algo mas. Algo a lo que tenia que enfrentarme de una vez. La noche anterior, entre aquel paroxismo sexual, debi de haberlo pensado en algun momento. Ahora era el ultimo interrogante que me quedaba para cerrar el circulo.
Saque la agenda electronica del bolsillo de mi chaqueta y fui al telefono. Busque «Carol» y marque el numero. Julia me miraba sin saber que estaba haciendo, pero lo comprendio cuando empece a hablar.
– ?Agencia Universal? -dijo la voz de Carol.
– Quisiera un servicio completo para el fin de semana.
– Muy bien senor.
– ?Puedo pedirle a Julia Pons? Me la han recomendado.
– Por supuesto, senor. -La mujer del telefono expreso su complacencia-. Una gran eleccion. Es una de nuestras senoritas mas jovenes y bellas, y muy reciente en nuestra casa. Quedara satisfecho, sin duda.
Ya lo habia cerrado.
Era suficiente. Colgue.
Esta vez la sonrisa de Julia me desarmo.
– No deberias quejarte, encanto -me dijo-. Lo que hice anoche vale mil quinientos euros, sin contar con que te salve el pellejo.
XXIX
Me senti muy cansado.
Adios a las caretas, de vuelta a la realidad.
Viva la realidad.
– No deberias dedicarte a esto, ?sabes? -dije con admiracion-. Sabia que mentias en muchas cosas, pero tendrias que ser actriz. Todo lo de anoche, las lagrimas, la pelea, el polvo…
– Oh, el polvo -siguio sonriendo.
La tenia. Por fin la tenia cogida, pero seguia riendo.
– ?Fue solo por eso? -Apunte hacia el maletin, mudo testigo de todo aquello.
No contesto, aunque miro el maletin con nostalgia.
– No, supongo que tambien se trataba de retenerme aqui, para ver si Alex daba senales de vida de una maldita vez. Comienzo a verlo todo claro.
– ?Estas seguro, lince?
– ?Vas a contarmelo tu o tendre que deducirlo yo?
– Prueba tu. Ahora eres el listillo de la clase. Y se te da bien hacer de periodista maravilloso, lo reconozco. Eres bueno.
Pase de sus palabras. Aun podia confundirme. El que la hubieran descubierto no la hacia mas sumisa. Tenia un condenado orgullo, o quiza se tratase de su rebeldia. Siempre luchadora, ella.
– Veamos. -Me puse a reflexionar-. Para empezar, en la prehistoria, estaban Alex y Elena Malla. Alex utilizaba a su novia para sus fines, pero estaba ya muy castigada por las drogas. Asi que la cambio por Laura. ?Hacia lo mismo con Elena, fotos y chantaje? Creo que si. Es un negocio lucrativo. Siempre hay hombres adinerados que contratan servicios de modelos maravillosas. De ahi a hacerles fotos… hay un simple paso. Alex era persuasivo, uno de esos tipos con suerte, que consiguen que las mujeres no solo se enamoren de ellos, sino que hacen con ellas lo que quieren. Todo. ?Voy bien?
Le molestaba cuando me metia con Alex, ahora ya no lo disimulaba.
– Sigue -me invito.
– Si -pinche-, Alex es guapo, convincente, persuasivo… y con un poco de coca o de heroina para engancharos… La esclavitud perfecta.
– Yo no me drogo.
– De momento.
– Y no eran esclavas. Elena y Laura le querian.
– ?Se quiere al diablo? -me burle antes de continuar-. Da lo mismo: le defiendes. Y lo haces porque tu eres la siguiente de la lista. Laura ya llevaba el camino de Elena con lo de las drogas, asi que nuestro Alex ya tenia sustituta. Y siempre el mismo patron: el amor. El te enamora y tu caes.
– Lo mio ha sido diferente. -Volvio a crisparse.
– Tambien Laura lo creyo. Diferente de Elena. Pero Laura ha tenido que enfrentarse al suicidio de su predecesora. Eso ha sido fundamental. Primero le quita a Alex, o cree que lo ha hecho. Elena se hunde, se mata, Laura tiene un atisbo de piedad y se siente culpable. De ahi que le pagase el entierro. El suicidio tal vez le hizo comprender muchas cosas. Hasta es posible que quisiera salirse y que Alex la matara. Posible -hizo un gesto de duda-, pero no logico.
»Sigamos con la cronologia de los hechos. Estamos en casa de Laura. Acaban de enterrar a Elena. O bien te pide que vayas a hacerle compania, o se lo sugieres tu, o tienes las llaves porque te las ha dado Alex… No, eso no tiene sentido. -Intente no dejarme arrastrar por tantas alternativas y cenirme a los hechos-. Alguien mata a Laura por la noche. Apareces tu, y cuando yo me voy vuelves a su piso para llevarte las fotos que relacionan a Alex con Laura y los negativos de lo de Poncela que Alex tenia que pasar a buscar para realizar la transaccion. Primer misterio: no hay ni rastro de Alex. Sin embargo piensas con rapidez, mi amor. Nunca pierdes el tiempo. Eres buena. Lo reconozco: muy buena. Tienes los negativos y una clienta: Agata Garrigos, la senora Poncela. ?Por que no hacer un negocio extra, por tu cuenta? Tal vez sea cierto que ella quiere ese material porque ama a su marido, aunque no lo creo. Bien, eso da igual. Las claves son dos: el dinero que buscas y el amor que te esclaviza a ese cabron de mierda por el que te has colado. Pese a todo, pese a ser lista, pese a ser una superviviente. Te has colado por un macarra. Es increible. Sera por guapo, o porque tiene un diamante en la punta de su maldita polla, o porque es un santon digno de la mejor de las sectas.
– Estas celoso.
– Si, supongo que si.
– ?Crees que anoche estuviste maravilloso, cielo?
– No se como estuve, pero me da igual. Lo asombroso es lo tuyo. ?Tan ciega estas que no ves lo que hizo con